Sigue delicado y deja el hospital
Andrés García recibe constantes transfusiones de sangre afirma Margarita
Margarita Portillo, esposa de Andrés García, habló del estado de salud actual del actor de 81 años, y aseguró que desde hace dos meses ha estado recibiendo transfusiones de sangre, debido a que, además de la cirrosis que padece, el artista tiene una enfermedad en la médula ósea, que le exige ser sometido a este procedimiento de rutina.
Pese a que hace ya más de un mes que Andrés García abandonó el hospital, tras padecer una fuerte neumonía, continúa con un estado de salud delicado, de acuerdo con lo que reportó su pareja, Margarita Portillo, quien en comunicación con “Ventaneado” para hablar acerca de cómo se encuentra el actor.
Portillo explicó que, si bien, el actor “está mejor de lo que llegó a estar”, a finales del mes pasado, el 27 de diciembre, requirió sangre de forma urgente, pues independientemente de la cirrosis que padece desde hace años, tiene otra enfermedad, cuyo nombre no recordó su pareja, sin embargo, destacó que se trataba de una afección en la que la médula ósea ataca y destruye a los glóbulos rojos.
ES O NEGATIVO
De hecho, Portillo destacó que este es el motivo por el que García necesita transfusiones de sangre recurrentes, el problema –detalló su esposa- es que el actor tiene un tipo de sangre poco común; O negativo, por lo que se les ha dificultado mucho encontrar una donadora o un donador compatible, por fortuna contó con la ayuda de Anahí, quien –de acuerdo a Margarita- estuvo moviéndose hasta encontrar la transfusión que Andrés necesitaba.
- Ante el apoyo de la actriz, Portillo se dijo muy agradecida, pero sobre todo muy sorprendida de la incondicionalidad de Anahí que, a lado de su esposo, demostraron una “humanidad y empatía que se emana”.
“Anahí me sigue ayudando”, pues fue la responsable de conseguir dos unidades de sangre, junto a la Secretaría de Salud de Guerrero y el Hospital Santa Lucía, según reportó Margarita.
GENIO Y FIGURA
La esposa del actor dijo que, con todo y enfermedad, “Andrés sigue siendo Andrés”, puede estar de muy buen humor, y al siguiente instante, de mal humor, gritando y molesto, para luego, volver a estar tranquilo.