La UE propone que en 2020 acabe la transición con Reino Unido
El periodo de transición para que Reino Unido y la Unión Europea (UE) se adapten a su separación deberá concluir el 31 de diciembre de 2020, defenderá el representante europeo, Michel Barnier, en la segunda fase de negociaciones bilaterales, que arrancará en enero próximo.
“El término lógico de este periodo debería ser el 31 de diciembre de 2020, que es cuando termina el marco financiero plurianual”, sostuvo Barnier este miércoles en rueda de prensa, al presentar en Bruselas las directrices que centrarán su trabajo.
El plazo propuesto por Barnier, que aún tiene que ser aceptado por los gobiernos europeos, es casi tres meses inferior al máximo solicitado por Reino Unido, de dos años.
El periodo de transición se iniciará el 29 de marzo de 2019, fecha en que se hace efectiva la salida de Reino Unido de la UE (conocida como Brexit).
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Barnier destacó la utilidad del periodo de transición, que “permitirá a la administración británica prepararse para evitar un desorden en las fronteras británicas y a otros desafíos”.
“Es también un tiempo necesario para las empresas, que deben prepararse para la nueva relación” que mantendrán Londres y Bruselas, añadió.
Los 27 países que permanecen en la mancomunidad ya dejaron claro que, durante ese plazo, Londres deberá seguir respetando las reglas y legislaciones europeas, incluidas las que se vayan a adoptar, aunque ya no tendrá derecho de participar en las decisiones de la UE.
Ello implica el respeto a la integridad del mercado único, de la unión aduanera, y de la libre circulación de personas y bienes, precisó Barnier este miércoles.
“No habrá transición 'a la carta'. Además del marco reglamentario de la UE, todas las políticas de la UE seguirán siendo aplicadas (por Londres)”, afirmó.
“Ello supone que Reino Unido, durante ese periodo de transición, mantendrá todas las ventajas del mercado único, pero también todas las obligaciones”, reiteró.
Con la publicación de esas directrices, Bruselas espera dar una cierta seguridad y previsibilidad a las empresas europeas, que han manifestado su temor a tener que adaptarse dos veces durante el proceso de separación.