La vida de una atleta
La mejor tenista mexicana de la actualidad, Fernanda Contreras, hace un balance de su experiencia en 2022
Empecemos desde el principio. Haremos retroceder el reloj hasta donde comenzó este año. Para mí empezó en diciembre de 2021, cuando mi entrenador, Christo Van Rensburg y yo decidimos viajar al otro lado del mundo para perseguir un sueño.
¿Por dónde empezar?
Empecemos desde el principio. Haremos retroceder el reloj hasta donde comenzó este año. Para mí empezó en diciembre de 2021, cuando mi entrenador, Christo Van Rensburg y yo decidimos viajar al otro lado del mundo para perseguir un sueño.
El primer torneo fue el Abierto de Corea, en Seúl, en medio de la pandemia del Covid-19.
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Si has visto el programa de Netflix, “Squid Game’, entonces entenderás cómo me sentí en el momento en que bajamos del avión y nos llevaron a la cuarentena del gobierno.
Afortunadamente, el torneo estuvo muy bien organizado y obtuvimos permiso para “salir” después de 24 horas. No se nos permitía estar cerca de nadie, estábamos aisladas, obligadas a seguir las reglas o sufrir las consecuencias.
Sola en Navidad
Y así, la Navidad y Año Nuevo llegaron y se fueron, mientras veía a mi familia celebrar desde el aislamiento de mi habitación en Asia.
Uno de los muchos sacrificios que estaba dispuesta a cambiar por la alegría del deporte.
Mucho calor y poco dinero
Después del gélido invierno de Corea, corrí hacia el Tour de “Verano” de Australia, con temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados.
Al crecer en los desiertos de México, este clima era más mi estilo y disfruté plenamente del calor abrasador de Melbourne. Fui a Australia con el corazón lleno, la sonrisa amplia y el cerebro lleno de recelos.
Era una alternante para el primer Slam del año; estaba luchando económicamente y Australia estaba muy lejos de casa. Mucha gente juzgó nuestra decisión, calificándola de loca, tonta, poco profesional... ¿Por qué ir tan lejos cuando no sabes si entrarás?
Te diré por qué: porque en la vida hay que arriesgarse.
Tienes que arriesgarlo todo, si quieres tener éxito; tienes que presentarte y decirle al mundo: “Estoy aquí y no tengo miedo. La única persona con la que siempre puedes contar es contigo mismo”.
La turbulencia del deporte
Soy bendecida y no puedo dejar de estar agradecida, porque en este camino tan duro no estoy sola. La vida me dio una estrella en la única persona que creyó en mí antes que nadie: Christo Van Rensburg; a él le debo todo.
Aprendí mucho en Australia. El sentimiento abrumador de la gira ya no era extraño y comenzaba a sentirme más cómoda en el mar de extraños, en el mar de fanáticos, en la turbulencia del deporte. La locura y la rutina de la vida que estaba eligiendo.
Llorando a 6 mil kilómetros de México
Pero la vida da y la vida quita. Adquirí experiencia, hice nuevas amistades, viajé a un nuevo Continente, pero a medio mundo de distancia, mis amigos cercanos se reunieron para un funeral.
Fue la primera de muchas pérdidas del año. Esa pena, ese dolor, esa tristeza; eso no es algo que sientes que le puedes mostrar al mundo.
Todavía recuerdo cuando recibí la llamada, estaba en Manacor, España. Me sentí entumecida conduciendo de regreso a mi pequeño Airbnb.
Y esa noche sólo lloré. Estaba sola, a más de 6 mil kilómetros de distancia, pero compartiendo su angustia.
¿Y qué podía hacer? No podía ir a casa. No tenía dinero ni tiempo. Estaba en medio de tres torneos. Después de perder el corte de Australia, estaba concentrada en un objetivo y sólo en ese objetivo... Roland Garrós.
Con Obi Wan Kenobi, y cazando dragones
Así que trabajé en mis sentimientos desde lejos.
Trabajé y me transformé con dos personas muy especiales, con personas que son un cofre de tesoro en las aguas turbias de la vida: Lorri Fraser y Eric Ferguson.
Eric es mi mago. Es un especialista en MAT (Muscle Activation Technique) que ha transformado mi cuerpo y me ha mantenido libre de lesiones durante el último año.
