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Las esculturas que escandalizan a los viajeros

La mayoría son bastante controversiales. ¿Te tomarías una foto cerca de ellas?

El arte de modelar el barro, piedra y otros materiales, nos ha dejado algunas de las obras más impresionantes y visitadas del mundo como, por ejemplo, el David de Miguel Ángel o el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini. Pero la escultura, como todo arte, va más allá de las obras clásicas y, en muchas ocasiones, los artistas han buscado con ellas generar impacto y escandalizar al público a través de la controversia como, por ejemplo, hizo Marcel Duchamp con La Fuente.

Las esculturas que escandalizan a los viajeros

1. Brownnoser (David Cerný), República Checa

Hay una escalera que asciende hacia sus traseros, la cual permite a los visitantes subir por ella y descubrir en su interior un video en el que se ve al expresidente checo Václav Klaus y al artista Milan Knížák, dándose de comer el uno al otro. Según Cerný, autor de la obra, la escultura representa una metáfora de la política checa. 

2. La estatua de San Wenceslao

(David Cerný), República Checa. Cerný es también el autor de esta obra controversial en la que el patrón de la República Checa, San Wenceslao, se sienta sobre la barriga de su caballo muerto. La obra, situada en la Galería Lucerna de la capital, se considera una parodia satírica y se encuentra muy cerca de la estatua original de San Wenceslao, en la que éste.

3. The Headington Shark (John Buckley), Inglaterra. Quienes paseen por el barrio de Headington, en Oxford, pueden sorprenderse con esta escultura en la que un tiburón blanco de bra de vidrio, de más de 7 metros y 200 kilos, atraviesa el tejado de uno de los adosados de New High Street. La obra, situada en la vivienda de un famoso locutor de radio, apareció el 9 de agosto de 1986, el mismo día que se cumplían 41 años del lanzamiento de la bomba atómica de Nagasaki. Su objetivo es reejar la impotencia y la desesperación del mundo moderno. 

4. El tenedor (Jean-Pierre Zaugg y Georges Favre), Suiza. En medio del lago Leman, en la ciudad de Vevey, se encuentra el mayor tenedor del mundo. La escultura de acero inoxidable mide unos 8 metros de alto y pesa cerca de 450 kilos. Fue instalado en 1995 con motivo del décimo aniversario de Alimentarium, un museo dedicado a la alimentación ubicado a pocos metros de la obra. Hoy en día, es la foto obligada de todos los viajeros que pasan por allí. 

5. L.O.V.E (Maurizio Cattelan), Italia.

Desde su instalación la escultura generó mucha polémica, algo que continúa pasando hoy en día, ya que, mientras unos la consideran una denuncia del capitalismo, otros la ven como un insulto al sistema nanciero. Según el artista, ‘L.O.V.E’ representa las palabras: Libertà, Odio, Vendetta y Eternità.

6. Mano del desierto (Mario Irarrázabal), Chile. Esta escultura que representa una mano saliendo de la tierra, se encuentra en el desierto de Atacama, a 75 kilómetros de Antofagasta.

7. Parque de esculturas de Vigeland (Gustav Vigeland), Oslo. Con más de un millón de visitantes al año, este parque es uno de los destinos favoritos por los turistas que visitan la capital noruega. Allí se encuentran más de 200 esculturas de Vigeland, entre las que se incluyen Monolitten y Sinnataggen, dos de las más famosas. La primera de estas obras es un bloque único de granito de 17 metros en el que se esculpieron 121 guras humanas desnudas y entrelazadas. Mientras que Sinnataggen, muestra a un niño ‘enfadado’. El parque, en el que se encuentra esta exposición permanente, mide 32 hectáreas y está abierto todos los días del año.

8. El devorador de niños (Hans Gieng), Suiza. Esta escultura ha asustado a los niños de la ciudad de Berna durante siglos y no es para menos, pues en ella un hombre se está comiendo a un bebé mientras sostiene con su otra mano un saco lleno de niños. No se sabe exactamente a quién representa, por lo que las teorías van desde que es Cronos, el ser mitológico que se comía a sus hijos, hasta que es una amenaza a la comunidad judía de la ciudad. 



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