El Salvador enfrenta problema de chikungunya con plan estratégico
Se contabilizaron más de 160 mil casos
El Salvador ha enfrentado el problema de chikungunya durante los últimos dos años mediante un plan estratégico de atención, afirmó el director de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud de ese país, Elmer Wilfredo Mendoza Rodríguez.
Explicó que después de estudios de laboratorio, incluso en los Estados Unidos, se llegó a la conclusión de que se trataba del chikungunya, transmitida por el zancudo.
A partir de ese momento, se realizó una campaña de información, de sensibilización a la población, en el sentido de que la enfermedad se trataba por la picadura del vector y, ante ese escenario, era necesario realizar una campaña intensiva y masiva de limpieza.
Aseguró que con la colaboración de la población se inició una campaña de limpieza casa por casa, ya que el problema era grave, se contabilizaron más de 160 mil casos.
Incluso, se aplicó un operativo de limpieza, desinfección, capacitación a empresas, trabajadores, personal médico y enfermería, difusión y prevención en las escuelas, además de que se proporciona tratamiento oportuno a los pacientes.
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Refirió que desde diciembre del 2013 se tuvo una alerta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la enfermedad, que obliga a acciones de manera urgente e integral.
El abordaje de la enfermedad, destacó, tiene que hacerse de manera conjunta, una campaña de destrucción de criaderos, focalizar las áreas más afectadas y la activación de filtros escolares.
Por ello, el funcionario centroamericano hizo un llamado a la sociedad a limpiar su entorno, evitar los espacios que puedan ser criaderos de zancudos transmisor de la enfermedad conocida como el chikungunya.
Al impartir la conferencia Respuesta del Sistema de Salud Salvadoreño ante el Chikungunya, en el Segundo Congreso Internacional en Salud Publica y Desastres, abundó que se requiere de la confirmación de estudios de laboratorio para aplicar medidas preventivas y tratamientos adecuados.
Mendoza Rodríguez apuntó que las empresas e instituciones públicas deben aplicar su propio plan de control y preventivo, a la vez de generar y difundir material educativo entre la población.
Una persona que ha padecido la enfermedad puede tener complicaciones durante dos años, la letalidad es baja, pero el efecto social es altísimo, comentó.