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Caen ventas de útiles, uniformes, zapatos...

El domingo pasado, a 15 días del regreso de los alumnos a las aulas, Fernando Castillo apenas vendió una playera, en 70 pesos en su local de uniformes escolares en la calle Soledad, en el Centro Histórico, detrás de Palacio Nacional

Cd. de México, México

Caen ventas de útiles, uniformes, zapatos...

Ese ha sido el punto más bajo en su actividad de más de 20 años, pues recuerda que antes en una temporada normal, previa al inicio de clases y sin Covid, vendía 300 uniformes en un día. "Ya hablé con el que me renta y le dije que si entran a la escuelas los chamacos me pongo al corriente y si no, voy a salirme y a ver cómo le pago", comentó.

Fernando adeuda los 25 mil pesos que le prestó el Gobierno el año pasado y que confía en el regreso de estudiantes a las escuelas, el 30 de agosto, para tener los 7 mil pesos de la renta.

A pesar de que la SEP convocó regresar a las aulas de educación básica, tras un año y medio de clases en línea, los negocios de uniformes, zapatos y útiles escolares en el Centro Histórico están sin clientes, con ventas máximas de 20 por ciento comparadas con 2019, y algunos calculan mucho menos. "Es la peor temporada de todos los años, ni siquiera en el 85 y el 94 estuvimos tan perdidos. Hoy estamos al 1 por ciento, estamos quebrados", afirmó la propietaria de uniformes La Teresita, ubicada desde hace 80 años en la Calle Soledad.

"Ahorita es para que estuviéramos llenos, colas de gente y mire", añadió la señora Teresa Gutiérrez, mientras señala a su tienda vacía. A un lado, su otro local, está cerrado. Los comerciantes acusan a la pandemia de Covid que no cesa, a la crisis económica y la falta de apoyos de parte de las autoridades. Pero también a que en este regreso a clases, con un millón de estudiantes desertores menos, el uniforme no será obligatorio.

"Ni el uniforme, ni los útiles, es más ni regresar a clases es obligatorio", lamentó el dueño de la papelería Helen y Charlie, en Plaza Mesones que tiene tres plantas con más de 700 locales de útiles escolares. La falta de compradores se puede medir por la sana distancia que se observa en los pasillos, pero también por los anuncios de locales en renta o venta. "Otros años, ni te podías mover", dice Iván Huerta, el administrador de la primera planta.

En cambio, añadió, si en 2019, tan sólo en su local de cuadernos despachaban 20 mil diarios, hoy venden máximo 9 mil al día. "Estamos al 30, 40 por ciento de antes, por eso creo que no van a regresar a la escuela más del 40 por ciento de niños".

El promedio de ventas que refirieron los locatarios es del 20 por ciento. Depende del giro, apuntaron. Quienes menos venden son los mochileros. Los que ofrecen cuadernos se quejaron de que con las clases en línea, si el maestro no vigila, los niños los reusan. "Ahorita sí se venden los colores y eso, pero antes venía la mamá y decía: 'A ver, dele una caja de colores a él, a él y a él'. Pero ahora dicen: 'Agarren de una caja', porque están en el mismo lugar y todos los toman y antes compraban una para cada quien", explicó Alberto, vendedor por mayoreo en Eben Ezer.

Los pasillos medio vacíos, las banquetas por las que se puede pasar, las calles por donde transitan los autos y las bicicletas son prueba, según los locatarios, de las tristes ventas. "Como comerciante, yo digo ya que regresen para que se mueva también la mercancía, pero como papá pienso que es muy arriesgado", agrega Alberto. "Muchas personas comentan que no van a arriesgar a sus hijos y otras advierten que aunque asistan el día 30, para el mes siguiente si alguien enfermó, los van a quitar, y por eso no compran mochilas. Dicen, hay después vemos", señaló Alicia González, de la Plaza Mesones. En las tiendas de calzado es peor. A pesar de que las ofertas anuncian 20, 30 y hasta 40 por ciento de descuento, los empleados esperan recargados en las vitrinas. "Está muerto todo", dijo el vendedor de una zapatería en la Calle Allende.



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