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El aniversario de la ‘Escuela Miguel Hidalgo’ de Reynosa

Cronista Municipal de Reynosa

Alumnos e invitados durante el festejo del 110º Aniversario de la fundación de la Escuela Primaria Miguel Hidalgo.El aniversario de la ‘Escuela Miguel Hidalgo’ de Reynosa

(primera parte)

Este pasado miércoles 7 de noviembre del 2018, la Directora Julia Edna Garza Rodríguez de la “Escuela Primaria Miguel Hidalgo Matutina” presidió en un acto conmemorativo del 110º Aniversario de la fundación de dicho establecimiento. Aunque sus edificios fueron sustituidos y modernizados a través del tiempo, esta primaria es la que por más tiempo ha permanecido en un mismo lugar en Reynosa. Alumnos, invitados, padres de familia y profesores celebraron con orgullo esa mañana el profundo arraigo que ha tenido esta institución educativa en la sociedad de nuestra ciudad. 

A continuación, presentamos una reseña preliminar de la evolución del sistema educativo básico (primaria) en Reynosa desde sus albores hasta la aparición de la famosa Escuela Hidalgo, a principios del siglo pasado.

Los albores de la educación en Reynosa

Mientras el aprendizaje, que empieza desde la niñez, se halla predeterminado en la evolución biológica que marca la sobrevivencia de la especie humana, la educación es un proceso institucionalizado, sujeto a la normatividad de la sociedad en que se vive durante un determinado tiempo y espacio. En el caso de los grupos indígenas del bajo río Bravo, aunque eran pueblos totalmente ágrafos que no educaban a sus hijos en escuelas, no les faltaban procedimientos educativos para su desarrollo adaptativo como sociedades de cazadores y recolectores. 

Durante la segunda parte del siglo XVIII en esta misma región, los primeros colonos novohispanos que llegaron a Camargo y a Reynosa trajeron la educación básica formal a sus respectivos asentamientos. A través del tiempo esta educación se consideraría derecho de todos y deber del Estado, un instrumento para vencer la ignorancia y transformar a los ciudadanos para hacerlos responsables. 

Según documentos coloniales del Archivo Histórico de Reynosa (AHR), desde tiempos del virrey Martín de Mayorga se ordenó, a través del gobernador Diego de Lasaga en 1782, a los justicias mayores (la máxima autoridad colonial) de las villas del Nuevo Santander (hoy Tamaulipas) a establecer las primeras escuelas, donde se enseñaría la doctrina cristiana, lectura y escritura. Por ese entonces, era de vital importancia que el cura de la villa evidenciara la capacidad educadora y moral del maestro. La administración quedaba en manos de las mismas autoridades locales para recaudar fondos y obligar a los padres de familia a enviar a sus hijos a la escuela, causándoles multas si no obedecían. 

El mismo teniente y justicia mayor de la primera villa de Reynosa (Reynosa Díaz), Juan Antonio Ballí, quién había recibido estas órdenes, cuatro años después en 1786 ordenaba a los padres de familia para que mandasen a sus hijos con el maestro Antonio Margil de Cano (primer maestro en la antigua villa), amedrentándolos con una multa de $ 6.00 pesos e incluso prisión de no hacerlo. Este justicia mayor fue dueño de la porción trece, terrenos donde se encuentra actualmente el primer cuadro urbano de la Ciudad de Reynosa; se sabe que de niño había recibido su educación de un cura, en el Nuevo Reino de León. La injerencia de la Iglesia en la educación pública se esfumaría poco a poco con el paso del tiempo hasta que se definió con el artículo 3º de la Constitución de 1857. 

Durante el siglo XIX, entre las tareas de la corporación (Ayuntamiento) estaba contratar al preceptor de niños, como se le conocía al maestro, así como rentar o construir edificaciones para la escuela, a la cual se le administraba con libros útiles y daba mantenimiento. Según documentos que se encuentran en el Archivo Municipal para 1827, la educación se basaba en el aprendizaje de lectura, escritura y aritmética. El avance de los alumnos en la primera categoría se fundaba en la capacidad de lectura en cartilla, catón o libro. Cada viernes se les instruía en la lectura de la Constitución del Estado. 

