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THE FATHER
La razón más poderosa para ver El Padre, más allá de la vigencia de su tema, es la poderosa y magistral actuación de Anthony Hopkins en el papel protagónico.
Por este trabajo obtuvo el Óscar y el Bafta de Mejor Actor, además de muchos otros importantes premios.
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Ganadora también del Óscar de Mejor Guion Adaptado, está basada en una obra teatral original del director Florian Zeller, adaptada por él mismo en colaboración con Christopher Hampton.
Trata el tema de la demencia senil de una forma que no había sido abordada en el cine, a través de la historia de un hombre que ve cómo sus facultades se van mermando, pero que rechaza los cuidados de su hija y trata de conservar su independencia aunque en su mente la realidad, los recuerdos y la fantasía se mezclan.
El drama está muy bien escrito y dirigido, para meter al espectador dentro de la visión deformada de la realidad del protagonista que se refleja en lo cambiante de su entorno y quienes lo habitan.
La producción es impecable, la fotografía de Ben Smithard y la música de Ludovico Einaudi son muy buenas, pero lo verdaderamente impresionante son las actuaciones.
Además de Hopkins, que lleva el peso de la cinta de manera magistral, están también Olivia Colman como la hija, Mark Gatiss, Olivia Williams, Imogen Poots y Rufus Sewell, entre otros, en personajes más breves pero muy bien logrados.
El Padre es una gran película. Imperdible.
EL REY Y YO
Es uno de los grandes clásicos del musical cinematográfico. Se basa en la historia real de Anna Leonowens, una viuda británica contratada por el Rey Mongkul de Siam como institutriz de sus hijos a principios de la década de 1860. Primero fue novelizada por Margaret Landon, llevada al cine en los años 40 y convertida en musical para teatro por Richard Rogers y Oscar Hammerstein II en 1951 a sugerencia de Gertrude Lawrence que lo protagonizó al lado del poco conocido entonces Yul Brynner. La versión cinematográfica se estrenó en 1956, protagonizada por Deborah Kerr y Brynner, que repitió su personaje y obtuvo el Óscar de Mejor Actor. Tiene una producción fastuosa y cuidada en todos los detalles, aunque en su momento no estuvo exenta de controversias por algunas licencias históricas de la trama y la concepción de la obra que ofendieron a los gobernantes de Siam (hoy Tailandia) y provocaron que la película fuese prohibida ahí. Sus números musicales son emblemáticos en la historia del género en el cine, sobre todo “Shall We Dance” y el ballet de “La Cabaña del Tío Tom” credo por Jerome Robbins. Imperdible para los fans del género musical.
¡MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ
La continuación de Mamma Mia tiene la peculiaridad de que es secuela y precuela a la vez. En la cinta, Sophie (Amanda Seyfried) se encuentra a punto de abrir el hotel fundado por su madre en la isla griega donde creció, y para el evento varios de los personajes de la primera película tienen invitación. Al mismo tiempo vemos la historia de su mamá de joven (ahora interpretada por Lily James) y de como conoció a sus tres galanes y llegó a Grecia. La cinta aprovecha un catálogo menos conocido de canciones de Abba, uno que será más reconocible por los fans de hueso colorado, pero si vuelve a utilizar temas icónicos de la primera película como “Dancing Queen”. De entrada, la trama se siente un poco forzada, pero al final eso no importa, ya que la cinta tiene mucho corazón, es muy entretenida y tiene un impacto emocional más fuerte que la primera cinta. James hace bien al llenar los zapatos de Meryl Streep, quien tiene una participación pequeña e imponente, y el elenco incluye también a una Cher muy simpática. Si son fans de la primera, seguramente disfrutarán la cinta.