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En libertad nacionalista puertorriqueño

Mártir para unos y odiado por otros en la isla de EU

San Juan, P. Rico

ESPERADO. Llegada del nacionalista puertorriqueño Oscar López Rivera (c) a una conferencia de prensa, rodeado de simpatizantes, en la playa de El Escambrón tras su liberación de arresto domiciliario, en San Juan, Puerto Rico.En libertad nacionalista puertorriqueño

El nacionalista puertorriqueño Oscar López Rivera quedó en libertad ayer luego de décadas de arresto domiciliario en un caso que lo convirtió en un mártir para sus seguidores y le ganó el odio de quienes perdieron seres queridos en una serie de ataques con bombas.

En conferencia de prensa horas después de su liberación, dijo que los militantes independentistas no odiaban a Estados Unidos y solo aspiraban a la justicia y plena soberanía de la isla.

Agradeció a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, así como los presidentes estadounidenses Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama por conmutar las sentencias de los “presos políticos” puertorriqueños a lo largo de los años.

Vestido de camisa negra con una imagen de la bandera puertorriqueña y jeans, el hombre de 74 años ofreció una amplia sonrisa y saludó a partidarios desde el otro lado de una cerca en la casa de su hija en San Juan, antes de subirse a un jeep blanco. Escoltado por el alcalde de San Juan, iba rumbo a una oficina del gobierno para entregar la pulsera electrónica que monitoreaba sus movimientos durante su arresto domiciliario.

Unas 50 personas se congregaron en las calles frente al edificio residencial en el barrio Santurce de San Juan, sujetando flores y banderas puertorriqueñas y gritando “¡Libre al fin!”. Un coro de la Universidad de Puerto Rico entonó himnos al pasar el vehículo de López. 

López era considerado un dirigente de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, el grupo puertorriqueño que se declaró responsable de un centenar de ataques con bombas en tiendas, edificios de gobierno, bancos y restaurantes en ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Chicago, Washington, así como en Puerto Rico, en las décadas de 1970 y 1980. Los ataques dejaron seis muertos y decenas de heridos. El FBI consideró al grupo marxista leninista como una organización terrorista.

El ataque más notorio fue el que mató a cuatro personas e hirió a 60 en Fraunces Tavern, un restaurante histórico en el distrito financiero de Nueva York.

López, un veterano de Vietnam que se mudó de Puerto Rico a Chicago cuando niño, no fue condenado por participación alguna en los ataques con bombas, pero los que perdieron familiares lo consideran responsable.

En una entrevista con The Associated Press, López dijo que no se arrepiente de haberse involucrado con las FALN. Pero recalcó que “el tema de la violencia está descartado por completo” por parte de los “independistas” puertorriqueños y dijo que no ha habido violencia durante muchos años.

“Lo que sea que hayamos hecho, lo que hicimos, lo que haya provocado la lucha en 1970 no existe actualmente. Hemos evolucionado, las condiciones de Puerto Rico han cambiado”, dijo a la AP.

López prometió iniciar pronto un peregrinaje por toda la isla para “compartir sus ideas y promover la unidad”. En una declaración por escrito, también criticó a los “colonialistas”, a los que describió como la élite local que “ayudaron a Washington y a Wall Street” a dirigir la isla durante más de un siglo.




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