El cabildo también estaba encargado de la administración de la educación en las comunidades rurales pertenecientes a la jurisdicción de Reynosa, tales como la Antigua Villa de Reynosa, Charco Escondido, Rosario, San Miguel de las Cuevas (la actual Ciudad Díaz Ordaz) la cual contaba ya con maestro para 1842, mientras que la Mesa (comunidad cercana al actual Nuevo Progreso) solicitaba a su primer maestro en 1843. Entre los nombres de los profesores de la primera mitad del siglo XIX que se han podido rescatar de los documentos del AHR se encuentran: Juan José Prado (1827), Simón García (1838), Manuel Guijas (1838), Pedro Barredia (1838) y Nabor Rodríguez (1843). 

Durante el siglo XIX, la administración de la educación recaería en el gobierno local --el cabildo y las Juntas Locales de Instrucción Pública que serían lentamente supervisadas y substituidas por la educación del gobierno estatal. La federalización de la enseñanza no vendría hasta mediados de la década de 1930, una década y media después del inicio del proyecto de José Vasconcelos -- la Secretaría de Educación Pública (SEP) fundada el 25 de septiembre de 1921. 

Datos a mediados del siglo XIX muestran que la edad de los alumnos oscilaba entre los 7 y los 14 años para la instrucción primaria. El inventario en la escuela incluía compendios de ortografía, catecismos de tablas de aritmética, seminario en verso, pizarras y pizarrines. A finales del siglo, a través de las escuelas normales cambiarían la pedagogía en el Estado. Según un documento de 1876, la villa de Reynosa contaba con una Escuela Municipal de Niñas, la cual era dirigida por su directora Andrea Leija de Caín. Durante el período escolar 1887-1888, el Instituto de Varones de esta villa contaba con 164 estudiantes, los cuáles eran divididos en tres secciones que cubrían cuatro años de escolaridad. Su director Félix Chapa tenía dos ayudantes: Felipe Silva y Prudencio Molano.

Inmuebles de las primeras primarias

Desde sus orígenes la educación en Reynosa había utilizado todo tipo de inmuebles que sirvieron como escuela, así como jacales o edificaciones de cal y canto. Algunas fueron adquiridas o rentadas por los cabildos, otros por la Juntas de Instrucción Pública. Una de estas escuelas se encontraba dentro del terreno de la Casa Consistorial o Palacio Municipal a mediados del siglo XIX. Este era un jacal que se encontraba cercado por sillares de caliche.

Otro edificio utilizado para la educación de Reynosa fue la casa del reconocido empresario francés, René Guyard. La Junta de Instrucción Pública pidió esta propiedad al ayuntamiento después de su muerte en 1865, en tiempos de la Intervención Francesa. Esta propiedad pasó a manos del famoso caudillo del río Bravo y gobernador de Tamaulipas, Juan Nepomuceno Cortina. En vida, el francés Guyard prestaba su casa para los exámenes orales que se hacían al final del período escolar. En una similar situación en 1884, la Junta de Instrucción Pública pide para una escuela la casa, cuarto y dos solares de la Señora doña Josefa Guerra de Guerra, casa que había sido de Doña Juana Cantú de Anclada. 

El primer edificio es nada menos donde se encuentra el actual Mission Bar, en la esquina de las calles Morelos y Juárez, al oriente de la Presidencia Municipal. La segunda propiedad se encontraba al norte de la Plaza Ocampo, de lo que es ahora la Casa de la Cultura, la esquina nororiental del cruce de las calles Allende y Bertha González de Garza Zamora. 

Durante la segunda mitad de la primera década del siglo XX, el predio en la esquina suroccidental del cruce de las calles Hidalgo y Guerrero ya era utilizado por la Escuela Oficial de Varones. En 1908, a esta propiedad se le aplicó unas reparaciones por parte del cabildo presidido por el Alcalde Esiquio de la Garza. Fue entonces que se planeó la construcción de lo que se convertiría la “Escuela Hidalgo”, la cual se construiría originalmente para la Escuela Oficial de Niñas.

A una cuadra al poniente de esa escuela se planea terminar el nuevo edificio para ser inaugurado durante los festejos del primer Centenario de La Independencia de México, el 16 de septiembre de 1910. Lo que sucedió en esa nueva escuela, ícono de la educación de Reynosa, será contado en el próximo artículo.

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Casa del comerciante francés René Guyard, donde se presentaban los exámenes orales a finales del período escolar en el siglo XIX. Foto Colección Glenn.

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Sello de la Escuela Oficial de Niños de Reynosa, AMR.




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