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La machaca, el temible insecto que "obliga" a hacer el amor para salvar la vida

  • Por: Agencia SUN
  • 10 / Junio / 2016 - 02:44 p.m.
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La machaca, el temible insecto que obliga a hacer el amor para salvar la vida

Es un insecto feo: de color marrón, puede medir hasta 9 centímetros de largo, y una cabeza que parece la de un lagarto. Sus alas extendidas pueden llegar a 15 centímetros.

Si es atacado, muestra unos falsos ojos amarillos escondidos en sus alas y desprende un olor desagradable. Pero no es por ello que le temen en Sudamérica.

“Si te pica la machaca…” advierten los pobladores de las zonas selváticas donde vive, dejando la frase en suspenso con picardía. La leyenda popular advierte que quienes sufran la picadura del insecto deben hacer el amor dentro de las 24 horas siguientes o morirán.

De modo que no es raro ver a mucha gente apartándose del insecto dondequiera que es avistado. Por si acaso hacer el amor no es antídoto suficiente.

Se le conoce con otros nombres: chicharra-machacuy, víbora voladora, mariposa caimán o cocoposa pero su nombre científico es Fulgora laternaria. Se trata de un insecto hemíptero del suborden Auchenorrhyncha que habita en bosques húmedos tropicales en México, Centroamérica y Sudamérica.

Se alimenta de la savia de los árboles y es totalmente inofensivo para los seres humanos.

Carlos Eduardo Sarmiento, entomólogo de la Universidad Nacional de Colombia, aseguró recientemente al diario colombiano El Tiempo que la machaca “ni siquiera tiene cómo picar”.

¿Cuál es entonces el origen del mito?

De acuerdo con el Museo de Insectos de la Universidad de Costa Rica, en la región amazónica algunos indígenas como consideran a la machaca letal, debido en parte a que a la forma en que se alimentan el insecto. Tiene su aparato bucal modificado en un estilete o pajilla, que sale de la parte inferior de la cabeza y se extiende hasta el segundo par de patas.

Ese estilete -que algunos consideran erradamente un aguijón para picar con alevosía- penetra las plantas para succionar la savia.

Al parecer uno de los responsables de propagar el mito fue un periodista colombiano ya fallecido, Henry Holguín.

En unas populares crónicas escritas en la década de 1970, Holguín aseguraba que la machaca poseía un aguijón entre las patas, “una especie de espuela renegrida por donde inocula su veneno”

“Cuando ese aguijón se clava en la carne humana, la víctima sale corriendo pidiendo ayuda a gritos. El dolor es muy fuerte y ocasiona después una especie de sopor que va creciendo por momentos. Si se hace el amor inmediatamente no ocurre nada. Si no, antes de 24 horas vendrán los dolores y la víctima muere indefectiblemente”, aseguró el reportero.

E iba más allá, citando algunas anécdotas de pobladores de la región de Putumayo.

Aunque el periodista concluyó su nota en un tono chistoso, sin dudas haber reproducido las leyendas sobre la machaca contribuyeron a cimentar el mito que sigue vivo hasta hoy.

 

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