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‘Evito ascensor, prefiero escaleras’

Una mezcla de respeto y extrañeza envuelve el regreso al trabajo tras el confinamiento

‘Evito ascensor, prefiero escaleras’

Así resume la situación Javier Romero, director de estrategia del astillero más grande de España, uno de los primeros ejecutivos que viven el regreso a las oficinas bajo las férreas medidas sanitarias recomendadas por el Gobierno. Normas que serán el catecismo en el paulatino desembarco de las plantillas de las grandes empresas españolas. En Navantia, con más de 4.000 empleados, la desescalada presencial ronda el 50% en los distintos centros y un 25% prosigue el trabajo en remoto. En esta incorporación habla de “respeto” y no de “miedo” al referirse al coronavirus. “El miedo lleva a comportamientos imprudentes y el respeto preserva la salud”.

Romero retoma in situ sus labores de gestión al frente de la constructora naval, consciente del papel de “empresa tractora”, que genera por cada empleado siete puestos más. “Lo cual es una enorme responsabilidad frente al sector industrial (para evitar ERTE y despidos) y con respecto a la economía nacional”, señala. Flanqueada por estas estrictas medidas sanitarias, la industria auxiliar vinculada a sus centros de producción en Cádiz, Ferrol y Cartagena desarrolla su actividad al 70%. Una responsabilidad que comparten las grandes compañías como motores de economía española, del empleo y de su propia viabilidad frente a la crisis del coronavirus.

NUEVAS RUTINAS

Cepsa ha iniciado el retorno a la oficina esta semana. Lo han hecho 150 empleados de los 2.000 que trabajan en la Torre Cepsa. Su director de Recursos Humanos, Carlos Morán, ratifica un “seguimiento exhaustivo de la salud de cada uno” y califica la vuelta como “heterogénea por zonas geográficas y tipo de centros de trabajo”. Óscar Martínez, coordinador de los servicios jurídicos, agradece “el esfuerzo de la compañía en formarnos, con todo detalle, en las medidas de prevención para sentirnos seguros en nuestro puesto de trabajo”.

Del mismo modo, Manpower Group España ha recibido estos días a un 15% de la plantilla. Javier Ayuso, ejecutivo de marketing, apunta que, “tras dar negativo en el test de la covid-19, necesitaba cambiar de escenario. Aquí me concentro mejor, soy más productivo y separo mi vida profesional de la personal”. Y narra así su experiencia: “Al llegar, me he desinfectado las manos con gel, he pulsado con el codo el botón del ascensor y llegado a mi planta. Las salas de reuniones, la máquina del café, la de vending y el microondas están precintados. Todos los puestos de la pradera aparecen sellados y desinfectados. Han pasado a limpiar cada dos horas”.

Una limpieza y desinfección a la que están habituados en Fagor Electrónica, de la Corporación Mondragón, donde aseguran que “trabajar con EPI es algo habitual, al tener una sala blanca donde realizamos procesos químicos”. Ubicada en Gipuzkoa, que atraviesa la fase 1 de la desescalada, “todos los accesos a la empresa se han centralizado en una sola entrada “y nos vetan el retorno con una temperatura superior a 37 grados”, cuenta Mónica Vaz, presidenta del consejo rector. “Las áreas comunes se han restringido, hay aforos máximos y señalética que recuerda el distanciamiento. La vista pasa por ascensores clausurados, salvo para los que lo necesiten; puertas abiertas para evitar manillas, rutas de circulación y turnos de entrada”. Sobre su retorno a Fagor dice: “Echo de menos el contacto más cercano con mis compañeros”, dice Vaz.

Algo en lo que coinciden los ejecutivos incorporados es en el clima de seguridad y confianza que transmiten las medidas sanitarias implementadas y el enorme impulso digital que se ha dado durante el confinamiento. Lo confirma el incremento del 25% en los pedidos de Hitachi “para dotar de material ante la avalancha de teletrabajo”, indica Valentín Pinuaga, director de Hitachi Vantara en España. Lo que sin duda “pasará factura”, en opinión de Iván Fernández, profesor de prevención de riesgos laborales de la UNIR. “La etapa pospandemia crea una cultura nueva en la oficina, de convivencia en la empresa, de espacios y rutinas diferentes. Pero, por encima de todo, una excesiva conexión digital casi a tiempo completo”.

Y es que seminarios online (Webinar) y plataformas de conexión colectiva representan la nueva normalidad en la cultura presencial de las compañías. Así lo reconoce el director sectorial de automoción de Adecco, Antonio López, incorporado esta semana también a la sede central de la compañía. “Me he olvidado del teléfono y mantengo las reuniones con clientes con la cámara abierta”. Destaca, tras los 60 días de teletrabajo, “una reconfortante acogida. El presidente y el director general nos han dado la bienvenida y nos han explicado, de forma individual, las medidas sanitarias y el circuito del edificio completamente señalizado”.

Desde Abengoa resaltan que el impacto del coronavirus “ha sido mínimo” en número de positivos y nunca de origen laboral porque “se tomaron medidas sanitarias en enero y creamos un comité específico en febrero”. 

La vuelta a la oficina del 5% de los empleados se ha hecho con normalidad y con “una plantilla muy concienciada”. Aunque sí reconocen el impacto económico “severo” en la compañía.

Mientras, en otras grandes empresas, la desescalada tendrá que esperar. El teletrabajo continúa siendo su opción casi exclusiva. Es el caso de firmas como Google, Red Eléctrica, Telefónica, DHL, Siemens, Disney o Coca-Cola, que pretenden afrontar la vuelta de sus empleados a las oficinas entre julio y septiembre.



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