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La captura de Vicente Lira Fernández, 1888

De acuerdo con las declaraciones presentadas en su Juicio por delito de sedición, Vicente Lira Fernández declaró que siempre anduvo solo, por lo que le era imposible levantarse en armas contra el gobierno en general, al cual había respetado y acatado. Cuando llegó desde el rancho Santa Clara, él no encontró a su hermano Rafael Lira en el rancho Cayetano, al sur del municipio de Reynosa. Para entonces ya había cambiado de caballo.

Fragmento de un plano de la Sauteña, donde dibujamos la ruta aproximada seguida por Vicente Lira Fernández, desde el rancho Cayetano hasta su captura en la villa de San Fernando. Mapoteca Manuel Orosco y Berra.La captura de Vicente Lira Fernández, 1888

Para el 1º de febrero de 1888, el caporal del rancho Santa Cruz había informado al Presidente de Reynosa, Juan Domínguez, sobre la presencia del prófugo en Santa Rita, desde donde vendría a tomar la Plaza de Reynosa en 15 días. El mismo caporal informaba que los cómplices de Lira Fernández, Francisco de León y Francisco Ramón, andaban por el rancho el Brasil con caballos robados del rancho Santa Cruz. Dentro de los documentos se menciona a otro individuo del cual no se tenía el nombre.

El caporal mencionaba que estos individuos montaban los caballos de Santa Cruz para mantener las fuerzas de su movimiento armado. Por esa razón, el Presidente Municipal escribió al comandante de la plaza, Coronel Nieves Hernández, para que tomara algunas providencias. Al mismo tiempo, Juan Domínguez envió comunicaciones a los Jueces Auxiliares, Jefes de la Policía Rural y a dueños o administradores de los ranchos de la Jurisdicción de Reynosa, para que prestasen auxilio al Coronel Hernández durante la captura de los sediciosos.

En uno de estos escritos, se decía que Lira Fernández, Francisco de León, Francisco Ramón y otros andaban remontando caballada sin una orden de alguna autoridad. Esto era un atentado contra la propiedad privada que se castiga con severidad en nuestras leyes, decía Juan Domínguez. El Presidente nombraba a Casimiro Garza Cavazos como jefe del grupo para que comandara la persecución de los revoltosos; o sino podía él, que designara a la persona adecuada.

El 1º de febrero de 1888, el Presidente de Reynosa recibió un oficio, con fecha del día anterior, sobre un cadáver que había aparecido en el punto de los Caliches, al sur de la villa de Reynosa. Se supo después que pertenecía a Emilio Ramírez, sirviente del rancho Santa Cruz; éste se había separado de un compañero del rancho, con rumbo al rancho Nuevo de los señores Lira.

Casimiro Garza Cavazos, Virginio Flores, Clemente Ramos detuvieron como sospechosos a Nicanor Lira, Celso Ramón, Catarino y Pedro Serna, presentándolos en Reynosa el 13 de febrero. Dos días antes, se informó a las autoridades en Cd. Victoria que las Fuerzas Federales y los vecinos no habían podido capturar a Vicente Lira Fernández, Francisco de León, Francisco Ramón y otros cómplices; los delincuentes habían tomado rumbo a poblaciones hacía el sur.

Desde el 27 de febrero de 1888, el Juez 2º local de Reynosa, José María Cantú Guerra, remitió al General en Jefe de la 4ª Zona Militar en H. Matamoros una averiguación sumaria de 22 fojas contra Vicente Lira Fernández y sus supuestos cómplices. Para entonces a ellos se les habían agregado los delitos de homicidio y abigeato; era prioritario lograr averiguar quiénes les acompañaban.

Periódicos

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El Siglo Diez y Nueve, periódico liberal en donde se publicó parte de esta historia en 1888.

La fama de Vicente Lira Fernández creció en los diarios de la región y de la Cd. de México; las plumas de los periodistas vestían la historia campirana del personaje. Una de las primeras notas fue publicada el 2 de febrero de 1888 por “La Patria,” mencionando: “Un loco, que no debe ser otra cosa, llamado Vicente Lira Fernández se ha levantado en armas contra los Poderes Federales en Camargo.” Aquí, el periodista confunde a Reynosa con Camargo.

Continúa diciendo: “pero el señor general Vela dispuso que saliera de Matamoros un corto número de fuerza para poner en paz a ese Sr. Lira, que no dudamos vendrá a tocar la ídem en un rincón de San Hipólito (Santo carcelero).” El diario “El Tiempo” repitió la misma nota días después.

