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La llave maestra para acceder al maná energético

Los ricos yacimientos de Anadarko Petroleum despiertan una guerra de ofertas entre Chevron y Occidental

La llave maestra para acceder al maná energético

Si una compañía energética quiere tener acceso a los ricos yacimientos en la formación Permian (Texas), una de las llaves maestras la tiene Anadarko Petroleum. Es relativamente pequeña cuando se compara con los titanes de la industria petrolera. Sus activos en la región clave en el renacer energético de Estados Unidos, sin embargo, tienen un enorme atractivo que se lo disputan Chevron y Occidental Petroleum en una intensa puja.

Anadarko se dedicada a la exploración y producción. Opera en EE UU, y parte de sus ingresos los genera en Argelia, Ghana y Mozambique, en África. La compañía está dirigida por Al Walker, que tuvo como principal misión durante los últimos años reestructurar la sociedad para espantar las dudas sobre su solvencia y mejorar los márgenes para ser rentable con un petróleo a 50 dólares.

El desplome del barril entre 2014 y 2016 puso a toda la industria en guardia, especialmente a las pequeñas compañías que probaban fortuna con las nuevas técnicas de extracción. Eso llevó a Anadarko a realizar desinversiones y concentrarse en los activos más rentables. Pese a su solidez, en Wall Street se criticó a sus gestores de ser “innecesariamente conservadores”. Eso, señalan, previno que pudiera lograr su pleno crecimiento gracias a los valiosos recursos que tiene en las formaciones rocosas en Texas, Nuevo México, Colorado y Wyoming. En ese contexto se entiende la fusión con Chevron por la que se decantó en un principio. Necesita a un tutor. Sin embargo, a los 10 días de anunciarse el pacto, irrumpió en la puja Occidental con una oferta un 20% superior y que contaba con el respaldo financiero de Warren Buffett.

La operación de Chevron es la mayor desde la fusión entre Royal Dutch Shell y la británica BG Group, en 2015. Buffett, por su parte, es muy activo a través de Berkshire Hathaway en el sector de la energía. Controla participaciones en Phillips 66 y la petrolera canadiense Suncor. La industria perfeccionó mucho la tecnología de la fracturación hidráulica y la perforación horizontal, que permiten liberar más recursos atrapados en la roca. La maniobra de Chevron es el más claro ejemplo hasta ahora de que el sector está listo para empezar a dar escala al proceso de producción del esquisto y unir las propiedades para ganar en eficiencia en la explotación en un único corredor.

La compra de Anadarko permitirá así a las dos petroleras rivales elevar la actividad en Permian en un momento en el que toda la industria trata de mejorar los retornos con el barril por debajo de los 70 dólares. En el caso de Chevron, le aportaría recursos estimados en 10.000 millones de barriles por un coste inferior a los tres dólares el barril. Se sumarían a los 70.000 millones que ya tiene. Es solo una de las métricas que evidencian el atractivo de Anadarko. Aunque, como opinan los analistas de Raymond James, “ninguna tiene realmente necesidad de adquirirla”. Antes de que Warren Buffett irrumpiera en la puja, la balanza parecía inclinarse por Chevron por una simple cuestión de tamaño. Es cinco veces más grande que Occidental y cuenta con un balance mucho más mayor que le permite minimizar cualquier riesgo.

Los estrategas de Matrix Asset Advisor coinciden que Anadarko es demasiado grande para Occidental, porque tienen un valor bursátil muy similar. Además, acumula una deuda de 17.900 millones. Pero, al mismo tiempo, admiten que es una oportunidad fenomenal para reforzarse en Permian. Anadarko ganó el pasado ejercicio 750 millones de dólares. Se recuperó así de unas pérdidas de 210 millones en 2017. Los ingresos ascendieron a 13.380 millones en el año, de los que 9.210 millones corresponden a las ventas de petróleo, y 2.280 millones, al gas natural. Eso equivalía a un total de 666.000 barriles diarios, un ritmo que crece gracias a los nuevos yacimientos en Permian.

Los analistas de Wood Mackenzie consideran que las propiedades de Anadarko en Wolf--camp y Bone Spring justifican esta batalla. Es más, señalan que no está logrando el mismo rendimiento en la extracción que otros operadores. Chevron y Occidental cuentan con la tecnología que puede ayudar a acelerar su explotación y al mismo tiempo reducir los costes.

La consejera delegada de Occi--dental, Vicki Mollub, está siendo por eso especialmente agresiva para lograrlo, porque sabe que es el activo perfecto. “Que vaya por la vía hostil es poco usual en esta industria”, señalan en Mizuho Securities, “hacía décadas que en el sector petrolero no se veía una maniobra de tal escala”. El problema, se añade, “son las otras cosas que adquiere que no se ajustarían a su estrategia”.

Sinergias

Anadarko cuenta con operaciones en aguas profundas en el golfo de México que encajan mejor con Chevron. Mike Wirth, su consejero delegado, habla de sinergias de 2.000 millones tras la fusión. El ejecutivo recordaba, además, que tiene experiencia en este tipo de integraciones, como hizo con Gulf, Texaco y Unical. “Nuestra compañía ofrece el mejor encaje estratégico”, insistía Wirth en la presentación de los resultados trimestrales. “Y nuestra posición financiera y nuestro balance refuerzan el argumento de que podemos hacernos cargo de su deuda”. Eso, añade, permitirá reforzar aún más su posición de liderazgo en la producción de petróleo y gas natural en los yacimientos de esquisto y alta mar.

Occidental, según Wolfe Research, ya jugaba con la ventaja en la puja de haber puesto más dinero sobre la mesa, y su oferta incluye una porción mayor de efectivo. “La adquisición de Anadarko les ayuda a generar un crecimiento adicional, más recursos y mejores sinergias, por eso tiene lógica esta transacción”. Warren Buffett, además, les aporta flexibilidad financiera.




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