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Guardias de bar en Ensenada asfixian hasta la muerte a un parroquiano

Dos guardias de seguridad del Manguito Bar, propiedad de Papas&Beer, en Ensenada, fueron detenidos tras la muerte por asfixia de Rubén Naranjo, un mexicoamericano radicado en San Diego, California

CIUDAD DE MÉXICO.– Rubén Naranjo viajó de San Diego a Ensenada, Baja California, como cada mes. Esta vez iba junto a su padre y su hermano. Querían festejar el 4 de julio y, un día antes, durante una pelea, unos guardias de seguridad lo asesinaron.

Foto: Facebook @GobiernoDeEnsenada.Guardias de bar en Ensenada asfixian hasta la muerte a un parroquiano

El fiscal central de Baja California, Hiram Sánchez, dijo que dos elementos de seguridad fueron arrestados.

“Se encuentran en prisión preventiva. Ayer fue la audiencia inicial en la que se analizó si estábamos en presencia de flagrancia delictiva. El juez determinó que sí, por lo que pasaron a una audiencia de control de detención”, señaló Sánchez.

Naranjo trabajaba en el distrito unificado de Grossmont desde hace 5 años, como conserje en la preparatoria El Capitán. Residía en San Diego, California y era padre de dos niños.

¿Qué le pasó a Rubén?

El sábado 3 de julio, German Briseño, hermano de Rubén, narró a Telemundo lo sucedido después de que recibió la llamada, alrededor de las 6:30 horas, para avisarle del asesinato de su hermano.

Rubén, un mexicanoamericano de 38 años, fue a Baja California a visitar a su padre y otros familiares por el día feriado.

“Su papá quería entrar al Manguito Bar (propiedad de Papas&Beer) a usar el baño y pues se metió, y mi hermano se quería meter no sé si al baño o por un ‘drink’ (bebida), pero no lo dejaron entrar y no sé por qué, si había gente adentro; los de seguridad le dijeron que estaba cerrado, pero no era el caso”, contó.

Entonces comenzaron a discutir. Rubén les preguntó a los de seguridad por qué se reían y comenzaron a pegarle y a amontonársele. Lo golpearon, lo patearon, lo esposaron y lo asfixiaron.

Durante la pelea, el padre de Rubén y otro de sus hermanos fueron esposados. Además, los presuntos asesinos, elementos de seguridad del Manguito Bar, manipularon la escena del crimen.

“Ojalá se queden en la cárcel toda su vida”, pidió Briseño.



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