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Guillermo del Toro: de boletero hipocondriaco a asiduo a los Oscar

El director mexicano ya se posicionó como una de las personalidades más relevantes en la industria internacional del cine. Esta noche, su cinta "El callejón de las almas perdidas" compite por Mejor Película

CIUDAD DE MÉXICO

Guillermo del Toro: de boletero hipocondriaco a asiduo a los Oscar

En marzo de 2015, Guillermo del Toro fue contundente y de buen humor: "cuando Alfonso (Cuarón) ganó el Oscar, hace dos años, nos quitó un peso".

El tapatío, junto con Alejandro González Iñarritu y el propio Cuarón, sumaban en 2013 media docena de nominaciones, en todas sin haberse llevado la estatuilla de la Academia.

Después del cineasta charolastra, "El Negro" González Iñarritu logró el premio por "Birdman" y "El renacido", de manera consecutiva. Del Toro lo conseguiría hasta el 2018 y por partida doble (Dirección y Película) por "La forma del agua".
"Son los gemelitos", presumía donde se presentaba para mostrarlos.

El tapatío logró el Oscar 21 años después de trabajar en la cinematografía afincada en EU y ahora está a la puerta de otro más por "El callejón de las almas perdidas", contendiendo en Mejor Película, en su calidad de productor.

Fue premiada como cinta del año por el American Film Institute, que también pensó los críticos de Phoenix. Pero no le fue igual en los Critics Choice Awards, así como tampoco en los círculos de críticos de Dallas, Minnesota, Oklahoma, Filadelfia y Dakota del Norte.

De hipocondriaco, a boletero a estrella de Hollywood: la vida de Guillermo del Toro

Del Toro, de 56 años, fue un niño hipocondríaco que se ponía a sí mismo cualquier enfermedad sobre la que leía.

"Decía: tengo triquinosis, tengo cirrosis, veía una enciclopedia de la salud e iba con mi mamá a decirle que tenía un derrame cerebral, me preguntaba por qué, y le decía que me dolía la cabeza", relató en algún momento.

Guillermo del Toro Gómez nació en Guadalajara, Jalisco, el 9 de octubre de 1964.

A los 8 años su habitación la tenía llena de monstruos de plastilina que él mismo creaba y, a los 14 se encargaba de inventar historias para las fiestas de Halloween que se realizaban en su escuela.
"El Gordo", como le llaman sus amigos, fue el segundo hijo del matrimonio conformado por Federico Del Toro y Guadalupe Gómez.

Antes de dedicarse al cine de lleno fue programador y proyeccionista en un cineclub de su estado natal, fue agente de bienes raíces y vendedor de automóviles. En la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, que años después se convirtió en Festival Internacional, fue chofer y boletero.

Su ingreso al celuloide, ha referido el cineasta, se dio por un accidente.

"Comencé porque tomé la cámara súper 8 milímetros de mi papá. Y la primera vez que ví en la pantalla proyectado algo que hice, fue algo grande en mi vida", ha contado.

En los 90's tras laborar en el unitario La hora marcada y asistir en el maquillaje de Cabeza de Vaca, Del Toro preparó su ópera prima Cronos, sobre el vampirismo.

"Cuando la hice teníamos que hipotecar la casa y le dije a mi mujer: hay dos opciones, vivimos con techo y sin película, o vivimos sin techo, pero con película. Le dije: ´no quiero llegar a los 60 años y decir yo pude hacer esa película´... y aposté todo lo que tenía", recordó.

Luego de la devaluación de 1994, el adeudo del filme creció. Y en eso estaba cuando recibió una llamada de EU para ofrecerle una película. Del Toro preguntó cuánto pagaban y aceptó.
"Hellboy", "Titanes del Pacífico", "El espinazo del diablo", ésta producida por los hermanos Almodóvar y "El laberinto del fauno", conforman su filmografía cinematográfica, que se ha visto extendida a series televisivas como "The strain".

Esta noche se sabrá si su trabajo sigue cosechando galardones.




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