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Gana la batalla

Leslie De la Torre, una mujer sobreviviente del cáncer de mama

Esta historia comenzó en una mañana al despertar notó algo extraño en su seno izquierdo; al palparlo se sentía pequeño como una semilla de mostaza, en la familia ya existía antecedentes, ya que su hermano Jorge tenía poco tiempo de haber fallecido de cáncer, esto la preparó para vivir la etapa más difícil de su vida.

Gana la batalla
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"La prevención es muy importante, el cáncer de mamá detectado a tiempo es curable, y aún si ya se padece es una batalla que siempre se puede ganar, lo más importante es tener la actitud mental correcta, pensar positivo y no rendirse hasta el último segundo. Pues después de la batalla, siempre se encuentra la paz." *Leslie de la Torre Guzmán

Originaria de Reynosa, con 36 años de edad Leslie Victoria de la Torre Guzmán nos cuenta como fue su batalla contra el cáncer de mamá algunos años atrás, la cual logró vencer.

Esta historia comenzó en una mañana al despertar notó algo extraño en su seno izquierdo; al palparlo se sentía pequeño como una semilla de mostaza, en la familia ya existía antecedentes, ya que su hermano Jorge tenía poco tiempo de haber fallecido de cáncer, esto la preparó para vivir la etapa más difícil de su vida.

Las probabilidades genéticas eran muchas, ya que dos tías de ella habían sufrido de dicha enfermedad. Una de ellas perdió la batalla, la segunda sobrevivió, aunque con secuelas.

Leslie recuerda que fue a sus 26 años de edad, cuando recibió la peor noticia de su vida, tenía cáncer de seno.

Sale victoriosa

Leslie De la Torre Guzmán en mayo del 2014 fue dada de alta

A TIEMPO

Ella actuó rápido, acudió a revisión, en la primera valoración médica le indicaron que se trataba de un fibroadenoma (tumor de mama benigno). A una semana del diagnóstico, la joven entró a quirófano para la remoción del fibrodeanoma, esto fue un 27 de junio del año 2008.

Al despertar de la intervención las malas noticias se hicieron presentes, el médico oncólogo de Reynosa le dice: ‘“yo sé que tú eres una mujer muy valiente, que eres una persona que cree mucho en Dios, y tienes que ser muy fuerte” le dice una frase que no quería escuchar “tienes cáncer”.

“Por mi mente pasaron mil ideas, las primeras de ellas, que posiblemente perdería la vida, pues recordaba el sufrimiento de mi hermano al ser víctima de la enfermedad”, bastaron solo unos segundos para dar un giro a sus pensamientos negativos al recordar a su familia.

Lesli cuenta que se aferró a la vida, siempre pensando en su familia y los seres queridos, así como en su hermano que ya no estaba con ella.

AL TORO POR LOS CUERNOS

Con lagrimas en los ojos recordó ese momento y su pensamiento de seguir adelante: “Saqué mucho coraje, mucha fuerza, y dije, ‘esto a mí no me va matar, yo vi como mi hermano sufrió, y yo no me voy a morir, me llené de ganas de vivir, me llené de mucho valor. Pensé dentro de mi, me quiero casar, quiero ser mamá, quiero seguir con mi familia, yo no me quiero morir’, volteé con el doctor y le dije ‘Al toro por los cuernos, qué hay que hacer’ y tomé una decisión que me salvo la vida”.

Para cualquier mujer, perder un seno es algo muy difícil y en ocasiones difícil de superar; entre las dos opciones que tenía quirúrgicamente ella eligió realizarse la mastectomía en el seno izquierdo, lo que significaba quitárselo todo.

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CERO VANIDAD

Mil preguntas surgieron en su cabeza, “Si me dejo la mama y sólo me quitan el pedacito donde está el cáncer… ¿y se me riega? ella dejó la vanidad atrás y decidió que le quitaran la mama completa y así no dejar un posible rastro del cáncer.

Al realizarse unos estudios con ayuda de un medio de contraste, el resultado fue que el cáncer de Lesslie estaba encapsulado y no existía metástasis, además, los doctores le informaron que tenía un 99% de probabilidades de curarse.

Tras esas noticias tan favorables, su mente se puso en positivo y dijo: “si tantas mujeres se ponen, se quitan, se hacen, se vuelven a quitar, se vuelven a poner, por qué yo no, me va a quedar más bonita que la que tengo normal”.

ACTITUD POSITIVA

Fue un proceso duro, pero vivirlo la hizo se más fuerte, más sin embargo una de las claves fue tener la actitud correcta, una actitud positiva, pues a pesar de la gravedad de la situación, no perdió la oportunidad de sacarle provecho, y darle un buen uso.

Aparte de los dolores del alma, leslie sufrió un fuerte dolor en el brazo izquierdo, ya que además del seno, le retiraron un grupo de ganglios que resultaron limpios en los análisis

Un momento complicado fue la primera ducha después de la intervención, donde tenía que quitarse los vendajes y verse por primera ves sin su seno.

Uno de los momentos más tensos de la situación fue la ducha después de la operación, el tener que quitarse los vendajes, y verse por primera vez después de la intervención.

“Empecé a quitarme las vendas frente al espejo, me vi, y le grité a mis papás que estaban en la habitación ‘ah, pues no se ve tan mal’ y mis papás respiraron soltaron la carcajada, de pronto entra mi mamá y mi papá y les muestro, ‘pues es que vean, no se ve nada raro se ve bien’. Yo estaba llorando de alegría, pues no me vieron derrumbada, no me derrumbé, no me lo permití, no quise”.

El proceso de quimioterapia no fue tan malo, ella comenta que se sentía decaída, pero no más, aprendió a vivir con dicho procedimiento.

Ella recibe oportunidad de trabajo en León, Guanajuato, ahí conoce a Juan Carlos, quien es ahora su esposo y padre de sus dos hijos Fedra y Fabio, ella cuenta que tuvo la fortuna de amamantar a sus hijos con un seno, hoy vive plena, feliz junto a su familia y la gente que la quiere, actualmente radica en Reynosa.

-Por Blanca Castillo





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