Me ha ayudado a romper mis límites y también me ha ayudado a poner el freno. Sin él este viaje no hubiera sido posible. Él sabe exactamente cuándo debo descansar y cuándo debo empujar.
Con él he podido triplicar mis objetivos. Es como el Obi Wan Kenobi del mundo físico.
Por otro lado, Lorri llegó a mi vida y gentilmente puso una espada en mi mano. Ella me ayudó a matar a mis dragones.
Ella me ayudó a combatir las inseguridades, los miedos, la tensión, los nervios, el estrés y las lágrimas. Con el corazón atento, me ayudó a encontrar quién soy y en quién puedo convertirme. Y a ellos dos les estaré eternamente agradecida.
Tiempo de apostar Y ahora, la apuesta australiana.
Contra viento y marea, contra los que odian, contra las personas que quieren derribarte o las que te hacen sentir que lo que haces es muy poco, que tu trabajo nunca es suficiente.
La apuesta valió la pena. Ahora me dirigía hacia mi primer Slam, a la ciudad del amor y a la ciudad de la luz: ¡A Roland Garrós!
Es completamente normal sentir nervios, es parte de la experiencia humana; por eso la vida es una gran emoción.
Por amor al juego
Y a París traje a mi compañera de armas, mi amiga de toda la vida, mi hermana: Magda. Poco sabíamos cuánta diversión, cuánta alegría y cuánta felicidad compartiríamos durante nuestra gira de verano.
Por eso fue una experiencia tan magnífica, porque elegí jugar por la pasión del deporte, por el amor al juego.
No escuchamos a las voces de afuera, a aquellos que sólo querían unirse por la fama, el glamour o la atención. Prosperamos porque elegimos felicidad, porque nos hicimos una promesa, de que sin importar lo que pasara, elegiríamos ser felices.
Y lo seguimos eligiendo todos los días. Se trata de vivir
Roland abrió muchas puertas, y una de ellas fue Wimbledon. El mágico y místico SW19.
El olor de las flores y la hierba recién cortada, los trajes blancos prístinos, la burbujeante ciudad de Londres.
Magda y yo nos la pasamos increíble, no teníamos nada que perder, e incluso, mi primo Luis vino a unirse a las aventuras.
La vida no se trata sólo de tenis o del deporte, se trata de vivir. De repente, perseguir mi sueño se convirtió en una realidad, pero no porque me obsesione.
Fue porque tenía a mi equipo detrás de mí, porque compartíamos el mismo objetivo, porque estábamos en sinergia. Y sin embargo... la vida da y la vida quita. Lloré con mi abuelo
Le llamé a mi abuelo después de calificar a mi segundo Slam, y platicamos de tener a otro F. Contreras en el tablero de Wimbledon. Lloramos juntos. No sabía que sería la última vez que hablamos.
Esta vez acorté mi gira europea y finalmente me fui a casa. Pude compartir mi dolor con mi familia.
Ya no estaba sola, y nunca estaría. Tengo a muchos seres maravillosos cuidándome, compartiendo la aventura en cada paso del camino.
Poder recuperarme emocionalmente y jugar el cuadro principal del US Open fue sólo la guinda de un año maravilloso.
Mi compañero de vida
Este 2022 ha sido una metáfora de vida. He tenido triunfos y he tenido alborozo, pero también he tenido derrotas y decepciones.
Los entrenamientos en la oscuridad, poner el trabajo que nadie ve, que nadie apreciará excepto yo misma. Ese es el verdadero regalo que me ha dado el tenis. Más que la fama, más que la atención, el amor por un deporte que ha sido mi constante compañero de vida.
El tenis me ha dado la oportunidad de viajar por el mundo, conocer gente, formar nuevas amistades, probar culturas y aprender nuevos idiomas, y también me ha dado la oportunidad de entenderme a mí misma.
Nunca hubiera sido posible sin el amor y el apoyo incondicional de mi increíble equipo: mis papás, Emilio, Alec, Marty, Magda, Daryl, Lorri, Eric y Christo. Les debo el mundo.
Y también estoy agradecida por ustedes, los lectores, que son tan queridos para mí. Siento su apoyo y su aliento cada vez que piso la cancha.
¡Viva México!
Con todo mi cariño, FCG.