Comienzan a demoler prototipos del muro fronterizo en EEUU
SAN DIEGO.
El gobierno de Trump dijo que varios elementos de los prototipos ya fueron incorporados a los diseños actuales y que los modelos ya cumplieron su propósito.
Los cuatro paneles de acero y concreto cerca de la frontera entre San Diego, California, y Tijuana, México, fueron una de las máximas prioridades de Trump y él mismo visitó el lugar hace un año para ver las instalaciones en persona.
Para los aliados de Trump, los prototipos eran muestra del compromiso del presidente con la seguridad fronteriza y el cumplimiento de una de sus promesas centrales de campaña. Para sus detractores, eran monumentos del dinero malgastado de los contribuyentes y una muestra equivocada de agresión hacia México y hacia los inmigrantes que buscan un hogar en Estados Unidos.
El acceso público a los prototipos quedó bloqueado del lado de San Diego, convirtiendo un vecindario empobrecido de Tijuana en un popular lugar de encuentro para periodistas, manifestantes y observadores curiosos. Varios artistas exhibieron espectáculos de luces sobre los muros con mensajes como "Refugiados Bienvenidos" junto a una imagen de la Estatua de la Libertad.
Más de la sección
Algunas personas se subieron a montañas de basura junto a una reja fronteriza de poca altura que desde entonces ya fue reemplazada para poder tener una vista clara desde México. Algunos solicitantes de asilo cargaban a sus hijos por encima de la valla frente a los equipos de construcción para entregarse ellos mismos a los agentes.
El retiro allana el camino para una segunda franja de balizas de acero, similares a listones, coronados con un plato metálico que se erige a 9 metros (30 pies) del suelo, el mismo diseño que se está utilizando en todas partes de la barrera. La nueva barrera apenas se asemeja a algunos de los prototipos de acero, pero no parece hecha de paneles de acero sólido, los cuales estaban separados entre sí porque los agentes no podían ver lo que estaba pasando del otro lado de la frontera.
Los casi 3.000 millones de dólares que aprobó el Congreso para muros durante la primera mitad del mandato de Trump requieren que el dinero sea gastado en diseños que se presentaron antes de mayo de 2017 y que prohíben que los prototipos sean utilizados y niega a Trump el derecho de alardear que él construyó su proyecto de muro.