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Desesperados comerciantes reynosenses por reinstalarse

Sus estructuras de metal se encuentran abandonadas en la calle peatonal y esperan pronto regresar a sus actividades

Comerciantes en pequeño como eloteros, rasperos y vendedores de fruta no han podido regresar a trabajar pese a que el 1 de junio estaba estipulado para los vendedores fijos y semifijos, pero les anunciaron que siempre no, por lo que ahora están a la espera de luz verde porque ya están desesperados ante la crisis económica que ha sido un golpe muy duro.

Comerciantes en pequeño no han podido regresar a trabajar.Desesperados comerciantes reynosenses por reinstalarse
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”Muchos han tenido que deshacerse de sus cosas… compañeros que han tenido que vender sus muebles y sus instrumentos de trabajo como triciclos y todo eso”.* Héctor Regalado Juárez, dirigente de vendedores.

Héctor Regalado Juárez, dirigente de la Unión Independiente de Tianguistas y Comerciantes en Pequeño, Puestos Fijos y Semifijos en Reynosa, comentó que oficialmente todavía no se les da permiso de volver a las ventas.

Son alrededor de 200 vendedores que se dedican a venta de elotes, aguas frescas, loncheros, todo lo que tiene que ver con antojitos, que llevan alrededor de 90 días manteniendo cerrados sus locales, por lo que sus estructuras de metal se encuentran abandonadas en la calle peatonal, en la zona centro.

“Los compañeros ya están desesperados, está muy baja la cuestión económica, desesperados y confiamos que el gobierno ya nos autoricé para de alguna manera para trabajar sin tener tanto riesgo”, dijo.

La autoridad local les otorgó 2 mil pesos a cada comerciante, cuando empezó la pandemia, pero no es suficiente ya que ha pasado mucho tiempo sin vender y necesitan alimentar a sus familias ya que la mayoría son de la tercera edad y ya no pueden obtener empleo en empresas.

“La verdad ha sido muy difícil algunos los que todavía tienen edad pudieron buscar otras actividades para trabajar, pero en su gran mayoría rebasamos la edad para ser contratado en la empresa o compañía, muchos han tenido que deshacerse de sus cosas también, compañeros que han tenido que vender sus muebles y sus instrumentos de trabajo como triciclos y todo eso, ha sido un golpe muy duro”, expresó.

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”Durante todo este tiempo hemos comido puro arroz, huevo, frijoles, lo más necesario, si no trabajamos quien nos da, yo soy diabética y tengo que comprar mi medicina”.* San Juana Hurtado, comerciante en pequeño.

Orilla necesidad a colocar puesto

“Hay mucha necesidad, yo por mi parte no tengo marido, ni quien me mantenga; si no trabajo yo, quién va a comprar mi medicina”, dijo San Juana Hurtado, comerciante en pequeño que decidió regresar a trabajar.

Fueron dos meses sin poder vender nueces, pepitas y dulces, en un puesto en la calle peatonal, por lo que este viernes, junto con su hijo, acudió a colocar su sombrilla y a poner sus ventas.

La vendedora señaló que no sabe porqué no la han dejado trabajar ya que ella vende comida, y muchos otros locales sí se han mantenido trabajando, por lo que colocó un letrero en cartulina donde dice “Dra Maki, lo siento yo tengo que trabajar, las medicinas y comida no se pagan solas”.

La ambulante reconoció el apoyo que recibió de las autoridades locales, de 2 mil pesos, pero ya es mucho tiempo de estar sin trabajar y tiene que comprar sus medicamentos porque tiene diabetes.

“Tenemos necesidad de trabajar, tengo que pagar luz, hay recibos, agua, gas, todo se acaba y durante todo este tiempo hemos comido puro arroz, huevo, frijoles, lo más necesario, si no trabajamos quién nos da, yo soy diabética y tengo que comprar mi medicina”, expresó.



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