En Apodaca, dejaban salir a reos los fines de semana

Pese a estar en una cárcel, los reos del Cereso de Apodaca tenían sus privilegios.

Mandos y celadores de ese penal, que son investigados por la Procuraduría estatal tras la masacre y fuga del 19 de febrero donde murieron 44 reos y se escaparon 37, revelaron que miembros de un grupo del crimen organizado recibían permisos para salir del reclusorio durante los fines de semana.

Aunque una fuente señaló que los internos sobornaban al personal del Cereso para salir a delinquir, se informó de forma extraoficial que los celadores sólo estaban enterados de los permisos, no de las actividades que los presos llevaban a cabo fuera del penal.

Para suplir a los "ausentes" en los pases de lista, explicaron los indiciados, personas externas entraban al penal y ocupaban sus lugares.

Así, cuando los presos regresaban, quienes suplían a los internos abandonaban el reclusorio.

Ayer, en su comparecencia, el ahora exdirector Gerónimo Miguel Andrés Martínez dijo desconocer las anomalías por las que, según había declarado su subdirector, recibía 40 mil pesos mensuales.

Según los mandos y celadores indagados, los privilegiados, quienes serían miembros de un grupo criminal, también disfrutarían de otras comodidades, como celdas VIP individuales equipadas con aparatos de aire acondicionado.

Asimismo, detallaron, les permitían tener celulares, teléfonos Nextel y demás aparatos electrónicos, sumado a que incluso podían recibir a prostitutas en el supuesto de que se trataba de "visitas conyugales".

Además de pagarles mil 500 pesos a las sexoservidoras, los reos tenían que pagarle al personal de seguridad 2 mil 500 pesos para que éstas se pudieran ingresar al penal y quedarse hasta dos días.