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Grave inseguridad alimentaria: FAO

Urgen ayuda 39 países. Impactan conflictos y fenómenos climáticos

Crisis. Un total de 39 países -31 de los cuales están en África, siete en Asia y uno en el Caribe (Haití)-, necesitan ayuda alimentaria externa urgente.Grave inseguridad alimentaria: FAO

Roma, Italia

Los conflictos persistentes y los fenómenos climáticos negativos provocan altos niveles de inseguridad alimentaria severa, en particular en países de África austral y Medio Oriente, que necesitan ayuda humanitaria, según un nuevo informe publicado ayer por la FAO.

Un total de 39 países -31 de los cuales están en África, siete en Asia y uno en el Caribe (Haití)-, necesitan ayuda alimentaria externa, en una situación sin cambios desde hace tres meses, según el informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hizo hincapié en que los conflictos prolongados, los fenómenos meteorológicos extremos y el desplazamiento siguen obstaculizando el acceso a los alimentos de millones de personas vulnerables.

Los conflictos civiles y el desplazamiento de la población son los principales motores de la inseguridad alimentaria en África oriental y el Cercano Oriente, mientras que las condiciones de tiempo seco redujeron la producción de cereales en África austral, según el informe.

Resaltó que los conflictos civiles, a menudo combinados con eventos meteorológicos extremos, han tenido un elevado impacto en la seguridad alimentaria de poblaciones vulnerables en la República Centroafricana, Nigeria, Sudán del Sur, Siria y Yemen, entre otros países.

En Yemen, debido al conflicto en curso, se estima que 17.8 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y requieren ayuda humanitaria urgente, un aumento del 5.0 por ciento con respecto a 2017.

En la República Centroafricana, se calcula que cerca de dos millones de personas (43 por ciento de la población total), necesitan ayuda alimentaria urgente.

Lo anterior, debido a la guerra civil, varios años consecutivos de producción agrícola reducida y el funcionamiento deficiente de los mercados, especialmente para la población desplazada, las familias de acogida y repatriados, todo ello agravado por enfrentamientos violentos y tensiones intercomunales.

En tanto, el pronóstico más reciente de la FAO para la producción mundial de cereales en 2018 se sitúa en dos mil 587 millones de toneladas, el mínimo en los tres últimos años y un 2.4 por ciento menos que el nivel récord del año pasado.

La producción de cereales en los 52 países de bajos ingresos con déficit de alimentos (PBIDA) se proyecta este año en alrededor de 490 millones de toneladas, alrededor de 19 millones por encima del promedio de los últimos cinco años.

La producción total refleja los resultados reducidos por la meteorología adversa en África austral, Asia central y el Cercano Oriente que se prevén compensadas por los aumentos de producción en el Lejano Oriente asiático y África oriental.

Las lluvias insuficientes registradas en África austral en las etapas clave de los cultivos limitaron este año la producción cerealera, con las mayores reducciones registradas en Malawi y Zimbabwe.

El reporte señaló que la región del Cercano Oriente ha experimentado también lluvias insuficientes que han mermado la producción de cereales, especialmente en Afganistán y Siria.

En ese último país se estima que alrededor de 6.5 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y otros cuatro millones están en riesgo de padecerla.

Según el informe, las condiciones climáticas secas en América del Sur han reducido la producción de cereales en 2018 desde el récord del año pasado, en especial del maíz.

En América Central y el Caribe, las lluvias desfavorables afectaron igualmente a la producción de maíz de este año, excepto en México.




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