Detenidos otros ocho empleados de Vale por desastre de la mina en Brasil
El presidente del gigante minero insiste ante los legisladores en que nadie alertó de un riesgo inminente
Mientras los equipos de rastreo siguen buscando y localizando cadáveres envueltos en barro, la justicia y los legisladores de Brasil continúan con sus investigaciones para depurar responsabilidades por el desastre de la mina de Brumadinho (Minas Gerais). Ocho empleados del gigante minero Vale involucrados en la vigilancia de la estabilidad de la represa que colapsó han sido detenidos cautelarmente este viernes. Las autoridades han confirmado, hasta ahora, la muerte de 166 personas, mientras otras 155 siguen desaparecidas. El presidente de la compañía, Fabio Schvartsman, declaró el pasado jueves ante una comisión de investigación del Congreso que “Vale humildemente admite que lo que fuera que estaba haciendo [para prevenir un suceso así], no funcionó, en vista de que la represa colapsó”.
La operación policial se desarrolló en tres Estados: São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais. Los agentes también hicieron registros y se incautaron de documentos en las viviendas de cuatro empleados de la firma alemana Tüv Süd, que elaboró los últimos informes que avalaban la estabilidad de la balsa que el 25 de enero se rompió creando una inmensa ola de barro que, entre otros muchos daños, cubrió la cantina donde almorzaban decenas de trabajadores de la mina.
Los ocho empleados de Vale arrestados pueden quedar detenidos por un periodo de hasta 30 días y, si los investigadores confirman sus sospechas, serán acusados por homicidio, crimen ambiental y falsedad ideológica, como se cataloga en Brasil el delito de falsificación de una auditoría. Entre las personas detenidas este viernes está el gerente, Alexandre de Paula Campaña. El ingeniero Makoto Namba, que trabaja en Tüv Süd, relató a la Policía Federal, según el interrogatorio al que tuvo acceso G1, haberse sentido presionado por De Paula para certificar la estabilidad de la balsa de residuos tóxicos. Tres empleados de Vale y dos ingenieros de la firma alemana fueron detenidos días después del desastre y excarcelados tras una semana.
El presidente de la minera Vale, dueña también de otra mina cercana donde en 2015 ocurrió un suceso muy similar que causó el mayor desastre ecológico de Brasil, acudió el jueves a la comisión de investigación parlamentaria sobre Brumadinho. Schvartsman recalcó ante los legisladores que “Vale es una joya brasileña y no puede ser condenada por un accidente” tras reiterar que “todas las informaciones indicaban que no había un riesgo inminente con aquella represa, no exigiendo que la empresa tomara ninguna medida”. Inminente, de riesgo inminente, parece ser la palabra clave porque la propia empresa sí que admitía en un informe interno que la balsa de Brumadinho tenía el doble de probabilidad de colapsar que el nivel máximo de riesgo tolerable.
La empresa también calculó en su informe de riesgos que, con el sistema de alarma, los muertos serían un máximo de diez. Sin él, podrían ser entre un centenar y un millar. En Brumadinho el sistema de avisos no funcionó —todavía se investiga por qué— y el desastre se llevó por delante más de 300 vidas. Tampoco se sabe hasta el momento cuáles fueron las causas del colapso de la presa.
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Vale también ha anunciado su intención de desmantelar las balsas de residuos mineros construidas con el método de las de Brumadinho y Mariana —la que colapsó en 2015— porque es considerado el menos seguro además de ser el más barato. Y se ha comprometido a monitorear las represas las 24 horas del día. En Minas Gerais existen ahora mismo 50 balsas de ese tipo de las que 27 están operativas, 22 inactivas y una quebrada, según la información que maneja la comisión parlamentaria.