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Dan luz verde al remdesivir para tratar Covid-19, en Europa

La Agencia Europea del Medicamento recomienda comercializar este medicamento, que es un antiviral que evita que el virus se replique en el organismo

Luz verde en Europa al primer fármaco específico contra la covid-19. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha recomendado que se autorice la comercialización del remdesivir, un antiviral que evita que el virus se replique en el organismo, para tratar a pacientes con covid-19 que se encuentren en estado grave. En concreto, la indicación es para adultos y adolescentes a partir de 12 años con neumonía que requieran oxígeno suplementario. La recomendación de la EMA se basa, principalmente, en los resultados preliminares del estudio más grande realizado hasta la fecha con este medicamento y publicados en el New England Journal of Medicine (NEJM), que habían concluido que con este fármaco los enfermos se recuperaban una media de cuatro días antes que el resto de pacientes. La homóloga de la EMA en Estados Unidos, la FDA, ya había aprobado a principios de mayo por la vía de emergencia el uso del remdesivir para tratar la covid-19

Foto: AP.Dan luz verde al remdesivir para tratar Covid-19, en Europa

La solicitud de la compañía californiana Gilead llegó a la EMA hace apenas un par de semanas. La rapidez en la aprobación se debe a que la EMA ya había puesto en marcha el pasado 30 de abril un análisis sobre el uso de ese antiviral para el tratamiento específico de la covid-19 empleando un procedimiento del que dispone para acelerar la evaluación de medicamentos que sean prometedores en caso de emergencia sanitaria. “Considerando los datos disponibles, la agencia consideró que el balance entre beneficios y riesgos había demostrado ser positivo en pacientes con neumonía que requieren oxígeno suplementario”. La Comisión, que según la EMA ha sido permanentemente informada, acelerará el procedimiento de decisión para dar luz verde a la aprobación del remdesivir la semana que viene.

En Europa no se había aprobado todavía ningún fármaco específico para la covid-19, si bien los profesionales sanitarios empleaban para tratar la dolencia infecciosa un arsenal de medicamentos que tenían otras indicaciones, como anticuerpos monoclonales o la dexametasona, un corticoide para enfermedades reumáticas o autoinmunes. “Es el primer antiviral específico para la covid-19”, señala Benito Almirante, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

El remdesivir solo se empleaba en el contexto de ensayos clínicos —Vall d’Hebron se lo administró a una decena de pacientes en este contexto— y para uso compasivo (para casos excepcionales, antes de ser autorizado y cuando no hay otra alternativa terapéutica). En España, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) solo permitía el uso compasivo desde el 30 de marzo a gestantes y niños, pero, a partir del 20 de mayo amplió el espectro a todos los hospitalizados con enfermedad grave.

Según varios comunicados emitidos desde el pasado 30 de abril por la EMA, durante esa revisión, el comité que aborda los medicamentos para humanos evaluó datos sobre la calidad y la fabricación y los resultados preliminares de varios estudios clínicos. Una vez finalizado ese estudio, invitó a Gilead a enviar a la agencia más información junto a una solicitud de autorización de comercialización condicional (CMA, por sus siglas en inglés).

En los últimos meses, se han publicado tres artículos científicos en el NEJM que avalan la eficacia del remdesivir y uno en The Lancet que no encuentra beneficios. El ensayo negativo, realizado con 237 pacientes tratados en China, mostraba que el remdesivir no aportaba beneficios. Sin embargo, el primero del NEJM, publicado el 22 de mayo, eran los resultados preliminares de un estudio internacional con 1.065 pacientes y financiado por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID), que demostraba que se reducía un 31% el tiempo de recuperación (de 15 días en el grupo placebo a 11 en los pacientes tratados con remdesivir) y también ligeramente la mortalidad (era del 12% en el brazo placebo al 8% en el brazo medicado con el antiviral), aunque esto no era estadísticamente significativo.

El segundo artículo del NEJM, del 27 de mayo y financiado por Gilead, concluía que no había diferencias significativas entre tratar 5 o 10 días a los pacientes. Y el tercero, con 53 pacientes en uso compasivo y también pagado por la farmacéutica que lo comercializa, concluía que había habido mejoras clínicas en el 68% de los pacientes.

