La CIDH critica las políticas migratorias adoptadas por México y EE.UU.
La cancillería mexicana respondió a los señalamientos del organismo, que reprobó el despliegue de fuerzas castrenses para perseguir y detener a migrantes provenientes de Centroamérica.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su "profunda preocupación" por la situación de los migrantes centroamericanos en México y EE.UU.
Un posicionamiento que ocurre casi al mismo tiempo que organizaciones y medios han reportado abusos derivados de la militarización de fronteras para detener a personas que migran hacia territorio estadounidense.
La CIDH indicó que lo más grave son la "securitización, militarización y criminalización" de las fronteras, así como la criminalización de los defensores de derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas.
En un comunicado, publicado el 23 de julio, el organismo apunta que México y EE.UU. han venido implementando políticas y prácticas de manera conjunta en materia de migración y asilo, las cuales "están teniendo impactos directos en los derechos humanos de migrantes, solicitantes de asilo y refugiados".
"La Comisión observa que estas políticas son contrarias a obligaciones en materia de derechos humanos, en particular en lo que respecta al derecho a solicitar y recibir asilo, el principio de no devolución, dado que, entre otros, exponen a estas personas a numerosos riesgos", critica la CIDH, que señala entre los principales peligros la extorsión y el secuestro a manos de organizaciones criminales y delincuentes comunes que se encuentran en las zonas en las que están siendo devueltas estas personas, así como la falta de acceso a servicios de asistencia básica.
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El organismo también afirma que la separación de niños de sus padres es contraria a las normas del derecho internacional en derechos humanos y urgió a EE.UU. a "cesar de inmediato toda práctica dirigida a separar a niños y niñas de sus padres o tutores como una medida para impedir la migración".
La CIDH también externa su preocupación por la militarización de las fronteras de México y EE.UU., luego de que el Gobierno mexicano ordenara el despliegue de la Guardia Nacional en su frontera sur, mientras que el Gobierno estadounidense dijo que enviará a docenas de agentes del Departamento de Seguridad Nacional a la frontera norte de Guatemala con México para frenar el éxodo migratorio centroamericano.
El organismo agrega que los hechos de violencia y las violaciones a derechos humanos en Guatemala y México en los últimos años "ponen en evidencia que estos países no contarían con las condiciones para ofrecer las garantías de seguridad que un tercer país seguro debe garantizar".
Responde la cancillería mexicanaAnte las críticas de la CIDH, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México respondió en un comunicado que "refrenda" su compromiso con el respeto a la dignidad y a los derechos humanos de las personas migrantes, fenómeno que, aseguró la cancillería, debe atenderse de manera compartida y coordinada.
"Es bajo ese mismo interés en los derechos de los migrantes que México conduce su política migratoria y promueve un esfuerzo inédito para impulsar el desarrollo regional", señaló la SRE.
Militarización de las fronterasEn días recientes, algunos albergues y refugios de migrantes en el norte de México han denunciado redadas ilegales emprendidas por militares para detener migrantes centroamericanos, tal como ocurrió en la Casa del Migrante de Saltillo, en el estado de Coahuila.
Otro hecho relacionado con la militarización de la frontera tuvo que ver con una fotografía donde se muestra a una migrante guatemalteca que llora junto a su hijo mientras suplica a un elemento de la Guardia Nacional de México que le permita llegar a EE.UU., imagen que generó conmoción en redes sociodigitales.
Por su parte, EE.UU. anunció que desplegará un total de 6.600 soldados en su frontera sur para contener a los migrantes centroamericanos.
El pasado 3 de julio, dos militares de EE.UU. fueron arrestados cuando traficaban con migrantes indocumentados en la frontera con México, al transportarlos en una camioneta para introducirlos al estado de California.
Además, el presidente de EE.UU., Donald Trump, amplió las facultades de los oficiales migratorios para permitir deportaciones exprés sin necesidad de que los migrantes comparezcan ante un juez.