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Ciudadanos de Roma se dicen hartos de invasión de jabalíes

A lo largo de los siglos, Roma ha sido invadida por galos, visigodos y vándalos, pero la Ciudad Eterna ahora batalla con una fuerza redoblada de naturaleza totalmente diferente: jabalíes en busca de basura

Ciudadanos de Roma se dicen hartos de invasión de jabalíes

La publicación de videos de jabalíes en las redes sociales se ha convertido en una especie de deporte, cuando los romanos exasperados capturan a los carroñeros pasando frente a sus tiendas, carriolas de niños o patios de juego.

Conforme Roma se prepara para elecciones locales del próximo fin de semana, la invasión de jabalíes ha sido usada como arma política para atacar a la alcaldesa Virginia Raggi por los problemas graves de recolección de basura de la ciudad. Sin embargo, los expertos afirman que el tema es más complicado y, al menos en parte, lo relacionan con una población en auge de jabalíes.

El grupo principal de presión agrícola de Italia, Coldiretti, estima que hay más de dos millones de jabalíes en Italia. Las autoridades de la región de Lazio, que rodea a Roma, estima que hay entre 5.000 y 6.000 jabalíes en parques municipales, cientos de los cuales abandonan con frecuencia los árboles y la vegetación a cambio del asfalto y contenedores de basura.

Para combatir los números crecientes, Lazio lanzó en 2019 un programa para capturar a las bestias en jaulas de parques para sacrificarlos y, el mes pasado, aprobó un decreto nuevo para permitir la caza selectiva de jabalíes en algunos parques, que hasta ahora estaba estrictamente prohibida.

Maurizio Giubbiotti, encargado de los parques en Lazio, dijo que para controlar la situación, la región necesita aumentar el sacrificio de jabalíes de 700 en dos años a al menos un millar al año.

En las zonas rurales de Italia, cazar jabalíes es un deporte popular y la mayoría de los italianos puede hacer una larga lista de sus platillos de jabalíes favoritos, incluida pasta pappardelle con salsa de jabalí y cocido de jabalí. Pero los defensores de los derechos de los animales se han opuesto enfáticamente al sacrificio masivo.

Esas creencias no las comparten algunos residentes de zonas urbanas.

“Temo caminar en la acera porque de un lado están los contenedores de basura y ellos (los jabalíes) me atacan”, dijo Grazia, una abuela de 79 años mientras esperaba afuera de una escuela primaria para recoger a sus nietos. No dio su apellido.



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