Denuncian derrame en mina de Sinaloa
La fractura de la presa de jales de la sociedad minera Real de Cosalá provocó el derrame de una gran cantidad de material tóxico sobre el río San Lorenzo, a las afueras de Cosalá, al sur de Sinaloa, denunciaron pobladores
Culiacán, México
"Las vacas se me han estado muriendo, ya llevo cinco, pero hay dos que no las he encontrado porque han de estar hundidas en el lodo", señaló. Pese a la gran cantidad de lodo y otros líquidos esparcidos en laderas y el cauce del río, las autoridades federales y locales desconocían del desastre ecológico que, según los denunciantes, ocurrió en mayo pasado. "No sabíamos de este derrame, tampoco que había pobladores afectados.
Ahora tenemos que hacer un análisis y enviar gente a que tome muestras", reconoció Héctor Aguirre, director operativo de la Cuenca Pacífico-Norte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). La sociedad Real de Cosalá, presunta responsable del derrame, está integrada por Minera Real de Cosalá, Minera Cosalá y Minera Tapacoya, un grupo de empresas extractivas que se dedican a la exploración y extracción de oro, plata, plomo, cobre, zinc y hierro. También tiene como socios a Laura Cecilia Guinea Hernández, María de los Dolores Hernández Leal, Marco Vinicio Guillén Guevara, Francisco Javier Sandoval Marín, Jaime Guinea González, Carlos Teodoro Ortiz Rodríguez, José Alfredo Cervantes Rivera, Francisco José Cota Mendía, Gustavo Adolfo Guerrero Castaño, Gaspar Méndez Celaya, Martín González Alcaraz, Alfredo Carlos Jurado Salazar y Peter Joseph Micrae. Todos ellos son representados por Jaime Guinea González ante la Secretaría de Economía. Las cinco vacas muertas de la señora Miriam se escaparon del corral donde estaban desde mayo, cuando los pobladores de San José de las Bocas se percataron que en el cauce del río se movía basura en forma de algodón color marrón. "Esos son parte de los jales (desechos de la extracción minera)", dijo don Miguel, un hombre de 60 años que se dedica a la pesca en la presa José López Portillo.
"Ya lo había visto hace mucho y eso mató a todos los pescados, la gente mejor se fue", expresó. Fragmentos de esa basura se quedaron pegados a las piedras. Su textura es como algodón de azúcar, pero este no se deshace fácilmente, sino que envuelve las rocas y permanece en el cauce hasta ser arrastrado por el agua. "Ya nomás llueve y toda esa mierda se va a ir a la presa", señaló Don Miguel, quien ahora teme un problema peor. Los pobladores de San José de las Bocas no han tenido contacto con los responsables de la sociedad minera ni con las autoridades municipales, mucho menos con las instancias ambientales. Sólo han preguntado a hombres que, con ayuda de una retroexcavadora, realizaron pozos a lo largo del cauce afectado, esto con el objetivo de que cuando el río crezca, los jales puedan depositarse hasta ser recogidos por la mina. Se solicitó una postura de la sociedad minera, pero esta no fue atendida.