El comité de seguridad de la EMA también había estudiado en mayo el plan de gestión de riesgos propuesto por Gilead. Ese documento describía las medidas para identificar y minimizar todos los efectos que pueda tener el fármaco. Asimismo, el grupo de trabajo para controlar los efectos en menores también emitió su opinión.

El remdesivir ya había sido investigado para el ébola, pero el brote terminó antes de concluir el ensayo. Entre los efectos adversos detectados en el uso de este fármaco están la hipotensión, la insuficiencia respiratoria y el fallo renal, entre otros. Roger Paredes, jefe de sección del servicio de Infecciosas del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y coordinador en España del estudio del NIAID matiza, no obstante, que “el remdesivir no tiene más toxicidad que el placebo”, según su ensayo. “Para pacientes que requieran medicación para hipotensión, el remdesivir puede ser un riesgo. Y también hay que tener cuidado con la combinación de fármacos, que pueden hacer que aumente la hipotensión”, valora Almirante.

 

Un “buen avance”

Los expertos consultados coinciden en que el remdesivir es “un buen avance”, pero no es la panacea. “Es un buen fármaco, pero estamos decepcionados porque si se hubiese asociado a una reducción de la mortalidad, sería mejor. No será el fármaco definitivo, pero es importantes ver que los dos que van bien [el remdesivir y la dexometasona] han mostrado resultados para tratar pacientes graves”, coincide Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona. El epidemiólogo recuerda las tareas pendientes. “Este fármaco se ha autorizado para pacientes graves. Hay que recordar no se ha demostrado que funcione en pacientes leves. Seguimos sin tratamiento para formas leves y sin terapias preventivas”.

“No es el tratamiento de la covid-19, sino un tratamiento. Necesitará adyuvantes, como la dexametasona o anticuerpos monoclonales, para que el paciente se recupere”, señala Almirante. En esta línea también apunta Paredes: “Vamos a ir en un futuro hacia un tratamiento combinado, con una pata de antivirales, como el remdesivir; otra de antinflamatorios, para tratar la tormenta de citoquinas que suelen llevar a la muerte; y quizás una tercera pata con anticoagulantes porque algunos pacientes hacen trombosis”. El infectólogo del Germans Trias i Pujol avanza que están reclutando pacientes para otro ensayo internacional donde se prevé administrar remdesivir a los pacientes en combinación con baricitinib (un antinflamatorio) o placebo.

Los expertos advierten de que también será clave identificar el momento exacto para la administración del fármaco. La EMA lo recomienda para formas graves de la infección por covid-19, aquellos pacientes que requieren soporte de oxígeno. “El remdesivir impide la replicación del virus, así que sabemos que tendrá más efecto en aquellos pacientes que estén en un momento de multiplicación viral. Los que están en fase inflamatoria [más graves, con la enfermedad mucho más avanzada] no se beneficiarán”, concluye Almirante. Roger Paredes concuerda en esto: “En nuestro ensayo se incluyeron pacientes con distintos grados de gravedad y lo que se vio es que el remdesivir no es igual para todos ellos: En pacientes con afectación pulmonar y que necesitan oxígeno funciona mejor. Podemos tener duda en pacientes con neumonía pero no necesitan oxígeno, porque en el estudio había muy pocos casos y sabemos que no hay ninguna evidencia de que funcione en los casos más graves”.

En cualquier caso, queda camino por recorrer hasta que el fármaco llegue a los hospitales —se administra por vía endovenosa—. La aprobación de la EMA es el primer paso, pero ahora las agencias reguladoras de cada país tienen que negociar y acordar un precio con la farmacéutica. “El precio será una limitación para el uso generalizado. El cálculo que se hace es que costará 4.000 euros por tratamiento”, augura Almirante. Los trámites, además, suelen ser lentos, aunque esta situación es excepcional. “Dudo que se prolongue. En este caso, no creo que tarde en ser autorizado porque no se puede entender que no se pongan de acuerdo con la financiación”, apunta Xavier Carné, farmacólogo exmiembro de la Comisión Nacional de Evaluación de Medicamentos. Este experto, que también fue jefe de servicio de Farmacología en el Clínic de Barcelona explica que el precio se negocia en una comisión interministerial, con representantes de varias carteras y la farmacéutica, y que suele haber grandes diferencias entre países a la hora de establecer los precios.



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