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Carbón activado en la gastronomía

De repente, empezamos a ver el carbón activado por todas partes: en mascarillas para la cara, en la pasta de dientes, en tabletas y en polvo, en mixología, y sí, en la cocina

CIUDAD DE MÉXICO.

Carbón activado en la gastronomía

Esta sustancia, además de pintar tus alimentos de negro, se supone que nos limpia de toxinas, desinflama el estómago y los intestinos y hasta ayuda a curar la cruda, pero ¿qué tanto de esto es realidad y qué tanto es mito? 

ANTES QUE NADA, ¿QUÉ ES EL CARBÓN ACTIVADO?

El carbón activado es un aditivo, normalmente en forma de polvo, que se obtiene de 'quemar' a altas temperaturas algunos materiales relacionados o parecidos a la madera, pero que son comestibles como el bambú, las cáscaras de nueces, los huesos de aceituna o la cáscara del coco, esta última es el material más utilizado para obtenerlo.

Una vez carbonizados estos materiales, van a un proceso de oxidación; de acuerdo con información de la BBC, a este último proceso es al que se debe lo activado del carbón y lo que le otorga una gran porosidad y, por tanto, capacidad de absorción. Lo puedes encontrar en polvo, en tabletas o en trozos.

Las supuestas cualidades detox del carbón activado se derivan precisamente de su porosidad, esto lo convierte en una especie de esponja que absorbe algunos químicos, por eso es frecuente su uso en los filtros de agua, por ejemplo.

Gracias a esta propiedad, durante mucho tiempo se ha usado en las áreas de urgencia de los hospitales en el tratamiento de envenenamiento accidental o sobredosis de drogas. La administración de este carbón -en dosis adecuadas y en el momento justo- reduce la cantidad de toxinas que absorbe el paciente. También es la razón por la cual sirve para acelerar la curación (y rápida desaparición) de barros y espinillas.

Sin embargo, la dosis que consumimos en los alimentos es muy baja, y sus efectos de absorción de toxinas son, entonces, mínimos. Hasta ahora, de acuerdo con el sitio Good Food, lo único que se ha comprobado realmente como beneficio es algún efecto en la producción de gases en el intestino, pero aún esto está en duda. Vaya, el carbón activado ni siquiera interactúa en forma eficiente con el alcohol, así que tampoco sirve para aguantar más, ni para curar la cruda, como muchos aseguran.

¿SABOR? Y ESTÉTICA

Es así que llegamos al punto ¿por qué, entonces, se puso tan de moda? La respuesta es sencilla, en cuestión de sabor, fuera de un sutilísimo gusto terroso y ahumado, el carbón activado no añade prácticamente ningún valor en esta materia a cualquier cosa que cocinemos o preparemos con él. Por eso, cuando se trata de bebidas, normalmente se les añade esencia de coco, vainilla o almendra, para añadir algo al sabor normal o tradicional.

El verdadero valor del carbón activado está, como muchas cosas hoy en día, en las redes sociales. El añadir esta sustancia a los alimentos les da un brillante y profundo color negro que los hace lucir increíbles en las fotografías; en otras palabras, prácticamente son creados para Instagram. Nada para pescar likes como subir la foto de un helado donde incluso el cono es negro, o una hamburguesa totalmente negra, desde el bollo hasta la carne.

Los alimentos que más frecuentemente incluyen este ingrediente son las limonadas -por sus supuestos efectos detox-, el capuccino, la masa de la pizza, los ya mencionados helados y las hamburguesas, todos, casualmente, muy fotografiables.

En lo que a mixología se refiere, todos sabemos que la estética juega en ella un importantísimo papel, nadie bebe cocteles que se vean feos, aunque sepan rico.

Hasta hace poco, era prácticamente imposible crear un coctel negro que no manchara los dientes. El carbón activado añade a los drinks un atractivo tono oscuro y casi ningún sabor, si a esto añadimos sus supuestas propiedades de absorción del alcohol y para evitar la resaca, naturalmente se ha convertido en un elemento irresistible para los mixólogos. Estos profesionales le han sacado el máximo provecho, creando sofisticadas pociones que parecen el veneno de la bruja de Blancanieves, pero que saben a limón, manzana verde, vainilla o anís.

Por otra parte, hay quien sí advierte que el carbón activado puede chupar las vitaminas de algunas bebidas, como en los jugos detox, así que no es la mejor idea incluirlo en ellos.

En conclusión, el carbón activado es una moda gastronómica -como ha habido miles- prácticamente inofensiva, pero atractiva a la vista. Así que pide tu helado y tu elegante coctel, sácales mil fotos para tu Facebook e Instagram, y cómetelo o bebételo con toda confianza. No tendrá un sabor particular, pero -sin consumirlo en exceso-, tampoco te hará ningún daño.



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