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Buscan alternativas a falta de ventiladores

Ingenieros encontraron un método para usar secadoras de salones de belleza como máquinas para atender pacientes de Covid-19

Nueva York, Estados Unidos (17 abril 2020).- A medida que el nuevo coronavirus golpea el mundo, los ventiladores que impulsan oxígeno a los pulmones de los pacientes críticos se han convertido en la mayor esperanza para salvar vidas.

Buscan alternativas a falta de ventiladores

  Médicos en el Hospital de la Universidad de North Shore en Long Island han estado usando máquinas diseñadas para personas con apnea del sueño para mantener respirando a pacientes de Covid-19.

  Ingenieros de la Universidad de Nueva York han transformado secadoras de cabello de salones de belleza en cámaras de presión que proporcionan oxígeno y limitan la propagación del virus, protegiendo a los trabajadores y a otros pacientes.

  Los neumólogos del país han recurrido a una intervención simple, pero eficiente: colocar a los pacientes bocaabajo, lo que mejora notablemente los niveles de oxígeno para personas con dificultad para respirar.

  Los doctores aseguran que esta y otras intervenciones han permitido a muchos hospitales superar el veloz aumento de pacientes en las semanas recientes, y han permitido a la vez superar la escasez de ventiladores, racionándolos.

  "Algunas de estas son intervenciones en el campo de batalla que normalmente no usaríamos en los hospitales, pero esta crisis ha sido un estímulo increíble para la creatividad y la colaboración", dijo el doctor Greg Martin, neumólogo en Atlanta y presidente de la Sociedad de Medicina Crítica.

  "Lo bueno de esto es que estamos aprendiendo mucho y esperamos que algo se traduzca en cosas que podamos usar en el futuro".

  Las innovaciones también se han visto impulsadas por las pésimas tasas supervivencia de pacientes con ventiladores: en la ciudad de Nueva York, 80 por ciento de los pacientes intubados no sobrevivió.

  Los médicos siempre han visto los ventiladores como el último recurso para pacientes con problemas respiratorios, pero muchos de los doctores en la primera línea han descubierto que intervenciones no invasivas pueden hacer que los enfermos no requieran las máquinas y que mejoren.

  La pandemia también está cambiando el conocimiento previamente aceptado sobre el síndrome de dificultad respiratoria aguda, o SDRA, una condición definida por niveles de oxígeno peligrosamente bajos.

  La condición, un sello distintivo de un Covid-19 severo, ocurre cuando el fluido que llena pequeños sacos de aire en el pulmón interfiere con la capacidad del cuerpo para llevar oxígeno a los órganos vitales.

  Pero durante el mes pasado, muchos doctores dicen que han visto pacientes que, teniendo estos problemas, siguen respirando por su cuenta.

  Algunos trabajadores de la salud han reportado que cuidan pacientes con ritmos respiratorios de 70 a 80, cualquiera menor a 90 es causa de preocupación, y que, sin embargo, su ritmo cardiaco y su cerebro funcionan normal.

  "Ha sido una experiencia muy humillante lidiar con una nueva enfermedad, donde no estamos seguros de si los tratamientos que estamos utilizando son beneficiosos", dijo el doctor Anthony Lubinsky, director médico de atención respiratoria en NYU Langone Health.

  "Los datos aún no están ahí, pero nos damos cuenta de que un ventilador a menudo no es suficiente para salvar a los pacientes con SDRA".

  La intubación, que requiere insertar un tubo respiratorio a los pulmones, representa innumerables riesgos. Los pacientes deben ser fuertemente sedados, y muchos permanecen conectados a las máquinas por semanas.

  También es necesario mantenerlos monitoreados muy de cerca las 24 horas del día, un reto para hospitales que lidian on una gran cantidad de pacientes y con escasez de especialistas respiratorios.

  Retirar a los pacientes de los ventiladores también presenta dificultades porque la ventilación prolongada puede causar lesiones severas en los pulmones, y remover el apoyo respiratorio muy pronto puede resultar mortal.

  "Uno nunca quiere intubar a un paciente a menos de que sea estrictamente necesario", dijo la doctora Susan Wilcox, jefa de cuidado crítico en el Hospital General de Massachusetts.

  Aun así, muchos doctores creen que la intubación ofrece la mayor esperanza para salvar vidas de los pacientes más enfermos.

