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La búsqueda del fuerte francés San Luis en la desembocadura del río Bravo en 1686

El Rey de Francia apoyó al reconocido explorador para que aparejara una expedición con cuatro embarcaciones

Cronista Municipal de Reynosa 

Casco del navío La Belle, rescatado por arqueólogos de la bahía Matagorda.La búsqueda del fuerte francés San Luis en la desembocadura del río Bravo en 1686

René Robert Cavalier, Sieur de La Salle, fue el primer europeo en navegar la cuenca del río Misisipi, desde los Grandes Lagos en los Estados Unidos hasta su desembocadura en el Golfo de México en l682. A este nativo de Ruán, Francia, se le reconoce como la persona que bautizó las tierras más fértiles del continente de América del Norte como “La Louisiane” (Luisiana) en honor al monarca Luis XIV y su madre Ana.

El Rey de Francia apoyó al reconocido explorador para que aparejara una expedición con cuatro embarcaciones (L'Aimable, La Belle, Le Joly y Saint-François) y estableciera una colonia en la desembocadura del Misisipi con 280 hombres, mujeres y niños, que zarparon de La Rochelle en Francia. La colonia, en sus planes originales, tenía como objetivo bloquear el expansionismo inglés, crear un centro de comercio de pieles y establecer una base militar en contra de las colonias españolas en América.

En febrero de 1685, después de varios contratiempos y perder una de las embarcaciones en el Caribe, La Salle logró establecer el Fuerte San Luis con sólo 180 personas en lo que se conocería como la Bahía del Espíritu Santo, en lo que es ahora la Bahía Matagorda en la costa central de Texas. La desventurada expedición se estableció a orillas del actual arroyo Garcitas, después que encallaran las embarcaciones L'Aimable y La Belle en la bahía, además de ver partir a Le Joly de regreso a Francia. 

A mediados de la década de 1990, la Comisión de Historia de Texas confirmó arqueológicamente el lugar de este fuerte y rescató la embarcación La Belle de la bahía. A partir del año del 2015, el museo Bullock en la ciudad de Austin, Texas, exhibe los restos arqueológicos de esta embarcación francesa.

Desde el fuerte San Luis, La Salle condujo tres expediciones por tierra: la primera hacia el río Bravo en lo que es actualmente la frontera de Coahuila; la segunda hacia los ríos Brazos y Trinidad (Trinity) en lo que era territorio de los grupos indígenas hasinai o tejas; la tercera hacia el noreste en busca del Misisipi. 

En esa última expedición, La Salle fue asesinado por su propia gente. Seis de los expedicionarios lograron regresar a Francia a través de la ruta Illinois-Montreal. Los grupos indígenas de la costa central de Texas, acabaron con los pocos sobrevivientes del fuerte. Solo nueve franceses, entre ellos cinco niños menores de 11 años, fueron tomados como cautivos o adoptados por la población nativa. Estos serían posteriormente rescatados por la expedición dirigida por Alonso de León, El Mozo, que viajó desde Coahuila.

La Corona Española en busca del fuerte

Por once años, entre 1685 y 1696, la Corona Española se preocupó por buscar al ilusorio Fuerte San Luis. Cinco expediciones marítimas exploraron minuciosamente el litoral costero desde la Florida a Veracruz e inversamente en busca del Fuerte y el río Misisipi, que era también mencionado como río Palizadas. Aunque la tercera expedición logró observar el naufragio de La Belle, los navegantes no lograron identificar la embarcación como francesa.

Ocho expediciones que salieron desde el Nuevo Reino de León, Nuevo México, Florida, Nueva Vizcaya y finalmente desde el entonces recién establecida Provincia de Coahuila, exploraron los territorios no colonizados en busca del fuerte francés.

Fueron tres expediciones, dos por tierra y una por mar, las que recorrieron la parte baja del río Bravo entre 1686 y 1688. De esas, la primera expedición terrestre es de la que se tiene más información como se menciona a continuación.

Buscan franceses desde Cadereyta

Agustín de Echeverz, el Marqués de San Miguel de Aguayo, tenía poco más de dos años como gobernador del Nuevo Reino de León cuando recibió las órdenes del virrey Marqués de la Laguna para que emprendiera la búsqueda de la Bahía del Espíritu Santo. El gobernador tenía noticias de la existencia de los franceses por un indio de la etnia de los pelones. 

Este indígena, que pertenecía a la encomienda de la estancia de Joan (San Juan en el actual municipio de Cadereyta), había visitado el territorio de caza y recolección hacia el norte, al sur del río Bravo. Estando en territorio de las etnias de los blancos y pajaritos observó a un indígena vestido con calzones, casaca, sombrero grande y un cuchillo al estilo francés. Fue por la información de este indígena de la etnia pelón que se hizo esa primera expedición por tierra hacia la desembocadura del río Bravo.