Una nota del 5 de febrero del periódico “El Cronista de Matamoros” incluyó una nota con el encabezado: “Movimiento revolucionario.” Según la noticia provenía de Camargo, narraba que “Vicente Lira Fernández se titula coronel y jefe de un movimiento revolucionario contra los poderes federales, presentándose con tal carácter en los ranchos y recogiendo armas y caballos, no sin haber intimado a las autoridades en Camargo para que lo reconocieran con ese cargo y le facilitaran municiones y dinero.”

El diario después de exagerar la nota, terminaba exponiendo que el General E. Vela había destacado las fuerzas necesarias para la persecución “de aquellos, que, pretextando principios políticos, buscan en la revolución el medio de vivir de lo ajeno.”

“El Siglo Diez y Nueve” presentó el miércoles 22 de febrero de 1888 una nota del Diario Oficial del día anterior, bajo el encabezado “Movimiento Revolucionario.” Este diario decía que con ese título se habían publicado la nota en diferentes diarios de la capital, donde se aclaraba que la sedición contra los Poderes Federales había ocurrido en Reynosa y no en Camargo, Tamaulipas. Este explicaba que el rumor carecía “en lo absoluto de importancia.” La misma noticia sería replicada por el periódico “El Tiempo” dos días después.

La noticia provenía de los telegramas enviados desde la frontera (Matamoros y Reynosa) para informar sobre el levantamiento al gobierno federal, presidido por don Porfirio Díaz. La mayoría de estos telegramas (del 3 al 13 de febrero de 1888) se encuentran en el Archivo Histórico de Reynosa, con la información que ya se presentó arriba en este artículo.

La captura de Vicente Lira Fernández

“El iniciador de esa asonada insignificante (sedición) fue aprehendido en la villa de San Fernando, completamente solo, por el Teniente de la Gendarmería Fiscal, Francisco Tamez,” informaba el diario “El Siglo Diez y Nueve”. La azarosa captura sucedió el 10 febrero de 1888. Por telegrama, el Teniente informó a sus superiores: “anoche a las 8 aprehendí personalmente en esta Villa (San Fernando) … a Vicente Lira Fernández, completamente solo,” a quien “tengo preso e incomunicado en mi oficina desde anoche.”

El General E. Vela ordenó al Capitán German Romero de la 3ª de Auxiliares, quien llegó a San Fernando desde Cruillas la noche del día siguiente, para que enviara con las seguridades debidas al reo de sedición a la plaza de Matamoros. El día 12 de febrero, el General informaba a la Secretaría de Estado y al Despacho de Guerra y Marina la orden que dio al Capitán para que un oficial y cinco de tropa condujeran a Vicente Lira Fernández a Matamoros.

Dos días después de la captura del sedicioso, el periódico “El Cronista de Matamoros” informaba el avistamiento y captura de Lira en San Fernando. “El cabecilla organizó una gavilla de bandidos desconociendo por escrito a las autoridades, y amenazando con ocupar aquella (Reynosa) en quince días,” mencionaba el diario. La nota explicaba “como el expresado Lira es bien conocido en esta plaza como el ‘caballero de industria’ y aficionado a la rapiña, y últimamente so pretexto de plan político resultó coronel.”

Confirmaba la publicación sobre el robo de caballada y los trastornos causados a los pacíficos moradores de esta región. Al ser aprehendido por las fuerzas combinadas de la zona se “le disolvieron las escasas fuerzas que había logrado reunir.”

Aunque sí hubo un descontento por las elecciones celebradas en diciembre de 1887, el movimiento armado en contra de la autoridad de Reynosa y el gobierno del Porfiriato existió más en papel que en la realidad a principios del año 1888. Para concluir esta historia de sedición incluimos la nota periodística publicada el 11 de febrero por “El Progresista” de Lampazos, con el título: ¡Oh Fatalidad!

“El intrépido patriota (¿?) y ameritado coronel (¿?) D. Vicente Lira Fernández fue aprehendido en San Fernando por el Teniente de la gendarmería fiscal…Mi más sentido pésame a las ilustraciones patriotas de allende el Bravo; pero no hay que desmayar, queridos, que aún no asesinan al general, aquél que puede hacer coroneles al vapor.”

“Adiós ilusiones doradas de los que aspiran a vivir de la revolución, o se entregan a ella impulsados por el odio o la venganza.” Durante los últimos días del año de 1888, el Juzgado en Matamoros todavía pedía copias de los documentos relacionados con el desconocimiento a la autoridad que había hecho Vicente Lira Fernández en la villa de Reynosa.




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