EPN culpa del rezago en seguridad a estados y municipios
El presidente pide apoyo al Congreso para la iniciativa de Mando Único Policial.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Réplica de sus primeros discursos como presidente de México –e inclusive de los de su antecesor, Felipe Calderón–, Enrique Peña Nieto elogió sus acciones en materia de seguridad y reclamó a los estados y municipios, su rezago.
Momentos después, añadió: “Hay que reconocer que el diseño institucional vigente de descentralización en las labores de seguridad ha sido rebasado por los desafíos del siglo XXI. Mientras que las organizaciones criminales han adoptado avances tecnológicos y se han vuelto sumamente complejas, muchas instituciones locales de seguridad no han evolucionado”.
En el acto de clausura de una sesión más del Consejo Nacional de Seguridad, Peña Nieto expuso que desde el primer día de su gobierno impulsó una política de coordinación en tareas de seguridad, privilegiando la prevención del delito y las tareas de inteligencia.
Sin embargo, destacó, hay entidades que “no cuentan con cuerpos policiacos suficientemente sólidos y confiables, y en el caso de los municipios, muchos ni siquiera han desarrollado sus propias corporaciones”.
Según él, la presencia de Fuerzas Federales “por sí misma” genera tranquilidad en la población en las entidades federativas pero “también sabemos que por definición este respaldo no puede ni debe ser permanente”.
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A punto de rendir su Quinto Informe de Gobierno y sin poder remontar el fenómeno de violencia como comprometió el primer día de mandato con su eje México en Paz, consideró que “la solución de fondo requiere que los gobiernos locales cumplan cabalmente con la responsabilidad de fortalecer sus instituciones de seguridad y de procuración de justicia”.
Añadió que fortalecer a las corporaciones de seguridad estatales y municipales es hoy más importante que hace unos años pues, sostuvo, el fenómeno delictivo se está transformando y aseguró que al combatir al crimen organizado logró debilitar la estructura operativa y financiera de los grandes cárteles, pero eso implicó que existan nuevos retos en el ámbito local.
Luego de mencionar las cifras de inversión pública federal en la materia, Peña Nieto ejemplificó que, en 2011, tres de cada 10 homicidios no tenían relación con el crimen organizado, mientras que ahora son cinco de cada 10, esto es que, el 50% de los homicidios son responsabilidad del fuero común.
“Es decir, 50% de los homicidios registrados en el país son por fenómenos delictivos locales relacionados con el robo, el secuestro, el pandillerismo, la violencia intrafamiliar o la violencia contra la mujer”, agregó aludiendo a la incidencia que compete a los gobiernos estatales.
Centrado en esa idea, Peña Nieto se refirió al Congreso:
“Y por eso también la importancia de la iniciativa de Mando Único Policial que envié al Poder Legislativo. Su objetivo es transformar mil 800 cuerpos policiacos que hoy tenemos, en 32 policías estatales únicas, profesionales, más confiables y capaces para hacer frente a la delincuencia.
“En cambio, la propuesta de mando mixto que se discute en el Congreso podría, desde la perspectiva del gobierno de la república, generar incertidumbre, falta de claridad y procesos administrativos que distraerían de las tareas de seguridad”.
Independientemente del modelo que se escoja, expuso, “es urgente alcanzar una definición en esta materia y actuar en consecuencia”.
Fue entonces cuando llamó al Congreso de la Unión, a “analizar y determinar si las herramientas que tenemos como Estado mexicano son o no suficientes y adecuadas para asegurar la tranquilidad y el imperio de la ley en todo el territorio nacional”.
Luego, agregó:
“Garantizar las condiciones de seguridad no sólo está en la responsabilidad y el ámbito del ejecutivo en los diferentes órdenes de gobierno, sino también en la activa y comprometida participación que deban de tener los legisladores y los jueces en los distintos ámbitos de actuación”.
En el acto, realizado en Palacio Nacional, Peña Nieto se mantuvo ajeno a los reclamos internos y externos por el estado de los derechos humanos, e insistió en su reconocimiento a las Fuerzas Armadas que suele realizar a cada oportunidad, al considerar que “han apoyado, respaldado, a todos los órdenes de gobierno en las tareas de seguridad, sin importar el origen partidario de gobierno alguno, teniendo por delante la única misión de velar por la seguridad de las familias mexicanas”.