  En semanas recientes, cuando enfermos de Covid-19 inundaban los hospitales de Nueva York, Hugh Cassiere, neumólogo de Northwell Health, se dio cuenta de que los cientos de máquinas de respiración menos sofisticadas conocidas, como dispositivos CPAP y BiPAP, que se empolvan en los cuartos de almacenamiento podrían ayudar a los médicos a enfrentar el déficit de ventiladores.

  Los dispositivos del tamaño de una lonchera son familiares para los millones de estadounidenses con apnea del sueño, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y otros trastornos respiratorios.

  Por muchos días, Cassiere y sus colegas descubrieron cómo convertir las máquinas en ventiladores, en parte usando adaptadores impresos en 3D para conectar las máquinas a los tubos endotraqueales y añadiendo filtros HEPA que capturan el virus emitido durante la exhalación.

  Cerca de 100 pacientes en el Hospital de la Universidad de North Shore han sido mantenidos estables con las máquinas y Cassier dijo que también las ha usado en pacientes con otras enfermedades, para liberar ventiladores para pacientes más críticos.

  El entusiasmo por estas máquinas se ha propagado. Funcionarios de salud de Rhode Island anunciaron el martes una campaña, pidiendo a residentes entregar sus dispositivos en estaciones de bomberos del estado.

  Muchos hospitales las están usando para incrementar los niveles de oxígeno de los pacientes sin la intubación. Los dispositivos, dicen los doctores, han sido muy útiles para tratar a pacientes de Covid-19 con función de pulmones moderada.

  La presión de aire que bombean expulsa el líquido en los pulmones dañados, lo que permite que los alveolos absorban mejor el oxígeno, afirman los especialistas.

  Algunos doctores, no obstante, desconfían de los dispositivos alternativos. Wilcox, del Hospital General de Massachusetts, citó un estudio que encontró que 80 por ciento de los pacientes con problemas respiratorios moderados que fueron conectado a máquinas CPAP resultaron con daños en los pulmones por estar expuestos a estas respiraciones por un largo periodo.

  Wilcox también se ha visto a favor de posicionar a los pacientes con dificultad respiratoria sobre sus estómagos.

  La práctica, utilizada durante mucho tiempo para aumentar la oxigenación en pacientes con ventilación mecánica, ha sido sorprendentemente beneficiosa para los enfermos de Covid-19 que no están intubados.

  La maniobra funciona abriendo partes de los pulmones que están comprimidas mientras la persona está acostada bocaarriba.

  "Todo es anecdótico ahora, pero los pacientes nos dicen que se sienten mejor", dijo Wilcox.

  "Es simplemente fascinante".

  Otra alternativa intrigante es una campana de presión que se ajusta sobre la cabeza del paciente para evitar la propagación de patógenos, mientras impulsa el aire hacia los pulmones.

  Las capuchas, que recuerdan a "2001: Odisea del espacio", han sido ampliamente utilizadas por los médicos en Italia y China en su batalla contra el nuevo coronavirus.

  Durante el mes pasado, ingenieros y médicos en EU se han apresurado a crear diseños para dispositivos similares, aunque todavía no han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés).

  Las campanas se pueden conectar a una máquina CPAP o a las líneas centrales de oxígeno comunes que hay en la mayoría de los hospitales.

  Durante la semana pasada, los hospitales de todo el país también comenzaron a experimentar con las capuchas. En Oakland, California, las enfermeras han estado armando los cascos de partes obtenidas en Internet.

  El doctor Giacomo Bellani, médico de cuidado crítico en el Hospital San Gerardo y la Universidad de Milán Bicocca en Italia, que ha estudiado el uso de los cascos en pacientes con SDRA, también ha impulsado el método desde hace tiempo.

  Dijo que fueron ampliamente adaptados en la década de 1980 por médicos italianos que lidiaban con la escasez crónica del país.

  Las capuchas han sido una medida crucial para los hospitales de Italia inundados por pacientes con coronavirus. Aún así, Bellani dijo que no eran realmente efectivos para los más enfermos.

  "Las campanas pueden ganar tiempo cuando faltan camas en las Unidades de Cuidados Intensivos", dijo.

  "Pero hay un inconveniente porque en algunos pacientes simplemente pospones la intubación, y cuanto mayor es el retraso, mayor es el riesgo de que algunos no lo logren".



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