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Energía positiva

Mazunte, el Pueblo Mágico de la costa oaxaqueña, es una buena opción para la meditación.

LINDO SITIO. Punta Cometa, ideal para meditar, tomar fotos o despedir al sol.Energía positiva

Atraídos por las playas vírgenes, su atmósfera relajada y los centros que proponen retiros espirituales, viajeros de todo el mundo confluyen en Mazunte, el Pueblo Mágico de la costa oaxaqueña.

Este rinconcito frente al Pacífico mexicano -al igual que sus vecinos Zipolite, San Agustinillo y Puerto Ángel- se caracteriza por la ausencia de grandes resorts, pero no está exento de proyectos que apuestan por experiencias personalizadas, ideales para quienes buscan alejarse del turismo masivo.

“Boom todavía creo que no hay, pero en el futuro sí va a ser un destino muy solicitado por varias cosas: el lugar es precioso y ha estado aislado durante muchos años”, opina Francisco Valdés, mexicano y creador del hotel Zoa, un alojamiento de sólo cinco habitaciones con vista al mar, alberca infinita y su propio huerto.

MUY SEGURO

“Otra cosa que creo que va a ayudar es que, afortunadamente, todavía el tema de la seguridad acá en Oaxaca está bien”, agrega Francisco. 

Los días comienzan temprano. Al amanecer, lo más común es encontrar gente que medita o practica yoga en la playa, mientras los pescadores locales alistan sus redes, o un grupo de visitantes aborda una lancha con la esperanza de ver ballenas jorobadas o tortugas marinas. En esta zona, la temporada para verlas va de mediados de diciembre a mediados de marzo. 

Más tarde, en el corazón del Pueblo Mágico, sobre la calle Rinconcito (que lleva directamente a la playa de Mazunte), parejas y grupos de amigos buscan el desayuno: exquisito pan recién horneado en La Baguette, café orgánico oaxaqueño en Estrella Fugaz o un jugo fresco en la cafetería de la Posada del Arquitecto. Luego se regalan un rato para recorrer el Centro Mexicano de la Tortuga, que desarrolla un proyecto de conservación.

Al atardecer, la experiencia más conmovedora aguarda en Punta Cometa. Considerado el punto saliente más al sur del País, cada tarde reúne a decenas de personas con cámaras fotográficas, tripiés y bebidas para despedir el día frente al mar.  

ENTRE SENDEROS

Dos senderos llevan al mismo punto. El más largo, que se recorre en unos 20 minutos a buen paso, pone a prueba la condición física de algunas personas y no se recomienda para quienes tienen vértigo. La recompensa de andarlo son las vistas hacia el océano, algunos cactus y playas completamente vírgenes, entre ellas la playa Mermejita, cuya arena brilla bajo la luz dorada. A lo lejos, Punta Cometa parece la cola de un dragón que se ha petrificado mientras acariciaba el mar. 

Unos más introspectivos que otros, todos se dejan envolver por espectáculo del sol escondiéndose en el horizonte, casi sin cruzar palabras. Sólo las sonrisas, delatan que también se van cargados de buenas vibras. 




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