Crecer en la incertidumbre
En el año 2017 estamos presenciando el impacto inicial de dos acontecimientos políticos relevantes: el Brexit y la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Estos eventos, inesperados para muchos, han marcado puntos importantes en las relaciones económicas y comerciales internacionales y han abierto grandes interrogantes sobre cómo será el escenario multilateral en el corto y medio plazo, una incertidumbre que afecta directamente a las empresas.
De hecho, seis de cada 10 primeros ejecutivos encuestados entre enero y abril para el informe Global CEO Outlook de KPMG aseguran que ahora están dedicando mucho más tiempo a planificar posibles escenarios como resultado de este clima geopolítico incierto. Planificar, no obstante, no implica dejar de buscar la mejor forma de seguir creciendo, innovando o liderando la transformación tecnológica.
La incertidumbre del mercado actual no es únicamente geopolítica. Los desafíos provienen de la velocidad a la que cambian las necesidades de los consumidores, las tecnologías, la regulación o los modelos de negocio. Por ello, las empresas han asumido la disrupción y la ausencia de certezas como el nuevo terreno de juego. La prueba está en que, según este informe, en todas las grandes incógnitas, los CEO ven también una oportunidad.
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De hecho, siete de cada diez creen que la disrupción tecnológica es una buena palanca para transformar su modelo de negocio o desarrollar nuevos productos. Además, a pesar de los movimientos de corte proteccionista que han avanzado en muchos lugares del mundo, seis de cada diez primeros ejecutivos afirman que la globalización seguirá avanzando en los próximos tres años.
Al fin y al cabo, el mercado es global, como lo es la sociedad digital. Esta es una verdad sin paliativos. Por eso, los máximos responsables de las compañías expresan seguridad en su habilidad para adaptar sus empresas a los cambios conforme van llegando; para innovar, resolver problemas y superar las dificultades potenciales.
Además, los CEOs son más optimistas que la media global respecto al crecimiento a 12 meses y siguen confiando, en su mayoría (el 64%), en la evolución económica global a tres años. Eso sí, muestran serenidad y prudencia ante las numerosas preguntas que tendrán que ir respondiéndose en el futuro.
Son conscientes de que su labor más importante consiste en gestionar adecuadamente los riesgos, anticiparse a los diferentes escenarios, reforzar las fortalezas de sus negocios principales y el posicionamiento en los mercados establecidos e invertir con prioridad estratégica en innovación y talento. Contar con los mejores profesionales es uno de los grandes focos de atención de los CEOs, especialmente en cuanto a transformación digital y tecnologías cognitivas. En poco tiempo los robots nos apoyarán en el trabajo de manera natural pero esto no implicará una reducción de los puestos de gestión, dicen los CEOs.
Las buenas perspectivas en cuanto a generación de empleo son la mejor garantía de que la recuperación se consolida, siendo ocho de cada diez CEOs los que prevén un incremento de plantilla en los próximos tres años.
El mercado interno sigue recuperando el pulso, por ello los primeros ejecutivos lo sitúan como prioritario en su estrategia de crecimiento a tres años.