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Stranger Things: Cuando la nostalgia no es suficiente

Impacto de las referencias culturales en Stranger Things
  • Por: El Universal
  • 31 / Diciembre / 2025 -
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Stranger Things: Cuando la nostalgia no es suficiente

¿Qué fue lo que realmente nos cautivó de Stranger Things al principio? 

Fue el equilibrio perfecto entre un homenaje a los ochenta, un reparto infantil con una química eléctrica y, sobre todo, una historia de misterio que se sentía orgánica y urgente. Sin embargo, al acercarnos al final, surge una pregunta inevitable: ¿Se ha convertido la serie en víctima de su propio éxito?

La anatomía del homenaje: Una cronología de estilos

Uno de los puntos más fuertes de la serie ha sido su capacidad para "anclarse" en estéticas específicas de la década, validando referencias que definieron a toda una generación:

Temporada 1 (El Horror de los 70s y 80s): 

Toma elementos directamente de las fuentes más puras de Steven Spielberg (E.T.) y John Carpenter (The Thing), mezclados con la sensibilidad de las novelas de Stephen King (It, Stand by Me). El horror era tangible y el Upside Down era un misterio absoluto.

Temporada 2 (Estética Post-Punk): 

Aquí la serie exploró tonos más oscuros y urbanos. El viaje de Eleven a Chicago y la estética de las bandas callejeras capturaron ese aire punk/goth de mediados de los 80, inspirado en películas como The Warriors.

Temporada 3 (Guerra Fría y Malls): 

La serie se sumergió en el tecnicolor de los centros comerciales (mall culture) y la paranoia de "el enemigo en casa" de la era Reagan, con una clara influencia de Red Dawn (Amanecer Rojo) y la acción de Terminator.

Temporada 4 (Satanic Panic y Slashers): 

Es el homenaje más explícito al cine slasher. La presencia de Robert Englund (el eterno Freddy Krueger) no fue casual; la estructura de los asesinatos de Vecna nos recuerda a A Nightmare on Elm Street, sumado a la histeria colectiva real de los 80 sobre Dungeons & Dragons.

El problema de la improvisación de la mitología

A pesar de estos grandes aciertos estéticos, la narrativa comenzó a mostrar grietas. Existe un claro síntoma de no haber tenido un arco armado desde el principio. Al ir improvisando el origen de las criaturas y el trasfondo del Upside Down, el guion ha pasado del misticismo a la exposición excesiva.

Lo que antes se sentía natural, ahora parece "pedacería conectada con pinzas" mediante flashbacks que intentan dar sentido a una mezcla que, de pronto, necesita demasiadas explicaciones para sostenerse. El misterio se ha diluido en favor de una complejidad técnica que no siempre emociona. Un ejemplo claro es todo el tema con "The Abyss" y la pared que, al parecer, nadie había notado en el Upside Down durante años, lo que se siente como una pieza forzada para expandir el universo de forma artificial.

Un fenómeno autoconsciente

Habiéndose convertido en un fenómeno mundial, la serie parece haber perdido su identidad en busca del siguiente momento viral. Tras el éxito de la escena de Max y la canción "Running Up That Hill", Stranger Things se percibe ahora como un producto calculado que no arriesga.

Se nota un miedo a afectar "la marca" protegiendo al elenco principal con un "blindaje de guion" casi absurdo. Aunque los creadores han dicho que esto no es Game of Thrones, resulta difícil mantener la tensión cuando el destino del mundo está en juego, pero sabemos que todos los protagonistas sobrevivirán por decreto comercial.

Hacia el desenlace final

Después del gran final de la cuarta temporada, este tramo final está dejando mucho que desear. Decisiones dudosas, como el surrealista "momento de podcast" entre Max y Holly en plena urgencia o el improbable momento heroico de la mamá de Mike, sumadas a otros momentos heroicos que se sienten repetidos y una priorización de escenas anticlimáticas, están restando peso a la verdadera urgencia: rescatar a los niños, cerrar la brecha definitiva con Vecna y salvar no solo a Hawkins, sino al mundo.

Solo queda esperar que el último episodio logre salvar un barco que parece hundirse bajo el peso de su propia fama. Pase lo que pase, Hawkins merece un final que no sea solo un meme, sino una conclusión a la altura de la historia que nos enamoró en 2016.

Stranger Things 5: 7/10

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