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El primer río de Manuel Payno

Payno es reconocido como un escritor polifacético que cubre temas financieros, políticos, crónica, periodismo, historia y literatura

Un Ingenio de la Corte, Fidel y Yo, El mismo Yo, El bibliotecario, Payno y del Castillo, M.P.C., M.P., P., Manuel Payno, M. Payno y Payno son los seudónimos, siglas y nombres que se encuentran en algunas producciones literarias publicadas durante la vida de Manuel Payno Cruzado, conocido por sus amigos como el Chato. De acuerdo con los investigadores Claude Duclas y Boris Rosen Jélomer, Payno nació en la ciudad de México el 28 de febrero de 1820 y no en 1810 como se creía. 

El primer río de Manuel Payno

Él era hijo del matrimonio formado por María Josefa Cruzado y José Manuel Payno y Bustamante, quien era primo hermano del General Anastasio Bustamante. Sin embargo, el autor hace referencia a su tío en sus escritos en forma velada y con algo de desdén.  Aparentemente, es debido a su tío que el joven Payno obtuvo su primer trabajo en la sección fronteriza del bajo río Bravo, donde iniciaría su carrera literaria, inspirado por el pobre y desolado noreste mexicano de esos tiempos.

Larga Trayectoria

A Manuel Payno, una de las figuras del mundo de las letras más notables de México en el siglo XIX, se le conoce como un perpetuo viajero, consumado político algunas veces traicionado, reconocido militar, funcionario y diplomático del Gobierno Federal. Fue actor y testigo de los principales movimientos de la historia de México, como fueron: la separación de Texas en 1836; la Intervención Norteamericana en México entre 1846 y 1848; la Guerra de Reforma entre 1857 y 1859; además de tener  participación durante el juarismo y el porfiriato. 

En su trayectoria como liberal moderado fue dos veces ministro de Hacienda durante las presidencias de José Joaquín Herrera e Ignacio Comonfort; conspiró en el Plan de Ayutla en contra de Antonio López de Santa Anna; participó en el golpe de estado a Comonfort, por lo que se le procesa y se aparta de la política; perseguido durante la Intervención Francesa termina reconociendo al gobierno de Maximiliano de Habsburgo; diputado del Congreso de la Unión durante la restablecida República de Juárez; cónsul de Santander y cónsul general en Barcelona en España; Senador y Presidente de la Cámara Alta; catedrático de Historia de México. Muere el 4 de noviembre de 1894 desempeñando el cargo de Senador de la República, ya entrado el porfiriato.

Payno es reconocido como un escritor polifacético que cubre temas financieros, políticos, crónica, periodismo, historia y literatura. El estilo costumbrista de sus novelas lo hace el escritor más representativo de este género durante ese siglo. Entre los trabajos literarios se reconocen el cuento E1 fistol del diablo (1845-1846), las novelas El hombre de la situación (1861), Tardes nubladas y El libro rojo. Su obra cumbre de la literatura mexicana, Los bandidos de Río Frío (1889-1891), la escribe en Barcelona, España a unos años de su muerte.

Llegó como aduanal

Siendo muy joven fue meritorio en la Aduana de México pasando a residir a la ciudad de Matamoros junto con Guillermo Prieto, también uno de los grandes escritores de su tiempo. Ambos jóvenes fueron unos de los primeros empleados aduanales en el puerto de Matamoros.  El mismo  Payno relata en sus escritos que llegó a la “frontera montado en un alazán tan flaco coma brioso, con una espada tan larga coma desafilada, unas pistolas de media vara de largo que habían pertenecido a su abuelo y una cabeza llena de pensamientos románticos.” Durante su estadía en la frontera norte, entre 1837 y 1844, Payno trabajó como contador de la misma aduana y más tarde en 1840 como secretario particular del General Mariano Arista, del Ejército del Norte acantonado en Matamoros, logrando el grado de teniente coronel. 

Payno empezó a escribir en 1838 para algunos periódicos, revistas y otras publicaciones localizadas en la Ciudad de México. En el año de 1839 viajó hacia el Presidio del Río Grande que se encontraba en lo que es Guerrero, Coahuila; recorriendo las famosas Villas del Norte (Reynosa, Camargo, Mier, Revilla y el Laredo del actual Texas), visitando también diferentes poblados en Nuevo León y Coahuila. Sus “impresiones de viaje,” como lo narra él, eran anotadas en una cartera que siempre llevaba en su bolsa y su hoja eran llenadas de la inspiración que manaba de ese desolado territorio norteño, a veces enriquecido con entrevistas que les hacía a los lugareños y con las consultas en los mismos archivos cuando llegaba a sus pueblos. Sus conclusiones sobre la historia son a veces algo imprecisas, no por su destreza como investigador, sino por la parca documentación que se encontraba en las villas en ese entonces.

En uno de los artículos aclara que cuando inició el escrito sobre el viaje por los departamentos a lo largo del río Bravo decidió hacerlo en una forma pintoresca y no científica, si bien cita con gran respeto y admiración los trabajos científicos de Alexander von Humboldt, al igual que los del científico francés Jean Louis Berlandier, el cual incidentalmente residía en Matamoros. Lo que deja Payno sobre el noreste mexicano es de gran importancia no solo por ser su primer aporte a las letras nacionales, sino por rescatar algo de nuestra historia y las costumbres norteñas con ese extraordinario estilo que lo identificó.

Escribió 13 artículos sobre sus crónicas de viaje por la región del río Bravo, los cuales fueron publicados en el periódico “El Siglo XIX” entre 1842 y 1843. Los fragmentos de éstos nos presentan una historia visual, un guión cinematográfico como nos plantea el historiador Álvaro Matute, “emplea todos los posibles, desde el full shot hasta el close-up pasando por cada uno de los intermedios.”

Artículos en Inglaterra

Estos artículos conocidos bajo el título “El Río Bravo del Norte” permanecieron en la Biblioteca del Museo Británico de Londres hasta que fueron llevados en micropelícula a la colección Latinoamericana de la biblioteca de la Universidad de Texas en Austin, durante la primera mitad del siglo pasado. La historiadora texana Dolores Kins tras una revisión exhaustiva de estos artículos, los lleva a luz por segunda vez en la revista quincenal conocida como Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre enero y junio de 1970. 

En 1996, Conaculta inició las publicaciones de las obras completas de Manuel Payno. Los trece artículos del Río Bravo que nos conciernen fueron compilados por Boris Rosen Jélomer en el tomo V con el título Panorama de México, cuyo prólogo fue desarrollado por el reconocido amigo de la Sociedad de Historia de Reynosa, Álvaro Matute. Actualmente la vida y obra literaria de Manuel Payno se estudia para entender el turbulento siglo XIX.



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