Debido a que nadie sabía dónde quedaba la bahía del Espíritu Santo, pensaron que estaba en la desembocadura del río Bravo. El gobernador del Nuevo Reino de León llevó 29 soldados de la compañía de Monterrey comandada por Nicolás Ochoa a la villa de Cadereyta. Esa villa contaba con una compañía de 18 soldados al mando del capitán Antonio Leal. Ahí, el gobernador entregó dichas compañías a los capitanes Carlos Cantú y Nicolás de Medina. El primero fue abuelo del capitán del mismo nombre, quien fundaría años más tarde la villa de Reynosa. 

El gobernador designó a Alonso de León, El Mozo, como jefe supremo de la expedición; agregando a la comitiva al cura de Cadereyta, a su hermano Pedro Fermín de Echeverz, al alférez Francisco Benavides y a Juan Bautista Chapa. A este último, conocido como el cronista anónimo, se le reconoce por haber conservado el diario de la expedición, escrito por Alonso de León, al incluirlo en la “Historia del Nuevo Reino de León.” Actualmente los escritos originales de Juan Bautista Chapa se encuentran resguardados en la Universidad de Yale en los Estados Unidos.

La expedición llevaba 40 cargas de bastimento (entre 5.5 y 6.5 toneladas) que incluían harina, biscochos, carne y chocolate. Esto se transportó en algunos de los 468 caballos de las dos compañías. El personal de servicio estaba compuesto por 20 personas, entre arrieros, mozos, pajes e indios guías.

El viaje de ida y vuelta duró un mes completo entre Cadereyta y la desembocadura del río Bravo, del 27 de junio al 27 de julio de 1686. En jornadas de 2 a 8 leguas diarias (8.5 a 33.5 km) llegaron a la desembocadura. Siguieron primero la margen izquierda del río San Juan, cruzando el río en las inmediaciones de la actual China, Nuevo León. Estas tierras eran de Carlos Cantú quien era cuñado de Alonso de León el mozo, el jefe de la expedición.

El río Bravo fue alcanzado el día 2 de julio río arriba del actual Valadeces en Tamaulipas, llegando a las inmediaciones de la actual ciudad de Reynosa el día 6 y Matamoros el 12 de julio. El día 14 de julio la expedición llegó a la desembocadura del río, donde no se halló vestigios de los franceses. Aquí los sedimentos del Bravo, tornaban el agua a un color bermejo al introducirse por más de una legua (4.19 km) mar adentro.

Alonso de León decía que ahí el ancho del río tenía un tiro de mosquete (90 a 100 m) y su profundidad llegaba de siete a ocho brazas (12 a 13.5 m). Los exploradores estimaron que las embarcaciones profundas de la época podían entrar hasta 8.38 km río arriba. Al punto de mediodía, Alonso de León registró la desembocadura con el astrolabio, dando la latitud de 25° y 4’ (actual 25° 56’). El día 15, el jefe de la expedición con un grupo de 25 soldados recorrió el litoral costero por ocho leguas (33 km) hacia el río las Palmas (Soto la Marina). Encontraron en la playa tres canoas, diferentes tipos de maderas, restos de embarcaciones y una caña de maíz que comenzaba a jilotear; todo esto traído por la resaca del mar. 

En el regreso a Cadereyta se cubrieron largas distancias en cada jornada. Las confrontaciones bélicas con la población nativa fueron frecuentes en el trayecto de ida y vuelta, tornándose más intensas en el retorno. Las prácticas de los colonos con las encomiendas y el tráfico de esclavos indígenas perturbaban a la población nativa. 

Casi diez años después, el 22 de abril de 1696, Alonso de León El Mozo encontraría las ruinas del fuerte San Luis. Para ese entonces dirigía una expedición de 114 hombres, en aquel momento era el primer gobernador de la Provincia de Coahuila. Los eventos relacionados con el personaje La Salle y el fuerte San Luis son un punto de partida en la historia del Noreste de México y Texas, que nos ayuda a entender otros eventos históricos posteriores. Entre estos destacan la colonización del Nuevo Santander en lo que es ahora Tamaulipas, la intervención estadunidense en México y la conformación de la frontera entre Estados Unidos y México.

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Uno de diez mil artefactos franceses rescatados por los arqueólogos del navío La Belle, Museo Bullock en Austin, Texas.

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René Robert Cavalier, Sieur de La Salle.

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Plano  del Fuerte San Luis dibujado por Alonso de León, El Mozo, en 1689.



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