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El tifón de Clint Eastwood

La combinación de una transmisión automática convencional, que podía precargarse con el freno y acelerador y la tracción en las cuatro ruedas

Cuando Jimmy Fallon preguntó a Clint Eastwood en una entrevista qué auto manejaba asumió que sería un "muscle car", pero el protagonista de "Gran Torino" lo sorprendió al responder que tenía una GMC Typhoon, un vehículo que no goza precisamente por su popularidad.

El tifón de Clint Eastwood

El de la Typhoon era diferente, pues se le agregó un turbocargador y un intercooler. ¿La potencia? 280 caballos de fuerza y 350 lb-pie de torque.

Un Ferrari 348 GTB de la época generaba alrededor de 320 caballos de fuerza pero sólo unas 240 lb-pie de par.

La transmisión era una automática convencional. Recordemos que ésta era la época previa a los doble embragues o transmisiones robotizadas. Así que se trataba de una automática de cuatro velocidades con overdrive; una transmisión muy poco sofisticada pero capaz de resistir una gran cantidad de par. La estrella más brillante de la GMC Typhoon (a parte de Clint Eastwood, claro), era el motor, pero no era la única.

Éste era un modelo con tracción permanente en las cuatro ruedas y eso le daba una ventaja única sobre los deportivos de la época. La distribución daba preferencia a las ruedas traseras, algo hasta cierto punto deseado en un coche deportivo.

Según la información oficial, la Typhoon podía acelerar de 0 a 92 kilómetros por hora en menos de 6 segundos y el cuarto de milla lo hacía en 14.3 segundos. La cifra fue considerada muy conservadora por muchos. Incluso la revista "Road and Track" lo logró el 0 a 100 kilómetros por hora en 5.6 segundos y "Car and Driver" lo hizo en 5.3 segundos. A principios de los noventas no era fácil lograr una cifra así. Typhoon podía ganarle a muchos en un cuarto de milla (0 a 50 kilómetros por hora).

La combinación de una transmisión automática convencional, que podía precargarse con el freno y acelerador y la tracción en las cuatro ruedas que ponían toda esa potencia y torque en las ruedas sin permitir deslizamiento era letal.

Los deportivos con su tracción trasera y transmisión manual requerían de mucha habilidad para no quedarse patinando y aún con los arranques perfectos la cantidad de potencia que podían poner sobre el asfalto era limitada.

Evidentemente en tramos medianos o largos el Ferrari sobrepasaba a la Typhoon, que tenía de aerodinámica lo que Eastwood tiene de femenino.

Pero la leyenda quedó; esta era una GMC que podía dejar atrás a Ferrari. Clint Eastwood sabía lo que tenía, y prueba de ello es que la mantuvo de 1993 al 2018, cuando la vendió a través de la casa de subastas Mecum por 25 mil dólares. En palabras de Harry el Sucio: "seguramente a algún punk con suerte."



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