Érase una vez... en la Patagonia

Ciudad de México.

Un bosque de arrayanes único en el mundo cautiva en la Patagonia argentina con ejemplares de hasta 25 metros de alto que se distinguen por su tono rojizo y canela.

El lugar, al que se puede llegar luego de una caminata de 11 kilómetros o mediante embarcaciones que surcan el Lago Nahuel Huapi, en el sur de la provincia de Neuquén, unos mil 550 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, está ubicado dentro del Parque Nacional Los Arrayanes.

Comprende la Península de Quetrihué, que se interna en el Lago Nahuel Huapi, y ocupa un espacio de 12 hectáreas de las mil 796 que pertenecen a la ecoregión de bosques patagónicos.

"El arrayán es un arbusto de crecimiento extremadamente lento, a razón de un milímetro por año y aquí, sin embargo, formó un bosque puro de 12 hectáreas", dice la guía nacional de turismo María Soledad Fernández.

Érase una vez Xinhua Durante un recorrido por el lugar, la experta precisa: "el arrayán se encuentra en toda la zona de bosque andino, en el sur de Argentina y Chile, en bordes de lagos y de ríos, pero no suele hacer bosquel".

Para acceder al lugar luego de un viaje en barco de 45 minutos, los turistas deben recorrer una pasarela en la que se pueden avistar otros árboles, como coihues, ñires, cipreses y notros.

"Este es el único lugar en el que el arrayán hizo un bosque tan grande y donde, en consecuencia, los podemos ver más grandes y más altos. Aquí los ejemplares tienen un promedio de 200 años de edad, y miden entre 18 y 25 metros de altura, compitiendo entre ellos, porque buscan la luz del sol hacia arriba", explica la guía.

El bosque se destaca no sólo por su belleza natural, sino por tratarse del único en su especie a nivel mundial, ya que hace unos años desapareció el que se encontraba en Japón.

El de la Patagonia argentina está en un área protegida por la importancia de su especie y la variedad de la vida autóctona.

"Lo que más llama la atención del arrayán, más allá de su crecimiento lento, es el color que tiene. La corteza es muy delgada y segrega una sustancia que tiene taninos y ello le da una tonalidad que va desde el color canela hasta un tono rojo fuerte, que denota mayor salud. Cuando el ejemplar va envejeciendo o se está secando, pierde color", detalla Fernández.

Los ejemplares tienen flores pequeñas y blancas, similares al azahar y sus frutos violáceos, con los que los pueblos originarios elaboraban dulce.

"El turista puede desde aquí apreciar la Cordillera de los Andes.

Hay un circuito de pasarelas para recorrer el lugar y no generar un impacto negativo contra el suelo, porque así se evita así la compactación y no se pisan las flores y plantas", aclara la guía.

ÚNICO. Parque Nacional Los Arrayanes.

DE BELLEZA SIN IGUAL. Lago Nahuel Huapi, en el sur de la provincia de Neuquén.

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