Hoy llega a Netflix

Ciudad de México 

Quien con monstruos lucha, cuídese de convertirse a su vez en monstruo".

La frase es del filósofo Friedrich Nietzsche, pero quien la recita es Holt McCallany, uno de los protagonistas de Mindhunter, la aclamada serie sobre el desarrollo de perfiles psicológicos de asesinos en serie que emprendió el FBI en los 70.

La segunda temporada, producida por David Fincher, llega hoy viernes a Netflix con 9 episodios, cuya oscuridad trastocará a sus personajes principales.

INTENSA TRAMA

Tras una experiencia traumática con el homicida y necrófilo Ed Kemper, al agente Holden Ford (Jonathan Groff) sufrirá constantes ataques de ansiedad.

Y el agente Bill Tench (McCallany) verá a su familia en peligro luego de que la violencia aceche muy cerca de su propio vecindario.

El abismo siempre lo mira a uno de vuelta, recalca el actor, del otro lado del teléfono.

"Los agentes reales que hacen esto tienen que obsesionarse con los crímenes, pensar en ellos todo el tiempo, llevárselos a casa. Y pagan el precio, emocional, psicológica y hasta físicamente.

"(El investigador y leyenda de la criminología) John Douglas, quien inspiró la serie, se quebró varias veces. Algunos se hicieron alcohólicos, echaron a perder su familia", enumera McCallany.

SE ENFRENTAN A CRÍMENES

Ahora, Ford y Tench deberán enfrentarse a "El Hijo de Sam", quien aseguraba que un demonio le ordenaba matar; y a "BTK", quien presumía sus crímenes a la policía y la prensa.

También al caso de los más de 20 niños negros asesinados en Atlanta entre 1979 y 1981, y el mítico Charles Manson, cuyos seguidores ultimaron a 9 personas, incluida la actriz Sharon Tate.

"Es una aproximación totalmente distinta a la de otros proyectos. Abordamos crímenes, asesinos y casos reales, para quitarle glamour al tema y ser lo más auténticos posibles".

Mindhunter efectivamente es atípica: mientras otras producciones se regodean con las matanzas, aquí cada muerte es una tragedia que merece respeto, así que son mostradas fuera de cuadro o en fotos policiales.

LA TENSIÓN AL MÁXIMO

La tensión interpretativa llega al máximo en las secuencias de diálogos entre Ford y Tench con asesinos encerrados en prisiones.

Tal efecto se logra, destaca Holt, gracias a la obsesiva dirección de Fincher, pero también al trabajo previo que Groff y él han hecho.