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Denuncian fallas en donación de órganos en EEUU

Empresas médicas están impidiendo que se concreten donaciones de órganos, desperdiciando miles de oportunidades de salvar vidas

Denuncian fallas en donación de órganos en EEUU

Washington.- Si Roland Henry se hubiera muerto en otra parte de Estados Unidos, quizás sus órganos pudiesen ser donados para salvarle la vida a alguien.

Pero la agencia encargada de coordinar la donación de órganos a nivel se negó a considerarlo, a pesar de que el residente de Connecticut parecía buen candidato, no obstante su edad avanzada: Falleció en el hospital, siendo asistido por un respirador y era hasta entonces saludable hasta que un accidente vial llevó a un infarto.

“Fue devastador recibir la notificación de que ningún órgano podía ser donado, ninguno, cero, ni un riñón, ni el hígado, ni un tejido”, recordó la hija de Henry, Donna Cryer, presidenta de la organización sin fines de lucro Global Liver Institute y recipiente ella misma de un trasplante de hígado.

El caso de Henry es un ejemplo de los problemas en el sistema de donación de órganos de Estados Unidos, administrado por empresas contratistas empeladas por el gobierno, y acusadas de desperdiciar oportunidades de usar órganos donados para trasplantes.

La AP examinó detalladamente el sistema y calculó que esas empresas están obteniendo aproximadamente la mitad de donantes que otras, a pesar de que hay unas 113.000 personas en listas de espera para recibir órganos donados, y en promedio unas 20 de ellas mueren cada día.

“El sistema que tenemos no funciona, sabemos que está costando vidas”, declaró el doctor Seth Karp, jefe de trasplantes en la Universidad Vanderbilt.

Bajo el esquema de donación de órganos en Estados Unidos, el país está dividido en 58 sectores, cada uno con su propia organización de donación de órganos, a cargo de entregar un órgano cuando se produce un fallecimiento. Tales organizaciones tienen una tarea difícil: lograr el consentimiento para donar el órgano y de allí transportar el órgano rápidamente a la clínica antes de que se deteriore, así sea a las 3 de la mañana.

¿Y cómo lo están haciendo? Es casi imposible saber. Estas organizaciones le reportan sus datos al gobierno de manera voluntaria, usando índices que ellas mismas considerad defectuosos. Tan es así, que es difícil comparar estas organizaciones unas con otras para averiguar qué están haciendo mal o cómo pueden mejorar.

“Nadie puede realmente decirles ‘Pudiste haber sacado 20% o 30% de órganos más y no lo hiciste’”, declara Kevin Longino, recipiente de un riñón donado y presidente de la Fundación Nacional del Riñón.

Es posible que eso cambie. El gobierno actualmente está planeado una profunda reestructuración del sector, que incluirá estándares uniformes a fin de poder comparar estas agencias y obligarlas a mejorar su rendimiento. Una de las medidas bajo consideración es usar una base de datos federal sobre fallecimientos para que las organizaciones puedan sacar de allí sus donantes.

Hace unas semanas, un estudio en la publicación especializada American Journal of Transplantation calificó ese sistema de más justo y confiable que los estándares actuales. La AP efectuó su análisis en base a ese modelo y halló que en el 2017, aun comparando regiones con grupos similares de donantes de órganos, las discrepancias eran pronunciadas. Filadelfia, por ejemplo, mostraba muchas más donaciones der órganos que la ciudad de Nueva York. Las organizaciones a cargo de partes de Kentucky estaban sumamente rezagadas con respecto a Missouri.

El análisis muestra que el impacto más pronunciado se vería en regiones de gran población de potenciales donantes. Por ejemplo la organización OneLegacy en Los Ángeles recabó 487 órganos para donación en el 2017, quedando en segundo lugar con respecto a la organización de Filadelfia, Gift of Life. Sin embargo, la organización en Los Ángeles tenía la mayor cantidad de donantes potenciales. Si OneLegacy hubiera tenido el mismo índice que Gift of Life, habría logrado recuperar 866 órganos para donación, según el cálculo.

