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¡Batalló en serio!

El hoy comentarista de TV cuenta todo el sufrimiento que pasó para llegar a la Primera División

¡Batalló en serio!

Jorge Damián Zamogilny batalló en serio para trascender en el futbol. El “Ruso”, hoy comentarista, luchó 5 años en México para ser profesional y en 2006 se integró al Puebla del “Chelís”, en donde consiguió el ascenso en el Clausura 2007. En 2008 pasó a Tecos, al Atlas en 2012, y terminó su carrera en el Ascenso MX con el Irapuato en 2013.

El gordito. ¡Santos!

“En un partido llanero en Morelos me tocó jugar a lado de un panzoncito, moreno, y lo primero que pensé: ‘¡Carajo! Voy a tener que correr a lado de este que no se va a poder mover’. Cuando apenas se mueve el balón, se lo dan y mete un pase milimétrico de 25 ó 30 metros a espaldas del lateral para que el extremo le ganara en profundidad. Yo decía: ‘¿Quién es este güey!’. Después el portero tira una pelota larga, le cometen falta, la agarra para cobrar, tira y le pegó al travesaño. Y se me ocurrió preguntarle a un compañero que quién era, y me dice: ‘cabrón, es el ‘Negro’ Santos, que jugó en el América’. Ahí lo conocí, y ahora nos damos de agarrones en Twitter”.

‘Chelís’ y los cara de perro

“Hubo una época en la que ‘Chelís’ tenía la extraña manía de ponernos máscaras de perros en los entrenamientos, y mucha gente interpreta eso como una burla, una locura que no tenía un fondo. Hacíamos un trabajo en el que recuperábamos la pelota en 2 minutos y la mayor cantidad de veces posibles en un espacio reducido, y era un trabajo de mucha intensidad. Previo a eso nos poníamos las máscaras de papel con el perro dibujado, ya después las hicieron mejor, y teníamos que ladrar como perro. Era un trabajo espectacular, y tenía un fondo aunque lo principal se transformó en las máscaras, pero así era Puebla en la cancha, un equipo que mordía. Sí me resultó extraño la primera vez, pero después lo entendí”.

Préstamo de un guarura

“Después de León, me fui a Cuernavaca mi representante me dijo que me regresara a Argentina, y le dije que no. Sonó el celular y me ofrecieron Querétaro en Segunda División, yo no tenía un peso, y le dije a mi agente que al menos me apoyara con mil pesos para poder viajar, y me dijo que sí, pero que pasara al rato a su oficina, paso y no estaba, después de mucho tiempo de insistir, se apareció en un partido de su equipo, y cuando lo vi con cara de fastidio, buscó en su cartera, no tenía, y agarró a uno de sus guaruras y a él le pidió los mil pesos, para que yo me fuera con Halcones de Querétaro en Segunda, que fue mi primer equipo en México”.

Los cigarritos del ‘Bola’

“En Puebla yo compartía habitación con Álvaro González, si bien era un tipo de corría mucho en el campo, yo no sabía que él fumaba, y cuando llegaba a la habitación, la cual como todas tenía el sensor en caso de incendio, él lo sabía, pero yo no, y él tapaba el sensor con una bolsita y una liga, para fumar. Yo veía que salía y quedaba una nube de humo en la habitación. Un día llegué y había una nube tremenda, y le pregunté qué pasaba, y ya me explicó que fumaba, y llegamos al acuerdo que podía hacerlo en la ventana al aire libre.

Me sorprendió mucho porque yo nunca pensé que pudiera fumar con su condición que era increíble a los 34 años, corría como un chamaco”

De Acapulco a la pobreza

“Habíamos terminado la pretemporada en Acapulco, estábamos espectacular con 3 comidas al día, y regresamos a León, y estaba en duda mi firma con el equipo, así que mi representante y la gente del club me ubicaron en una casa sucia, no tenía ningún servicio, ni muebles, y me pusieron un colchón.



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