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Las manos del adiós

Amber Langford, partera de Dawna Ray Langford, recibió hace 11 años a Trevor y hace 2 a Rogan

Las manos del adiós

Ayer, con las mismas manos, hizo la tarea más triste de su vida: embalsamar los cuerpos de esos niños y de su madre desgarrados por las balas el pasado lunes.

Dawna y sus hijos fueron enterrados ayer en el pequeño cementerio de La Mora, poblado de 300 habitantes, enclavado en las montañas de Sonora, donde residían.

David, Jay Ray, Raymond Ray, esposo, padre e hijo de Dawna, y otros familiares cargaron los ataúdes austeros de madera de pino. Las cajas fueron talladas a mano por primos y amigos en una carpintería en La Mora.

Las mismas manos que hicieron los ataúdes fueron las que cavaron una sola tumba de gran tamaño para los tres féretros depositados debajo del terreno rocoso del cementerio del lugar.

Fue el primer sepelio de las nueve personas masacradas el lunes en un camino de terracería que une La Mora con Janos, en Chihuahua.

Rhonita Miller y sus cuatro hijos serán sepultados mañana en la colonia LeBarón en Galeana, Chihuahua, y Christina, el sábado, en el mismo lugar.

Vestidos con ropa modesta, alrededor de 500 dolientes se congregaron bajo carpas blancas para participar en un servicio crudo y emotivo.

"Dios se encargará de los malvados", dijo Jay Ray, padre de Dawna.

 

Xander, de diez años, primo de los niños asesinados quiso decir unas palabras en el sepelio. No pudo. Recargó su cabeza en uno de los brazos con el que ayudó a labrar el ataúd y rompió en llanto.



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