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Tétrica sin dejar de ser Marvel

Doctor Strange, en el Multiverso de la locura

Siempre quieres tener la sartén por el mango”, le dice, palabras más, palabras menos, el personaje de Christine a Dr. Strange, en la película Doctor Strange en el Multiverso de la Locura. Veamos qué tal funcionan estos juegos de poder en la película.

Doctor Strange.Tétrica sin dejar de ser Marvel

Esta cinta llega con expectativas: no sólo Dr. Strange, con su seco humor inglés, es uno de los personajes más carismáticos del Universo Marvel, sino que fue dirigida por el muy respetado Sam Raimi.

La apuesta está en que este cineasta abonaría con su ojo clínico y su agudeza fílmica algo fresco a la franquicia. ¿Lo logró? Sí y no.

Pareciera no existir mucha novedad en el guion -la lucha del bien contra el mal, el objeto que debe ser encontrado/destruido- ni en el aspecto -derroche de batallas, explosiones, destrucciones y 400 capas de efectos especiales.

Aumenta el interés cuando aparece la villana; la cinta retoma al personaje de la serie WandaVision, para mostrarnos el lado adolorido/oscuro de La Bruja Escarlata. Una némesis compleja.

Pero donde reluce la mano de Raimi, es en algunas escenas melancólicas de gran belleza fotográfica, que parecen sacadas de cuadros surrealistas, y especialmente, en varias otras con un acercamiento profundamente tétrico.

Hay que advertir que, a los momentos macabros (algunos semi cómicos), se suman las muertes más violentas de la franquicia. Pudiera impresionar a más de un niño.

¿Entonces? Este filme pareciera diseñado con dos formatos: uno más de fábrica, de complacer fans, de meter cameos y destrucciones. y otro más autoral, que atisba por momentos. Como en cualquier cinta, hubo luchas de poder, y se nota quién ganó en este multiverso.



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