¡CUIDADO CON EL DIABLO! Este pez está acabando con otras especies
Se ha convertido en una plaga que difícilmente podrá controlarse en canales y el río
La presencia del pez ‘‘Diablo’’ en canales, drenes y el río Bravo está amenazando seriamente a las especies que sirven de alimento a cientos de familias en Reynosa. Aunque este ejemplar no es nuevo o desconocido para los pescadores, actualmente se ha convertido en una plaga que difícilmente podrá controlarse.
El médico veterinario zootecnista, Baltazar Ramírez, asegura que tan sólo una hembra de Pez Diablo puede desovar hasta 2 mil huevecillos cada dos meses, por lo que controlar su reproducción es casi imposible.
“Es una especie que no tiene depredadores naturales, se adapta muy fácilmente a cualquier hábitat y por si fuera poco, come de todo: algas, peces y huevecillos de otras especies”.
Más de la sección
Su reproducción asegura, es muy rápida por lo que su población, al no tener depredadores, simplemente se adueña de cualquier espacio.
“Estos peces son originarios de Costa Rica, Uruguay, Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador y llegaron a México de contrabando, pues son usados para limpiar peceras cuando son pequeños”.
Esto dijo, ya que los peces Diablo se alimentan de algas y basura que van dejando otros peces al encontrarse en peceras, sin embargo, al crecer se convierten en una amenaza para sus compañeros.
PLAGA
Baltazar Ramírez destaca que estos peces suelen venderse en Reynosa para limpiar las peceras, sin embargo, debido a que crecen rápidamente, sus dueños los abandonan en ríos, drenes o canales.
“Estos peces no tienen escamas, pero tienen placas cartilaginosas y espinas. Como son muy territoriales, cuidan muy bien sus huevecillos y no permiten que otros peces se acerquen”.
Destacó que debido a que este pez tiene espinas, no debe ser tocado con la mano, aunque no es venenoso.
“Las espinas las utilizan para protegerse de ataques de otros peces. Aquí algunas personas que pescan en el río o en el canal, me han dicho que lo único que atrapan son peces Diablo que no les sirven para comer”.
El pez ‘‘Diablo’’, cuyo nombre científico es Hypostomus Plecostomus, se ha convertido en una amenaza para los ecosistemas acuáticos del sureste mexicano, sobre todo.
“El problema es que, al crecer, muchas personas les abandonan en ríos o lagos y eso causa su diseminación. Esta especie busca su alimento en el lecho de ríos y lagos, y con frecuencia consume también los huevecillos de otros peces, como bagres y tilapias”.
De ahí dijo, que actualmente muchos vasos lacustres se encuentren repletos de estos peces.
“Debido a que cuentan con espinas en aletas y lomo, constantemente rompen las redes de los pescadores, de ahí la molestia de muchos, pero lo principal es que están acabando con las especies comestibles para el ser humano”.
NUTRITIVOS
Destacó que aunque en Reynosa no se consumen, en algunos otros Estados están aprendiendo a cocinar el pez ‘‘Diablo’’.
“Lo que pasa es que su apariencia no es muy agradable, la mayoría son de color negro o gris oscuro, algunos tienen manchas y lo que más causa temor es que tienen espinas o aletas con espinas”.
Indicó que además, la piel de este pez es sumamente dura, pero su carne es rica en proteínas.
“En algunos Estados ya se comercializa y se cocina de la misma forma que cualquier pescado, es decir, desde ceviche, filete o frito”.
Indicó que incluso, se dice que esta especie es rica en ácidos grasos y Omega 3, que es de gran beneficio para el cuerpo humano.
“Incluso, he leído que con su carne y piel se puede hacer harina y que hasta sirve para alimentar ganado. En Tamaulipas no he tenido noticias de que se consuma o se utilice para la elaboración de otros productos”.
MUEREN. Los pescadores locales capturan y dejan morir a los peces ‘‘Diablo’’.
Representan una plaga para pescadores
Para los pescadores locales, el pez ‘‘Diablo’’ es simplemente una plaga, una “piraña” que está acabando con las especies comestibles de Reynosa.
Por tal motivo, cuando estos ejemplares caen en las redes los sacan de canales o el río Bravo, para dejarlos morir.
“No se comen, son muy duros y según dicen, saben muy feo”, comenta Martín Salgado, quien acostumbra pescar en el canal Anzaldúas.
Este hombre atrapa de 20 a 30 peces Diablo diariamente, los cuales en ocasiones dañan sus redes.
“Tienen espinas muy filosas, no se pueden agarrar, los sacamos y los dejamos aquí en la orilla porque no los usamos, dicen que son venenosos”.
Indicó que hace apenas cuatro o cinco años que comenzaron a detectar esta especie en los vasos lacustres de Reynosa.
“Al principio intentamos cocinarlos, pero tienen muchas espinas, además, no sabíamos si son venenosos o no, mejor los sacamos y dejamos que mueran porque nos rompen las redes”.
Comentó que por tal motivo, es que pueden verse una gran cantidad de peces muertos a las orillas de canales o el río Bravo.
“Tardan como dos días en morirse, aguantan mucho fuera del agua no sé porqué. Solo una vez intentamos abrirlos pero están muy duros, no se antoja comerlos”.