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Dispersión y exterminio de los últimos indígenas karankawa y tampacuas

Son varios documentos del AMR de los años 1850, que nos muestran la coexistencia de los indios tampacuas y karankawa y su ubicación en ambas bandas del río Bravo al oriente de la villa de Reynosa. Esta información proviene de extensos expedientes de la Sección de Juzgados de dicho archivo

Cronista Municipal de Reynosa

Interpretación de los indígenas de nuestra región.Dispersión y exterminio de los últimos indígenas karankawa y tampacuas

-Segunda parte-

Está claro que los tampacuas representaban una unidad étnica aparte que la de la karankawa.  Desde la segunda mitad del siglo XVIII, los tampacuas habitaban en la región costera entre la bahía de Baffin en Texas y el río Bravo.  A través del tiempo se sabe que miembros de este grupo étnico fueron registrados en las misiones de San Juan Bautista (Guerrero, Coahuila), en la de San Joaquín del Monte (Reynosa, Tamaulipas) y así también se encuentran en los registros de la Iglesia Nuestra Señora del Refugio de Matamoros. 

 En diferentes documentos que se encuentran en el Archivo Municipal de Reynosa (AMR) los tampacuas son asociados como trabajadores en la explotación de la Sal del Rey al norte del actual condado de Hidalgo, durante la primera parte del siglo XIX.  Datos más específicos sobre esta etnia durante los siglos XVIII y XIX pueden ser consultados en los “Indígenas del delta del río Bravo”, publicación que elaboramos unos años atrás. 

 Son varios documentos del AMR de los años 1850, que nos muestran la coexistencia de los indios tampacuas y karankawa y su ubicación en ambas bandas del río Bravo al oriente de la villa de Reynosa. Esta información proviene de extensos expedientes de la Sección de Juzgados de dicho archivo. Algunos de estos documentos permanecen inéditos para la historiografía regional.

documento de mayo de 1852

Uno de los documentos está relacionado con el ataque que sufrió el barco de vapor conocido como El Comanche entre las comunidades de los Alacranes y Santa Ana de la antigua Jurisdicción de Reynosa, el 17 de mayo de 1852.En realidad el documento en el AMR, no involucra a estos indígenas con este evento, pero otras fuentes norteamericanas erradamente los envuelve en este suceso dentro de la jurisdicción de Reynosa.

En una carta de Thaddeus M. Rhodes al gobernador de Texas, Peter H. Bell, y unas notas periodísticas del “Victoria Texian- Advocate” de junio 11 y 12 de 1852, erróneamente adjudican el incidente de mayo con otro acontecimiento ocurridos río abajo en junio de ese mismo año.  De acuerdo con estas dos fuentes, los indios tampacuas y karankawa le habían disparado al vapor El Comanche cerca de Campaquas, en lo que es ahora las inmediaciones de Mercedes, Texas. 

Ni estuvieron estos indios involucrados en los disparos a El Comanche en mayo de 1852 ni tampoco estuvieron norteamericanos involucrados en los hechos río abajo en los sucesos de junio, como lo explica en el siguiente expediente. Esta inexactitud ha transitado a publicaciones contemporáneas.

documento de junio de 1852

El siguiente expediente judicial, ya presentado anteriormente en este matutino, se refiere a los hechos de armas ocurridos en el cauce del río Bravo a la altura del rancho San Lorenzo, en las inmediaciones del actual Nuevo Progreso.  Fue allí cuando se escuchó el estruendo de fusilería, que pareciera se hubiera desatado el mismito diablo en las aguas del río Bravo, eran como las cuatro de la tarde del día 14 de junio de 1852 en las inmediaciones del potrero San Lorenzo.    Don Francisco Benavides, Don Ramón Bravo y asociados navegaban por el canal del río Bravo en dos chalanes que transportaban mercancía para Guerrero, Tamaulipas, la antigua villa de Revilla sobre el río Salado, a la altura de la actual Presa Falcón.

El rancho San Lorenzo de la Mesa se encontraba en la orilla del río dentro de la antigua jurisdicción de Reynosa, al oriente de la villa, en las inmediaciones del actual Nuevo Progreso, en lo que es ahora el municipio de Río Bravo, Tamaulipas; este potrero fue parte del agostadero conocido como San Vicente de la Mesa y su propietario original fue don Vicente Treviño.

