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Confiesan sus debilidades

Una reflexión a la que Brad Pitt contesta: “Eso me hace pensar que somos propensos a querer ver las cosas en blanco y negro y no investigar realmente los grises”.

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Confiesan sus debilidades

os antiguos compañeros se encuentran y se ponen a charlar de la vida, de películas, de mortalidad, de sus errores... Nada anormal entre amigos. Cuando la charla se produce entre dos iconos del cine como Brad Pitt y Anthony Hopkins, la cosa cambia, porque que ellos conversen sobre los hechos que han marcado sus vidas interesa a millones de personas en todo el mundo que admiran su trabajo en el cine. El encuentro entre los que fueron compañeros de rodaje en Leyendas de pasión (1994) y ¿Conoces a Joe Back? (1998) se ha producido gracias a la revista estadounidense Interview y en él ambos han ido intercambiando papeles, actuando a veces como entrevistador y otras como entrevistado.

LE IMPRIMEN PASIÓN A LA VIDA

Hablan de la vida y de cómo creen que ambos decidieron afrontarla con pasión y dejarse llevar por ella y Brad Pitt comparte con Hopkins que todavía “está luchando con la culpa”. “Me estoy dando cuenta como acto de perdón hacia mí mismo que valoro los pasos en falso que he dado, las elecciones que he hecho de las que no estoy orgulloso, porque me proporcionaron algo de sabiduría. No puedes tener lo uno sin lo otro”, dice el exmarido de Angelina Jolie. En ese momento Hopkins le dice que ha leído que ha tenido problemas con el alcohol y Pitt le responde: “Lo vi como un escape”.

Hopkins se sincera, le cuenta que él también escondió el mismo problema hace tiempo y reconoce que lleva casi 45 años rehabilitado del alcoholismo. 

“Hice cosas malas, pero todo fue, en cierto modo por una razón”, reflexiona el actor británico, de 81 años. “Es extraño mirar hacia atrás y pensar: ‘Dios, hice todas esas cosas’, pero es como si hubiera una voz interior que dice: ‘Se acabó. Hecho. Siga adelante”. Pitt, de 55, afirma que es una forma de aceptar los errores: “Nuestras debilidades, nuestra vergüenza. Lo que haces después del error, es lo que define realmente a una persona”.

SE PIROPEAN

Ambos bromean y Pitt recuerda que cuando grabaron Leyendas de pasión una de las primeras cosas que le oyó decir a su compañero fue ‘¡Qué le den!’. “Se me quedó grabado. Es como un principio rector”, dice Pitt. A lo que Hopkins le contesta: “Una vez le pregunté a un sacerdote jesuita: ‘¿Cuál es la oración más corta del mundo?’ y él contestó: ‘¡Qué le den!’. Es como decir nada de eso es importante. Lo importante es disfrutar la vida tal como es. Hoy tu vida es fantástica”.

Los dos se piropean. Pitt le dice a Hopkins que es “tan feroz, fuerte y vibrante como siempre” y Hopkins a Pitt que tiene “el mismo buen carácter de siempre”. También hablan de cine, de cómo Pitt no se sintió libre en ¿Conoces a Joe Black?, mientras sí se sintió pletórico en Leyendas de pasión. Y regresan a sus vidas cuando Anthony Hopkins se pregunta por el sentido de hacer ciertas elecciones en la vida: “No sé por qué bebí”, afirma. “Ahora miro hacia atrás y pienso: ‘No estuvo mal, pero no quiero volver a hacerlo’. 

Entonces causé daño y pido disculpas a las personas por hacer lo que hice. Forma parte de estar vivo. Hay que olvidar y simplemente seguir hacia delante”.

LLORA POR SUS HIJOS

Una reflexión a la que Brad Pitt contesta: “Eso me hace pensar que somos propensos a querer ver las cosas en blanco y negro y no investigar realmente los grises”.

Siguen hablando de cine y Hopkins pregunta a Pitt: “¿Lloras a menudo?”. A lo que el exmarido de Angelina Jolie contesta: “No he llorado en 20 años y ahora, en esta última etapa, me encuentro más conmovido. Conmovido por mis hijos, conmovido por mis amigos, conmovido por las noticias. Simplemente conmovido. Creo que es una buena señal. No sé dónde me lleva, pero pienso que es una buena señal”. A lo que Hopkins le contesta: “A medida que envejezcas, descubrirás que solo quieres llorar. No se trata de dolor, se trata de la gloria de la vida”.

INVOLUCRADOS EN PINTURA

Y ESCULTURA

Después, los dos actores se enfrascan en las pasiones que les mueven además de la interpretación. Hopkins pinta y Pitt hace esculturas. Ambos quieren hacerlo de forma libre, pasional, un lugar donde sentirse libres y sin objetivos. Y después se enfrascan en reflexiones vitales donde el más mayor da lecciones al más joven. Hopkins le cuenta a Pitt cómo ha ido evolucionando su visión de la vida con el paso del tiempo. Y Pitt le responde: “Lo que dices es que a medida que envejecemos, podemos presenciar la belleza y la maravilla de la que nos rodeamos en cada detalle. Se echa eso de menos cuando somos jóvenes”. Y cuando Hopkins le recuerda que es parte necesaria del crecimiento y si Pitt está sintiendo ese poder creciente de la vida, él lo tiene claro y contesta: “Mucho”.



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