Con legado en México
El relato del genio no es posible sin el Mundial de 1986, marcado por ‘la mano de Dios’ y el ‘gol del siglo’, que trascienden generaciones
Ciudad de México
Diego Armando Maradona y México están ligados por la eternidad.
México tiene múltiples conexiones con Maradona, quien falleció el pasado miércoles a los 60 años.
Basta con regresar el calendario al 10 de septiembre de 2018, su presentación como DT de Dorados.
Nadie fue indiferente a su llegada. En pocas horas se agotaron las playeras edición especial del “10”, le dedicaron la canción “El Diego de Sinaloa” y un mural en el Estadio Banorte. El portero Gaspar Servio se tatuó el rostro del ídolo, mientras Diego le daba sabor y color al futbol mexicano con sus peculiares bailes.
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La leyenda de Maradona no se entendería sin México. Un País donde él hizo un gol con la mano, antes de su obra de arte en la que sembró a cuanto inglés lo desafió.
Cuatro años antes de la conquista del Mundial de 1986, Diego fue expulsado ante Brasil por el árbitro mexicano Mario Rubio, de formación militar y a quien no le tembló la mano en España 82, como tampoco le temblaría en 1990 a Edgardo Codesal al marcar el penal con el que Alemania vencería a la Albiceleste en la Final.
México es el País de su admirado Roberto Gómez Bolaños y de su gran amigo Luis Miguel (aunque el cantante nació en Puerto Rico), de su ex compañero Luis Hernández (Boca Juniors), de la Selección a la que desde el banquillo eliminó en Sudáfrica 2010.
También, es el lugar donde se ubica el Nido de Coapa, sitio en el que la Albiceleste hizo su búnker antes de sorprender a los ingleses aquel 22 de junio de 1986.
Argentina utilizó en el Mundial un uniforme con la más alta tecnología, para combatir el calor y la altitud. El problema es que esa ventaja sólo estaba en las playeras de local y contra los ingleses sería visitante. El DT Carlos Salvador Bilardo mandó a su auxiliar a recorrer las tiendas de la capital en busca de jerseys azules similares, pero con buena ventilación, y después poner a las costureras a coser el escudo, tan “pirata” que no traía los laureles debajo de las siglas de la AFA.
Solo Diego Armando Maradona era capaz de hacer arte con una playera apócrifa, de lograr que “el país fuera un puño apretado gritando por Argentina”, como narró Víctor Hugo Morales.
Hoy, México y el mundo se unen al llanto de Jorge Valdano para darle a Maradona el último adiós con los honores que merece, como uno de los más grandes de todos los tiempos.