Ahí en San Lorenzo (de la Mesa) estaba el campamento de la Comisión Ambulante e Indígena de Pedro Villarreal.  Estaba compuesta por guerreros indígenas de la etnia conocida como tampacuas, un grupo indígena cazador y recolector nativo de esta región, que habitó en ambos lados del río Bravo.  El Lago Tampacuas, al norte del río, casi inmediato a la supercarretera 83 en la ciudad de Mercedes, Texas, todavía nos recuerda la existencia de estos antiguos pobladores del delta del río Bravo.

Los chalanes eran sigilosamente perseguidos por tierra desde río abajo por un contingente de siete soldados dirigidos por Valentín “El Chueco” Ramírez, de la Compañía 1ª Sedentaria de Matamoros, también descrita por uno de los testigos como la Guardia Nacional Móvil. Esta compañía estaba bajo el mando del General Francisco Ávalos en Matamoros.  El acontecimiento en San Lorenzo sucedió en las postrimeras del pronunciamiento del “Plan de La Loba” y de la “Guerra de Mercaderes” de Brownsville, Texas, que fue acaudillada por José María de Jesús Carvajal. 

Los chalanes se habían pasado de San Lorenzo de la Mesa, en donde estaba la revisión de la Comisión de Pedro Villarreal. En eso momento, el Chueco llegó pidiendo auxilio a don Pedro para detener a los chalanes mostrando una orden del general Ávalos; por lo que Pedro aceptó incorporar a diez de sus hombres al contingente de Ramírez. Los nombres y apellidos de estos hombres se encuentran en documentos del Archivo Histórico de Reynosa (AHR), precisando que la gente de Pedro Villarreal eran casi todos indígenas de la etnia tampacuas. Esta Comisión Ambulante e Indígena probablemente también había sido integrada por el mismo general Ávalos.

    Alcanzándolos por la margen, don Valentín Ramírez pidió a los conductores de los chalanes tres veces las guías de la Aduana que amparaban la carga que iban a bordo, por el canal del río. La tripulación se negó, mostrando las armas para sostener su negativa. 

Telésforo, uno de los testigos del suceso, declaró días después en Reynosa que, había sido Valentín (el Chueco) Ramírez quién había desencadenó la confrontación.  Enfadados porque les pedían las guías, los tripulantes de las embarcaciones hicieron tan sólo un disparo al aire. El contingente de Ramírez contestó haciendo fuego. Aunque los dueños de los chalanes se replegaron con todo a la margen izquierda (lado de Texas) sin disparar más, no impidió que se parara el fuego desde la otra orilla del río, pues siguió más vivo que nunca. 

   El Chueco ordenó que se tiraran los indios de la Comisión a nado, en un “chalancito” y en un bote o canoa que había a la “sazón”, para que trajeran los chalanes para el lado de México. Por otros testigos se mencionó que el bote era propiedad del vecino Pablo Cavazos. 

Los hombres que conducían los chalanes se hicieron hacia el lado de Texas, para donde saltaron la mayoría de los ocupantes.  La gente del Chueco y de Pedro Villarreal solo logró detener a tres de los navegantes.

Por parte de la tripulación, en el embate murió un niño hijo de Francisco Benavides, propietario de uno de los chalanes y de la carga; otro de los navegantes resultó levemente herido de la cara.    De la Comisión Ambulante e Indígena resultaron levemente heridos el testigo Telésforo Salame (alias el Coyote referido arriba) y el indio de la etnia tampacuas, nombrado como Nepomuceno Cavazos.

De las declaraciones de los testigos se desprende que un número indeterminado de indios tampacuas habitaban en las orillas del Bravo en el rancho San Lorenzo (de la Mesa), donde acampaban cerca de la casa de Pedro Villarreal, jefe de la Comisión Ambulante e India.  Los indios se tiraron a nado, en un chalancito y en un bote para traer al lado derecho del río (Tamaulipas) la carga de los chalanes.  Son estos los que descargan los botes para guardar la mercancía en la casa de Villarreal, la cual era resguardada por una guardia de indios tampacuas

Tal vez los indios karankawas no hayan participado en este enfrentamiento de junio, pero es probable que sí estaban presentes en el rancho San Lorenzo como lo sugieren algunos expedientes de años posteriores. Estos documentos serán presentados en una próxima nota, que demuestran la presencia de estos dos grupos indígenas en la jurisdicción de Reynosa.

imagen-cuerpo

Lugar actual del río Bravo donde fueron detenidos los chalanes en 1852.



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