Casi 3.000 millones de dólares y 300.000 empleos en riesgo por la prohibición de EE UU a los aguacates mexicanos
Más de la mitad de la producción se destina a la exportación y el 81% de los envíos llegan a Estados Unidos, principal socio comercial de México
La suspensión que el Gobierno de Estados Unidos impuso a las importaciones de aguacate mexicano es un golpe que le pega al país en donde más duele, en su tercer producto de exportación más importante. México produce más de un tercio del aguacate en el mundo, convirtiéndolo en el principal productor. El 81% de las exportaciones de esta fruta se destinan a Estados Unidos, su principal socio comercial y el mercado más grande del planeta. Las exportaciones al país vecino generaron más de 2.800 millones de dólares (2.470 millones de euros) el año pasado, lo cual se traduce a unos 300.000 empleos directos e indirectos, según datos de la firma Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
“Este es un serio problema porque es un producto perecedero”, explica Juan Carlos Anaya, director de GCMA. En promedio, dice Anaya, se producen entre 100.000 y 130.000 toneladas de aguacate diariamente que ahora deberán venderse a un menor precio en el mercado nacional o a otro país. “Buscar otras alternativas no será fácil, por lo que considero que el Gobierno mexicano tiene que ponerse de acuerdo con las autoridades del Departamento de de Agricultura y la Embajada para que, concluida la investigación y definidas las medidas que tienen que tomar, se puedan activar las exportaciones de aguacate a la brevedad”.
En 2021, México alcanzó una producción cercana a los 2,5 millones de toneladas de aguacate, de las cuales 1,4 millones se exportaron. Es decir, más del 52% de lo que se produce en México se exporta. “El valor de las exportaciones es impresionante, es nuestro tercer producto después de la cerveza y el tequila”, dice Anaya. En 2021 el valor total fue de 3.427 millones de dólares.
El Gobierno de EE UU ordenó la suspensión temporal de la importación del fruto el 11 de febrero al reportar que uno de sus inspectores había recibido una llamada amenazadora en el Estado de Michoacán, el principal productor, duramente golpeado por la violencia del crimen organizado. Anaya asegura también que esta no es la primera vez que se reporta un incidente de este tipo.
El aguacate ha sido, históricamente, un botón de presión en las relaciones entre EE UU y México. Hace más de cien años, de acuerdo con un reporte de la Universidad de Navarra (UNAV), autoridades sanitarias en EE UU prohibieron la importación de aguacate mexicano alegando que su semilla contenía una especie de gorgojo que representaba una amenaza para los cultivos y la tierra en ese país. A finales de la década de los setenta, el Gobierno mexicano instó a EE UU a levantar la prohibición, pero las autoridades rechazaron la petición.
No fue hasta que entró en vigor el tratado de libre comercio entre ambos países y Canadá, entonces conocido como el TLCAN, que se permitió la exportación. Esto tuvo un impacto gradual en la dieta de los estadounidenses, hasta el punto que, en la actualidad, el aguacate se ha vuelto un producto básico. El guacamole es hoy en día una botana muy popular en cualquier celebración, particularmente en los eventos deportivos como la Súper Bowl que se llevó a cabo el pasado domingo. El TLCAN se renegoció en 2018 y se convirtió en el T-MEC, en vigor desde 2020. En 2019, el expresidente Donald Trump amenazó con cerrar la frontera con México para contener el flujo de migrantes y la sola amenaza disparó el precio de la fruta en más del 30%.
El lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que sospecha que hay un interés económico detrás de la prohibición. ”Hay que revisar de qué se trata”, dijo en conferencia de prensa. “En todo esto hay también muchos intereses económicos, políticos, hay competencia, no quisieran que el aguacate mexicano entrara en EE UU o predominara por su calidad”.
“Algunos especulan, como el presidente, que es una barrera no arancelaria para presionar en temas que traemos en la relación con EE UU”, opina Anaya. “Algunos hablan de que esto es una manera del Gobierno de EE UU de presionar por la ley de energía”. A finales del año pasado, López Obrador envió al Congreso una iniciativa de ley que cancelaría contratos energéticos con empresas privadas, muchas de ellas estadounidenses, para otorgarles a las empresas del Estado el monopolio en el mercado de hidrocarburos y electricidad. En las últimas semanas, mientras la propuesta espera la discusión y el voto en el Congreso, dos miembros del gabinete del presidente estadounidense Joe Biden han visitado México para abordar “serias preocupaciones” sobre la iniciativa de ley.
“Eso ocurre en todo esto, y desde que estuvimos negociando el T-MEC, uno de los grandes temas fue nuestro punto débil, que es la dependencia que tenemos de la exportación, no solo del aguacate, sino de muchos productos agropecuarios a EE UU, que nos vuelve vulnerables ante una medida que pueda tomar ese Gobierno”, dice Anaya. Datos de GCMA arrojan que las exportaciones de productos agrícolas, incluyendo carne de bovino, ganado, moras y arándanos, tomate y azúcar, entre otros, generaron el año pasado ganancias por 44.000 millones de dólares y el 81% se vendió a EE UU.