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Azuma Makoto, el creador de la escultura botánica, expone en México

Este 19 de marzo se inaugura la instalación Mexx, una especie de árbol frondoso de flores y plantas locales (cactus, bugambilias y aves del paraíso) de 8 metros de altura creado por Makoto

Monterrey, N.L.

Azuma Makoto, el creador de la escultura botánica, expone en México

Acrílico, pinceles, embalaje… En las artes plásticas abunda el plástico, pero ¿es posible un arte que se descomponga y vuelva a la tierra o que eche raíces? Con Azuma Makoto (Fukuoka, 1976), el inventor de la escultura botánica, sí lo es, pues su medio de trabajo son principalmente las flores, las plantas y árboles bonsai. La carrera del japonés inició hace 25 años como florista en un mercado. En 2002 fundó JARDIN des FLEURS, una florería de alta gama, en Tokio, Japón. Conforme pasó el tiempo, los arreglos florales que creaba fueron más y más excéntricos, al grado que se asumió como artista y creó su estudio de arte floral AMKK en 2009. Su gusto por retarse a sí mismo y perseguir la efímera belleza de las flores ha llevado a Azuma a congelarlas (Frozen Flowers), a enviarlas al espacio con su serie Exobiotanica e incluso a sumergirlas en el océano en su obra Sephirothic Flower; ahora trae sus flores por primera vez a México.

Este 19 de marzo se inaugura la instalación Mexx, una especie de árbol frondoso de flores y plantas locales (cactus, bugambilias y aves del paraíso) de 8 metros de altura creado por Makoto. Esta pieza no es sólo la escultura más grande jamás realizada por el escultor, también la de mayor duración, pues su tiempo de vida podría decirse que es indefinido.

qAunque la escultura Mexx estará en exhibición hasta septiembre en el museo SFER IK, que forma parte del hotel Azulik, ubicado en la jungla de Uh May, a las afueras de Tulum (Quintana Roo), Azuma afirma que la pieza seguirá con vida por más tiempo del estipulado por el museo.

En entrevista, el artista japonés explica que esta obra de arte, que se planea florezca durante el tiempo que esté expuesta, será desmantelada cuando ya haya echado raíces y será obsequiada a los visitantes y habitantes de la zona. “Crearemos una historia dramática de esta instalación. Lo veo como si fuéramos a plantar flores en el corazón de las personas al compartirlas”, afirma.

El uso de especies autóctonas es un reto en esta creación, pues el japonés debe lograr el ambiente ideal para la preservación de la pieza, así como el cálculo para su florecimiento en estos meses. Pero esos aspectos técnicos no le quitan el sueño, pues ha aprendido que las flores siempre se comportan de una forma inesperada, “esa es la parte divertida”. Su arte ha estado en el espacio, en el fondo del océano y ahora en Tulum con esta instalación gigantesca titulada Mexx. ¿Cuál es su objetivo con esta escultura?

Para las obras anteriores he usado flores, pero ahora, por la locación del museo SFER IK, que se encuentra en la jungla, preferí sembrar las flores en la misma pieza, en lugar de usar unas cortadas.

¿Cómo fue trabajar con estas especies locales?, ¿lo había hecho antes?

He Estado en México en dos ocasiones y he tenido la oportunidad de conocer algunas especies locales, que son muchas, lo que es genial para agarrar inspiración. Así que con esta obra quiero destacar la fortaleza de las flores que crecen en México. Estoy muy emocionado de visitar físicamente la locación (Tulum) para seguir inspirándome con la flora nativa. Cada que hago lluvia de ideas pienso en México y eso siempre me da mucha creatividad, por eso es importante este lugar para mí.

¿Cómo se preparó para esta instalación?

Trabajo con mi socio Marcello (Dantas, director del Museo SFER IK), con él tuve una serie de conversaciones sobre lo que queríamos lograr con la instalación. Dadas las circunstancias en las que vivimos (por el Covid-19 y la guerra en Ucrania) quería que esta escultura hiciera felices a las personas, usando el poder de las flores; así que ese es el concepto que aplicamos. Las flores son un idioma neutral para todo el mundo, aun cuando no puedan hablar por sí mismas, tienen un lenguaje apto para todos.

Sobre los aspectos técnicos, primero inicié con el boceto de la escultura e investigué las flores locales que podría usar. Como esta instalación está en medio de la jungla, quería asegurarme que la pieza no dañara el medio ambiente, tenía que ser sustentable. Usamos materiales como bejuco, hormigón, fibra de vidrio y una estructura de metal que puede reutilizarse, éste no es un material natural pero sí necesario para sostener la pieza. También trabajamos con personas de la comunidad, todo fue local.

Podría decirse que Mexx también será una especie de performance, por el hecho de que florecerá durante su exhibición. ¿Cómo calculó el tiempo para ello?

Tomé en cuenta el ecosistema para crear esta obra, porque las flores y plantas están creciendo todos los días. Así que consideré tres elementos: humedad, temperatura y luz, éstos afectan el crecimiento de las plantas, pero debo estar físicamente en el lugar para ver cómo impactarán en la flora con la que trabajaré. Pero las plantas y flores siempre se comportan de una forma inesperada. Llevo más de 25 años trabajando con estas especies y siempre ofrecen resultados inesperados, justo esa es la parte divertida de lidiar con las flores.

ES UN ARTE

La exposición abre el 19 de marzo y debe durar hasta el 7 de septiembre, ¿cómo conservar la pieza por meses?

Aún pienso en ello. Necesitará un sistema de riego especial para que alimente las plantas constantemente. Una vez que me reúna con el equipo en México, revisaremos las condiciones para asegurarnos que las plantas sigan creciendo. La cuestión es que esta escultura no es una creación finita, sino que sigue su curso natural. Todas mis instalaciones cuentan una historia y se rigen con el tiempo de la Tierra, no es que tengan una fecha límite.

¿Cuándo notó que sus arreglos florales podían ser arte?

Además de ser artista, tengo una florería en Tokio, desde hace 25 años hago arreglos florales. Al ser el dueño, pienso que la relación es entre el florista, o sea yo, las flores y el cliente. Como artista de flores, la relación sólo es entre la flor y yo. Cuando hago creaciones como artista, tengo la oportunidad de retarme, como lanzar las flores al espacio, sumergirlas en el océano o llevarlas a un lugar donde sería imposible que crecieran.

¿Ha percibido en su arte el impacto del calentamiento global?

Sí, el calentamiento global está afectando todo con lo que trabajo. A lo largo de estas décadas ha habido cambios por el calentamiento global, cuando lo noto, lo acepto y pienso en qué puedo hacer. Con esta obra y otras quiero plantar una pregunta en el espectador: ¿qué podemos hacer todos para prevenir o detener el cambio climático? Esa es mi misión, compartir este mensaje a nivel global.



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