Asume ser una ‘señora’
Tiaré Scanda da vida a Rosa Gutiérrez en La Herencia
Monterrey, N.L.- Tenía 30 años cuando por primera vez le dieron el rol de mamá en una telenovela, y por eso, ahora, a sus 48, Tiaré Scanda no entra en crisis ni le baja la autoestima si la llaman señora.
A mí para nada me queda ese rubio, y quería que el público viera que Rosa no luce natural, porque te cuenta cómo es el personaje por dentro* Tiaré Scanda, Actriz
La actriz está muy complacida con su papel de Rosa Gutiérrez en el melodrama La Herencia, donde incluso está a punto de convertirse en abuela.
SIN CRISIS
“La primera vez que fui mamá de una adolescente fue en la telenovela Rebelde, allá por el 2004, cuando en ese momento mi hija en la vida real tenía 2 años. En ese momento yo decía ‘qué padre que ya me empezó a tocar ser mamá desde muy joven, porque así nunca iba a entrar en una crisis existencial de decir ‘ya me empezaron a dar roles de mamá’’.
“Se me dio ser mamá demasiado pronto, no tuve que vivir esa transición”, comentó.
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Tiaré ha procurado conducirse como una mujer libre en lo personal y profesional. Y es precisamente esa libertad la que le ha permitido enfrentar los roles que se le presentan sin prejuicios de edad ni nada.
SE TRANSFORMA
Por ejemplo, se permitió transformarse en una mujer rubia para su personaje en La Herencia, aunque ella, como Tiaré, dijo, jamás se lo teñiría de ese tono.
“Lamentablemente, en nuestro País mucha gente todavía tiene el concepto, muy equivocado, de que la blancura da algún tipo de superioridad. Rosa quiere parecer europea. Su color de pelo te revela muy claramente que ella no se ve como realmente es, sino que quiere aparentar otra cosa.
“A mí para nada me queda ese rubio, y quería que el público viera que Rosa no luce natural, porque te cuenta cómo es el personaje por dentro. Yo, ni muerta usaría ese pelo en la vida real, no, por favor, no me gusta nada”.
Transformarse para sus personajes es lo que más diversión le causa a Tiaré porque cruza los límites que ella personalmente no haría.
“Yo me considero una mujer muy libre. Siempre he hecho lo que me ha dado la gana. Eso se lo debo a mi madre, que me enseñó que yo tenía derecho a vivir mi vida como quisiera, que no le debo explicaciones a nadie mientras no le haga daño a otras personas. Ese es el criterio para las decisiones que tomo en la vida”.