Ayuda para el alquiler, es víctima de la burocracia
Antes de que azotara la pandemia, Jacqueline Bartley, madre de dos niñas y un niño, tenía una vida cómoda
Después, la mujer de 41 años perdió su trabajo en American Airlines, gastó sus ahorros rápidamente y se retrasó meses en el pago del alquiler de la casa que rentaba por 1.350 dólares al mes. Hasta entonces nunca había dejado de pagar la renta.
Ella recurrió a un segundo programa lanzado este mes por el estado y nuevamente fue aprobada. La semana pasada, supo que su arrendador había aceptado casi 20.000 dólares por alquiler atrasado y tres meses de pagos futuros, y aceptó desestimar su demanda de desalojo.
La noticia significa que no será obligada a dejar su hogar cuando finalice la moratoria federal de desalojos el 31 de julio. Pero la espera e incertidumbre significaron meses de estrés.
“Ha sido una locura, especialmente cuando tienes niños en la escuela”, dijo Bartley. “Ha sido más o menos depender de un capricho. Ok, ¿tendré un lugar a dónde llegar cada mes?”.
Millones de personas se han encontrado a sí mismas en una situación similar a la de Bartley y enfrentan posibles desalojos, a pesar de las promesas de los gobernadores de ayudar a los inquilinos después de que el Congreso aprobara la Ley CARES (Ley de Ayuda, Asistencia y Seguridad Económica Debido al Coronavirus), en marzo de 2020.
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A nivel nacional, los lideres estatales reservaron cuando menos 2.600 millones de dólares del Fondo de Asistencia Debido al Coronavirus de la Ley CARES para ayudar a inquilinos con dificultades, pero un año después, más de 425 millones de dólares, o el 16%, no habían llegado a los bolsillos de los inquilinos o sus arrendadores, según una investigación de The Center for Public Integrity y The Associated Press.