El director de OneLegacy, Tom Mone, advierte que esa cifra podría ser exagerada ya que incluye gente que ha sido descartada tras un escrutinio de sus registros médicos.

Además, incluye donantes con ciertos defectos como por ejemplo personas de edad avanzada o con ciertas condiciones médicas que pueden ser difíciles de manejar para las agencias de órganos, explicó Mone. Esos órganos podrían salvarle la vida a alguien pero a veces las agencias son renuentes a arriesgarse.

Aun así, ante la grave escasez de órganos para trasplante, muchas de las organizaciones anticipan que los nuevos estándares provocarán una búsqueda más agresiva de donantes.

“Es una cifra que no puede ser manipulada”, declaró Ginny McBride, directora ejecutiva de OurLegacy en Florida. Ella es una de varias dirigentes que le escribieron al programa Medicare, a cargo de agencias médicas y de reembolsos por adquisición de órganos, para que agilicen los cambios.

“Es un sistema que podría decirnos que tenemos que mejorar, o le podría decir al gobierno que hay ciertas organizaciones que no deberían recibir la certificación”, notó McBride.

Apenas un 2% de los estadounidenses fallecen en circunstancias que permiten la donación de sus órganos. Si uno muere antes de legar al hospital, sus órganos no pueden ser preservados. Tampoco se pueden donar órganos de personas que mueren de cáncer o de ciertas infecciones.

Si bien es verdad que un muerto joven tiende a estar en mejores condiciones de salud, no hay un límite de edad: Hay estudios que indican que personas de 70 o incluso de 80 años pueden donar sus órganos, especialmente si el recipiente es alguien incluso mayor.

El año pasado, de unas 2,8 millones de muertes, 10.721 fueron donantes, para un total de 29.680 trasplantes.

Pero un estudio efectuado en el 2017 por la Universidad de Pensilvania comparó una lista de defunciones con una de órganos donados, y calculó que si el sistema funcionara mejor, se podría haber trasplantado unos 28.000 órganos más ese año.

Si se logran establecer nuevos estándares se podrá tener una mejor idea de la eficacia de las donaciones de órganos, pero aun si el estimado es exagerado, “cada uno de los órganos que logramos trasplantar es una vida salvada y por lo tanto vale la pena”, recalcó Greg Segal, del grupo de activistas a favor de trasplantes de órganos Organize, y cuyo padre estuvo cinco años esperando por un trasplante de corazón.

El reciente aumento de muertes por sobredosis de drogas ha aumentado la cantidad de donantes de órganos. Algunas de las agencias especializadas están buscando maneras de incrementar sus donaciones aun más.

LifeCenter Northwest — agencia que recaba donaciones de órganos en el estado de Washington, Alaska, Montana y Idaho — ha duplicado la cantidad de trasplantes de órganos de 440 en el 2009 a 878 el año pasado, antes de que Kevin O’Connor asumiera la dirección de la agencia.

La agencia se concentra en órganos difíciles de sacar: no los de personas con muerte cerebral, que es el caso más común, sino los de quienes fallecieron cuando el corazón dejó de latir. O’Connor organizó “simulacros”, es decir, sesiones de entrenamiento para que los empleados aprendan a manejar esos casos tan difíciles. A nivel nacional comprenden el 19% de las donaciones; en LifeCenter, son el 29%.

En LifeGift en Houston, donde las donaciones de órganos han aumentado en un 40% desde el 2013, el director Kevin Myer ha contratado a docenas de personas para llegar más rápido a los hospitales lejanos. Poder aumentar las donaciones de órganos “depende de lo bueno que son los empleados, y de cuántas personas tienes para que puedan ir a los hospitales y acceder a familias que están perdiendo a una persona”, declaró Myer.



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