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Comparte su cercanía con Borges

Mario Vargas Llosa, recordó al escritor argentino durante su intervención en el Hay Festival Querétaro

Mario Vargas Llosa podrá haber olvidado el primer texto que leyó de Jorge Luis Borges, pero sabe que quedó enormemente impresionado por sus cuentos. 

Comparte su cercanía con Borges

Así, lleno de cariño y admiración, recordó el Nobel de Literatura 2010 al escritor argentino durante su intervención en el Hay Festival Querétaro, donde conversó con el periodista Raúl Tola.

El peruano enmarcó la participación en "Medio Siglo con Borges", su título de reciente publicación en el que, mediante artículos, conferencias, reseñas y notas, brinda una mirada a una de las figuras clave de la literatura latinoamericana del siglo 20.

La plática se perfiló como una serie de anécdotas y recuerdos sobre el argentino en las que admitió sus diferencias como creadores. 

Él, señaló, es un autor de corte realista y creyente de las ideas de Jean Paul Sartre sobre la literatura comprometida y utilizada como arma para transformar la sociedad, mientras que el otro se caracterizó por su obra fantástica.

Incluso, confesó que llegó a disfrutar de Borges, pero sin admitirlo. Fue un encuentro inicial polémico que, sin embargo, no borró el encanto literario.

DISTINTO A ÉL

"El tipo de escritor que yo trato de ser es muy distinto de Borges, lo cual no me impide, digamos, admirarlo y reconocer en Borges a un escritor extraordinario, fuera de serie y que ha hecho, sobre todo, por la lengua en la que escribimos, por el español, una revolución sin precedentes", enfatizó.

"La lengua de Borges es una lengua de ideas, es una lengua en la que hay casi tantas ideas como palabras, algo absolutamente insólito. No insólito en el francés o el inglés, pero sí en el español: No tiene realmente una tradición y esto lo crea Borges a través de sus múltiples influencias".

 Con varios relatos de sus encuentros, Vargas Llosa también describió al autor de Ficciones como una persona sencilla. 

"El departamento que tenía en la calle Maipú (en Buenos Aires) era un departamento muy sencillo, de dos dormitorios", recordó.

"Lo que más me impresionó es que no hubiera libros de Borges en ese departamento. Me acuerdo que le pregunté: '¿Por qué no hay un libro de usted ni sobre usted?'. Y me respondió con mucha gracia: '¿Quién soy yo para compararme con Shakespeare, por ejemplo?'".

Pese a sus acercamientos, Vargas Llosa concluyó que no llegó a ser amigo del cuentista, ensayista y poeta.

Era difícil serlo, explicó, porque Borges era una persona que creó una figura alterna que sacaba en cada entrevista y conferencia en un intento por defender su privacidad.



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