Imponen la ceniza a fieles católicos

Dos filas que llegaban desde el altar hasta las entradas de la puerta principal, en silencio, paso a paso, mayoría mujeres, adultos hombres y apenas unos cuantos jóvenes varones esperaban su turno para que el sacerdote colocara una cruz con ceniza en la frente.

Es el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en el primer cuadro de la ciudad, al cual se dieron cita cientos de católicos para recibir la ceniza en sus frentes.

“Polvo eres y en polvo te convertirás”, sentencian el cura y dos ayudantes mayores al colocar la cruz de color gris y negro en la frente de los fieles que acudieron a recordar esta vieja sentencia de que al final de la vida, el cuerpo físico se convierte en un montón de residuos en ceniza.

Un coro de damas, recordando la liturgia, le imponen un ritmo pausado al lento andar de quienes esperan con paciencia a que avance el de adelante y desde un recipiente se saque una pequeña pizca de ceniza para que el ritual quede culminado, como año con año se practica.

Así, de este modo, inician las celebraciones de la Cuaresma que culminarán un domingo de ramos, con el cual se festeja la entrad triunfal de Jesucristo a Jerusalem montado en un burro y con la alegría del batir de palmas del pueblo creyente.